¿Secuestro?

Andrew

Tuve que esperar unos minutos para controlarme. Fui más lejos de lo que pensaba en nuestro siguiente encuentro. En mi defensa, no soportaba verla con McArthur. ¿Qué demonios hacía con él? Se supone que al tipo no le gustan las mujeres, pero se veían tan cercanos... El simple pensamiento me hace apretar las manos y rechinar los dientes. Necesito averiguar su relación.

No espero nada más antes de salir de ese lugar. El evento era una reunión de la alta sociedad con el fin de hablar de nuevos proyectos. Había una subasta, juegos, gente intentando congraciarse. Un evento de tiburones disfrazado de fiesta. Lo que no pensé fue que pudiera encontrármela a ella, y menos acompañada.

-¿Qué quieres, Josh? - digo mientras contesto el celular.

-¿Es que no piensas volver al trabajo?

-¿Por qué lo haría? Te tengo para cubrirme.

-Muy gracioso. Hay una junta a las 7 pm. Espero que estés disponible.

-Josh, faltan 10 horas para eso.

-Solo te lo recuerdo. Últimamente te has vuelto olvidadizo. No sé qué demonios te está pasando.

-Sí, sí, hablamos luego. - Cuelgo la llamada antes de que se ponga tan intenso como mi mamá.

Nunca hemos hecho tratos con Style Green, a pesar de ser una empresa de ropa muy reconocida. El problema principal es que M Corporation tiene su propia marca de ropa. Estamos capacitados para crear nuestro propio centro comercial con tan solo nuestros productos. Pero aquí estoy, a punto de proponerles una colaboración. Todo lo que hago por una mujer.

Al llegar al piso 12, veo un cuerpo conocido salir de la oficina del mismo Sean McArthur. Al parecer, no es una relación sencilla, ya que las personas no reaccionan a ella. Solo una rubia permanece como estatua viendo la escena, al igual que yo.

-¿Sabes quién es la señorita? - digo cuando me pongo a su lado.

-¿Señorita? Ja. - Ríe sin humor. - Más bien bandida. Todos en esta oficina saben quién es. Es la amante oficial del señor McArthur. Puede tener novias, pero nunca la deja a ella. La odio tanto. Su nombre es Samantha Denver. - Dice sin disimular el veneno en su voz. Su postura demuestra que si la tuviera en frente, no dudaría en golpearla.

-Oh... Disculpe, ¿quién es usted? - pregunta cuando se da la vuelta y me ve de pies a cabeza. No disimula un poco.

-Solo un mensajero.

-No lo parece, se ve tan guapo - dice mientras se toca el pelo, clara señal de coqueteo. Esta es mi señal de que tengo que salir.

-Bueno, debo seguir entregando pedidos - digo mientras muestro unas carpetas que tenía en la mano.

-Pero... - simplemente camino antes de que termine la frase y salgo del lugar lo más rápido que puedo.

Mi mente es una nebulosa, es decir, la chica que me ha vuelto loco, por la que me he vuelto prácticamente un acosador, ¿es la amante oficial de un millonario? ¿Por qué siquiera lo sería? Es hermosa, solo merece el título de esposa. Estoy tan molesto, molesto de no conocerla a tiempo. Eso no quiere decir que me esté rindiendo, puedo conseguir enamorarla.

Mientras mi mente desvaría y me monto en mi moto, la diviso discutiendo con una mujer. Aparenta entre unos 18 y 20 años. No logro escuchar de qué hablan porque la distancia es demasiada, pero parece como si una hermana mayor estuviera reprendiendo a su hermanita por salir sin permiso.

En cuestión de segundos, mi morena le quita el sombrero y el sobretodo que tiene la chica, la empuja a una pared donde no se ve y empieza a caminar apresuradamente. Es cuando me doy cuenta de que un carro va a una velocidad muy rápida y frena de golpe justo al frente de Samantha. Dos hombres salen del carro, la toman por ambos brazos y así mismo se meten en el coche. Todo pasa tan rápido que no logré reaccionar hasta que vi el carro acelerar nuevamente. Allí es donde decido seguirlos.

No sé qué está pasando, pero mi obsesión por esta mujer es grande. No sé en qué diablos me estoy metiendo, pero necesito saber que está segura. Sigo el carro hasta que se estaciona en un motel. El conductor baja a la recepción y cuando vuelve bajan los 3. La llevan a una habitación y cierran la puerta.

-¿Eres la señorita McArthur? - escucho decir a uno.

-Por supuesto - responde mi morena - ¿No ha visto mi pelo rubio?

"No juegues con nosotros, niñita. Necesitamos a la señorita McArthur ahora mismo. Tiene que pagar sus deudas", dijo uno de los secuestradores.

"Pues no sé dónde está. Ustedes son los que me secuestraron de la nada. No tengo idea de por qué me tienen acá", respondió la víctima.

"Ahora que te vemos bien, quizás puedas pagar sus deudas", amenazaron los secuestradores.

"Suéltame, desgraciado", gritó la víctima, y esa fue mi señal para entrar en acción.

No eran rivales para mi, a pesar de que eran tres contra uno. Ninguno tenía fuerza ni técnica, y no contaban con que alguien los siguiera, así que el armamento que tenían estaba lejos. Solo uno llegó a tocar su pistola, pero el no la desarmó inmediatamente. Deje a dos inconscientes y al otro lo amarré a la cama.

Agarre a mi morena de la muñeca y la saque de allí.

"¿Tú? ¿Qué estás haciendo aquí?", preguntó ella.

No le respondí y la arrastré hacia mi moto. No dije nada hasta que llegamos a un hotel. Pedí una suite y entramos en ella. Cerré la puerta, tome a la niña de las manos, la sujete muy arriba y la pegue contra la misma puerta. Estaba tan molesto por lo que acababa de pasar. ¿Si no hubiera llegado a tiempo? ¿Si no la hubiera seguido? ¿Si no hubiera ido a esa oficina hoy? Me quedé viendo sus ojos por un momento. Parecía desconcertada, no entendía. Y así, sin previo aviso, descendí hasta sus labios y le robé un beso.

Estaba tan sorprendida que no reaccionó, pero poco a poco fue correspondiendo con movimientos suaves en un compás conmigo, hasta que sonreí y eso rompió el hechizo, haciendo que ella lo mordiera.

"Ahora sí me vas a decir, ¿qué estabas haciendo en ese lugar?", preguntó la chica, y solo levanté una ceja.

"No pensé que tuviera que darle mi itinerario, señorita Denver.

-Sabes a lo que me refiero... ¿Cómo sabías que estaba en ese sitio?", respondió el narrador.

"Mejor dime, morena", empece a decir mientras pasaba mi nariz por su cuello. "¿Tanto amas a ese hombre? ¿Tanto amas al señor McArthur que darías tu vida por su hermana?"

"¿De... De qué... De qué estás hablando?", preguntó ella entre tartamudeos.

"¡Ay, por favor! Sé perfectamente que tomaste el lugar de la señorita McArthur. Yo lo escuché".

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play