3.

John estaba nervioso, ese día era el primer día de trabajo. Ya había pasado una semana desde su entrevista, estaba ansioso. Karla le dijo lo básico de lo que consistía el trabajo y luego de firmar un acuerdo de confidencialidad y otros documentos, como ya casi cumplía la mayoría de edad no tuvo problemas con el contrato. 

De ahora en adelante debía llevar saco y corbata, Karla fue clara en eso, pues todos lo verían a él antes que al presidente y su imagen debía ser impecable, lo único malo para él, era su cabello rebelde, que por más que se lo peinaba se le salían algunos mechones.

Llegó veinte minutos antes de la hora de entrada, aunque para su sorpresa Karla ya se encontraba en su escritorio trabajando.

-Buenos días -saludo el chico -Pensé que había llegado a tiempo.

Karla observó al chico y para sus ojos, éste era más guapo de lo que recordaba.

-Descuide señor Meyer -dice volviendo a su trabajo -Aún no es hora, las oficinas abren a las ocho.

-¿Y usted? 

-Para que te prepares, el presidente a veces duerme en la oficina y empieza a trabajar desde muy temprano y como sus empleados, nosotros también.

-Entonces, ¿El presidente, ya se encuentra aquí?

Karla asiente, pues ella lleva mucho tiempo trabajando para Louis.

-Tome asiento. Una vez abiertas las oficinas, lo presentaré ante todos y visitaremos cada departamento del corporativo para que te familiarices, te explicaré lo básico y lo más complicado, lo aprenderás en la práctica.

John hace lo que se le pide y justo a las ocho, Karla lo lleva a las oficinas, donde todos se muestran amables con él, pero lo que realmente lo incómoda era la mirada de los superiores al ver que era demasiado joven.

-Todos son muy amables -dice mientras caminan por un pasillo.

-Señor Meyer desde ahora debe acostumbrarse a que ellos no están a su mismo nivel -Karla también había notado las miradas de los jefes de algunos departamentos -Usted recibe órdenes directas del presidente, por lo que es el superior de todos ellos, no deje que lo hagan menos o provocará que la autoridad del presidente se vea frágil. Componga su postura y siempre muestrate seguro.

John estaba nervioso, pero sabía que Karla estaba en lo correcto, él tendría que tratar con aquellos hombres con años de experiencia y tendría que darles órdenes de parte del presidente.

-Si, señorita Sanders.

-Llamame Karla, somos colegas o al menos los únicos del mismo nivel.

John se quedó atónito con el comentario de Karla, al principio creyó que era una broma, pero ella seguía seria, por lo que le dio a entender que no era así.

El recorrido demoró más de lo normal, debido a los diferentes departamentos que había en la empresa, en todas lo miraban como si fuera un bicho raro.

-Espera -dijo Karla y sacó su teléfono de su saco -¿Si, presidente? -silencio -Estamos terminando, en diez minutos…

Karla se aleja un poco y John se queda ahí, mientras ve cómo en algunos cubículos hay personal laborando y lo ven de reojo, por lo que le ha contado Karla, sabe que ese es el departamento de marketing y que esos eran los que nunca habían visto en persona al presidente, al igual que el de finanzas y el de recursos humanos, solos los jefes de áreas o los directivos más importantes, pero tenían prohibido decir o hablar del presidente o era lo que Karla le dijo.

John no podía dejar de ver todo a su alrededor, pero tal vez no era la mejor idea, a lo lejos vio a una pequeña chica de cabello castaño, un flequillo y lentes, llevaba una pila de documentos, daba la impresión de que en cualquier momento terminaría en el suelo. Por impulso John se movió y fue a su encuentro.

-¿Necesita ayuda? -pregunto el chico.

La chica se sorprende al ver al joven guapo, que casi se le detiene el corazón y su cara se volvió totalmente roja.

-Yo… -el chico le sonríe, pero eso causa más nervios y termina tirando los papeles -¡Ay, lo siento!

La chica rápidamente se arrodilló para recoger los papeles y John también se apresura para ayudarla, parecían ser sobre una campaña para un nuevo producto.

-¿A dónde los llevas? -dice John cuando terminan de reunir los documentos y le quita los que ella tenía en las manos -Yo los llevaré.

La chica no podía creer que aquel chico tan guapo este siendo tan amable con ella.

-¡Eh! si… gracias, por aquí… -la chica lo guió hasta uno de los cubículos y allí John coloca los papeles -Gracias por su ayuda.. ¿Eh?

La chica le buscaba su gafete con su nombre, pero no ve nada en su saco ni nada por el estilo.

-Meyer, John Meyer -extiende su mano -Mucho gusto.

-Claro… -dice nerviosa -Yo soy Miller, Olivia Miller… un gusto y gracias.

Olivia estrecha la mano del chico, su corazón latía fuerte y por alguna razón estaba muy nerviosa, jamás había estado con un chico tan guapo y aparte que fuera amable con ella, el tenia rasgos perfectos y una sonrisa cálida, pero su mente le decía que alguien tan perfecto debía tener novia y una muy hermosa.

-John -dice Karla, quien había terminado su llamada -Tenemos que suspender el recorrido, el presidente necesita que regresemos.

Karla se da vuelta y camina de regreso al ascensor y John le sigue, mientras Olivia se queda viendo como aquel chico se va, claro que conocía a la secretaria Sanders, apodada la “ejecutora”, ese sobrenombre se lo había ganado a pulso, pues desde que el presidente tomó el mando de la empresa, era su secretaria quien ejecutaba todas las órdenes del jefe sin remordimientos, incluso pudo despedir a empleados quienes le suplicaban de rodillas, pero era mejor que toparse con el “sabueso” del presidente.

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