Te volveré a encontrar

— Sé que tienes tu futuro asegurado, pero pon atención— Las palabras del maestro lo regresaron de su ensoñación, solo asintió con la cabeza y fingió estar atento a la clase.

Mariana lo miró de forma sospechosa, últimamente parecía distraído, y ya no la invitaba a salir tan seguido como solía hacerlo.

A la salida se colgó de su espalda, pero no esperaba que la retirara casi enseguida.

— ¿Qué sucede contigo?— Estaba irritable, era más indiferente de lo normal.

— ¿Tú crees que soy egocéntrico?— Fue lo único que salió de sus labios para seguir caminando dejándola a ella atrás

— Lo eres, pero ¿A qué viene eso ahora? Mejor vamos a comer, tengo hambre— Lo jaló del brazo para arrastrarlo a la cafetería, pero en el camino, se encontró con una cara conocida.

Gabriela pasó a su lado ofreciéndole una mirada triste, para retirarla casi enseguida, por impulso trató de seguirla, pero era consciente de que Mariana lo tenía sujeto.

(¿Por qué estará aquí?)

Esa pregunta se quedó en su cabeza durante todo el almuerzo, se retiró dejándola sola, Mariana estaba acostumbrada a cierto tipo de actitudes, pero esto estaba empeorando.

Gabriela salió de la sala de profesores donde recibió la guía, miraba por todos lados con la esperanza de no encontrarlo de nuevo, se retiraba justo cuando se suponía que todos estaban en clase, eso la hizo sentir aliviada pues tenía suerte.

Caminó un poco más segura, deseando llegar a casa para estudiar y estar lista para el examen de ingreso.

— ¿Viniste aquí buscando algo? ¿O alguien? —

Ese tono de voz era bastante conocido, se dio la vuelta para notar que la había estado persiguiendo desde que salió de la sala.

— Sé supone que deberías estar en clase, yo solo vine por unas cosas— Intento seguir su marcha, pero Fabián la tomó del hombro.

— Así que no era una persona, déjame hablar contigo unos minutos— Su rostro inexpresivo no transmitía nada hacia Gabriela, jamás supo lo que estaba pensando.

— Solo dos, no tengo tanto tiempo para desperdiciar— Sé paró de forma segura, no estaba dispuesta a dejarse intimidar.

— Tengamos una cita— Dijo indiferente

Estaba asombrada, más por el hecho de que Mariana aún estaba viva, pero este descarado hombrecillo la estaba invitando a salir a cuestas de ella.

— ¿Tu novia sabe que estás intentando ligar conmigo?— Sé estaba molestando

— No estoy ligando contigo, solo quiero que esto de las citas termine rápido, si tú también quieres lo mismo, te veré mañana en el mismo café por la tarde

— Solo iré para tomarme una foto contigo y mandarla al gobierno, no pienso quedarme para más— Gabriela sacudió su mano del hombro y siguió caminando.

Fabián estaba desconcertado, no entendía por qué esa joven lo repele tanto, no es que él quisiera estar cerca de ella, pero nadie lo había tratado con tanto rechazo durante toda su vida.

Gabriela quería evitarlo a toda costa, pero su corazón latía tan rápido en su cercanía que hasta cierto punto se volvía doloroso.

— Tal vez estés al borde de un infarto— Armando no tenía tacto al decir las cosas.

— Por experiencia lo dudo— Ambos subieron al transporte, su cabeza era una maraña de emociones

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