Salió de su habitación, con un vestido fresco y ligero maquillaje, pues solía tocar mucho sus ojos y el delineador solía correrse.
— Te ves muy bien, pero no entiendo por qué deseas hacer esto— Su madre estaba triste, pues ella también era muy joven cuando la tuvo.
— No te preocupes... yo... no voy a hacerlo— Respiró profundo para no perder la compostura.
Berenice y su madre se miraron sorprendidas, pues Gabriela estaba segura de que moriría sola, por eso prefirió que el gobierno buscará al amor de su vida, ya que ella no podía.
— ¿Segura? Ayer te veías muy ilusionada— Berenice dejó de comer helado, se le hacía inaudito la repentina decisión de su hermana.
— ¿Ya no temes morir vieja y sola?— Pregunto de forma insensible.
— ¡Estoy segura!— Gabriela se sentía avergonzada por la reacción, pero no volvería atrás
— Si es lo que quieres— Su hermana se encogió de hombros y siguió comiendo
— Pero la multa del gobierno es muy alta ¿Qué harás para pagarla?
— Tengo ahorrado un dinero que pensaba utilizar para mudarme sola en cuanto entrará a la universidad, pero prefiero ocuparlo para salir de este lío— Estaba resignada a perder los ahorros que guardo con mucho esfuerzo, pues el trabajo de medio tiempo en una nueva editorial no tenía muy buena paga.
— Bueno, entonces cuando llegue el momento te ayudaré, pero ahora ve a responder por lo que hiciste — Su madre le dio un golpecito en la cabeza.
Así ella salió con muchas cosas en mente, como, ¿Por qué la vida le estaba dando una segunda oportunidad?
Sin medir mucho el tiempo finalmente llegó al café en el que habían citado a ambos, en el fondo vio a Fabian, estaba solo y parecía repasar esos escritos de su siguiente novela.
Un recuerdo doloroso invadió su mente, el asomarse por esa ventana y acercarse temblorosa a preguntar si era él su cita, la cara fastidiada y la expresión de enojo bajaron sus ánimos.
— ¿Es una nueva novela en la que estás trabajando?— Preguntó para desvanecer ese silencio incómodo que la ahogaba.
— Ahora también eres una loca fanática— Sus palabras tan frías y directas hicieron que su pecho se detuviera, en toda la tarde la ignoró y en las siguientes citas programadas también, así fue hasta que la dejó.
Sacudió su cabeza para eliminar ese sueño tan vivido y se dio cuenta de que Fabian la miraba a través del cristal, abrió los ojos asustada y salió corriendo, quería llegar a su destino lo más rápido posible, no quería tener ningún contacto con quien vivió algo tan doloroso.
Se quedó impasible, Fabian no movió un solo músculo al verla huir.
— Era la de la foto— Dijo entre susurros y sacó su celular una realizar una llamada.
Mientras, el corazón de Gabriela latía con fuerza, parecía querer salirse del pecho, pero finalmente había llegado a la dependencia de gobierno, para solicitar la anulación de su petición.
— Lo siento señorita, pero debe haber aunque sea cinco citas antes de que se pueda aceptar la anulación del contrato, al final se les realizará un examen y si los resultados son negativos podrán separarse y pagar la multa, mientras no se puede hacer nada — La voz de la dependienta se quedó grabada en su cabeza, no podía creer que estaba obligada a convivir con el hombre que tanto la hizo sufrir.
Bajo las escaleras desanimada, cuando un auto se detuvo frente a ella, de inmediato lo reconoció, pero no había forma de escapar.
— Yo también lo intenté, solo hagamos esto y ambos seremos libres— Hablaba sin siquiera mirarla a la cara, la reconocida indiferencia la entristeció, eso era justamente lo que quería evitar
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Comments
Madelein 😍
imbécil
2023-09-14
5
Paola Martiz
seguiré con la historia parece interesante
2023-08-21
3
luisa novoa
En que pais pasa esto
2023-08-11
1