Las estadísticas son las siguientes: si avanzamos por este lado, nuestras ventas aumentarán. Solo escucho ruido a lo lejos, mi mente está en otro lugar... En una piel tostada, una cinturita pequeña, unas piernas torneadas, un trasero provocativo... Esos ojos que desprendían furia... Todo envuelto en 1.50 de altura... Mierda... No puedo sacármela de la cabeza...
- Amigo... ¿Qué te pasa? No prestaste atención a la reunión... Se te notaba en la cara.
- Escuché lo básico, que este trimestre tiene sus altas y bajas... Según las estadísticas, tenemos oportunidad de seguir escalando en el mercado, solo necesitamos una buena publicidad y es todo.
- ¿Cómo puedes concentrarte en todo? Claramente vi que estabas distraído...
- Eso no es importante, escucha, necesito salir... ¿Me cubres por hoy? - Josh se quedó pensando como si tuviera otra opción, así que se lo hice más fácil - ¡Gracias! Te debo una.
Necesitaba despejar mi mente, así que doblé la esquina y así sin más... Regresé a las afueras de la ciudad, directo a "El Castillo". Es un galpón clandestino donde los ricos vienen para apostar. Pueden verse gordos, con barba y trajes. La primera vez que vine fue para averiguar acerca de un empresario. Se decía que recurría mucho a este sitio. Sin darme cuenta, ya estaba en la jaula. Debido a mis ataques de ira y a mi temperamento, estuve constantemente entrenando diferentes tipos de deportes de defensa personal durante mi adolescencia y así empezaron mis inicios. Nadie se imagina que detrás de ese pasamontañas hay un hombre de negocios.
- Hey Gary, ¿qué tal una pelea? - Gary es uno de los mejores peleadores y normalmente está entrenando. Es un tipo agradable.
- Claro, ¿por qué no?
La entrada al ring fue la única oportunidad que tuve para estar de pie. Estaba muy desconcentrado. Fue en ese momento que decidí... Tengo que saber quién es esa morena.
Pero... ¿Por dónde empiezo? Solo la he visto dos veces en mi vida. Nunca pregunté su nombre y los sitios eran públicos. Solo sé su apariencia y que tiene un carácter de perros. Sé que la noche del bar la conocí por casualidad, así que no la volveré a ver aquí. Toca ir al centro comercial.
Toma mis cosas y decido volver a la empresa, ya que hoy no la volveré a ver...
- Por fin llegas, hoy tenemos una reunión con el representante de Maxxwall, viene por el trabajo de publicidad.
- Bueno, ese es tu trabajo, ¿por qué estás aquí?
- Porque estaba haciendo TU trabajo, idiota. Retoma el proyecto de ventas con los centros comerciales mientras yo atiendo a la gente de Maxxwall.
Es allí cuando la veo. Tenía unas carpetas en las manos, parece una secretaria sexy. Estaba viendo por los alrededores y se veía un poco incómoda. Una sonrisa involuntaria apareció en mis labios.
- Hey amigo, ¿por qué no te encargas de los centros comerciales y yo de la gente de Maxxwall?
Josh me veía con los ojos entrecerrados y sus sospechas eran evidentes en su cara.
- ¿Por qué tomarías algo tan aburrido como eso?
- Tengo mis razones. Ahora ve con el personal de los centros comerciales.
- Ya que...
Hoy definitivamente es mi día de suerte. Después de todo, no tendré que buscar una aguja en un pajar. Mi presa entró en mi territorio. Con paso sigiloso me acerco a ellos...
- Buenos días. ¿Son ustedes los representantes de Maxxwall? - Ambos voltean a verme. El hombre es el primero en reaccionar y me extiende la mano.
- Sí, mucho gusto. Soy Charles García, el gerente de diseño en Maxxwall, y la señorita acá es mi secretaria. Su nombre es Samantha Denver...
Una sonrisa aparece en mi rostro al ver que ella me reconoce. Lo sé porque en sus ojos veo la molestia reflejada. No sé por qué su constante rechazo se siente como seducción para mí...
- Un placer. Mi nombre es Andrew Martín. Hoy seré quien escuche sus propuestas y, dependiendo de su desempeño, daré mi veredicto. Pueden seguir por este pasillo y hablaremos de esto en la sala de reuniones.
Puedo ver cómo ella voltea los ojos, pero aún así sigue hacia donde le indiqué.
- Señor Martín, nuestra propuesta está basada en esta gama de colores para sus diseños, y tal vez sea bueno un comercial para el acné, un antes y después...
Señor García, entiendo que usted ha estado enfocado en que nuestros nuevos productos están destinados a la limpieza y cuidado del rostro, pero ¿no le parece muy vago decir "un comercial para el acné"? Es decir, usted planea hacer lo mismo que todo el mundo. Eso no nos sirve, necesitamos algo único, algo que cambie la monotonía de la promoción de este tipo de productos.
No me malinterprete, estamos tanteando las aguas. Normalmente, el cliente no se arriesga mucho en estos casos, pero ¿qué le parece si se usa durante el rodaje de alguna película? ¿O en videos de influencer? Tal vez un comercial donde muestre lo satisfactorio que es tener un rostro limpio y la suavidad que deja. Existen muchas opciones. Todo lo estuvo explicando la morena, atrayendo mi atención. Tiene fácil desenvolvimiento, pero algo molesto me distrae.
No la tome en cuenta, señor Martín. Es nueva y no sabe bien lo que dice. Samantha, entrégale los folletos al señor Martín.
Cuando la morena se acerca a mí, distingo la mirada del hombre. Estaba viendo descaradamente el trasero de esta hermosa mujer. Solo lujuria hay en sus ojos.
Ven aquí, Samantha. Siéntate a mi lado, dice él mientras saliva. Es como ver a un cerdo. Está acabando con mi paciencia.
Entiendo que ustedes tienen sus modos, pero lo que nos presenta la señorita Denver no me parece mala idea.
Oh, no dije que estuviera mal. Es solo que no sabe seguir indicaciones. Si usted desea seguir alguna de sus ideas, podríamos ajustarlo a un nivel profesional.
Entiendo...
Ahora bien, si mira nuestro folleto...
Dejé de escuchar cuando finalmente mi paciencia se agotó. El cerdo estaba subiendo su asquerosa mano por las piernas de la morena. Entiendo que ella es muy tentadora, pero eso no quita el hecho de que me moleste que él lo haga. O el hecho de que ella refleja repugnancia.
Es todo. Parto el lápiz que tengo en mi mano, intentando relajarme, pero no puedo más. Mi respiración es errática y simplemente algo en mi cabeza vuela.
-Desgraciado, ¿qué te crees que haces? Eso que estás haciendo debajo de la mesa es acoso laboral, está penalizado por la ley. ¿Quieres que te refunda en la cárcel, pedazo de escoria? - Cuando me acerco para golpear al tipo, que está tan pálido como una hoja de papel, una pequeña mano me detiene y otra mano similar conecta con la mejilla del hombre.
-¡Eres un pedazo de basura! - Dice la morena dirigiéndose al señor García - Entenderá usted que mi renuncia estará sobre su escritorio el día de mañana y con ella una citación a un juzgado. Pensé que podría manejar a una persona desagradable, pero usted ha llegado a un extremo físico... Por otro lado, señor Martín, agradezco su ayuda, pero no la necesito.
Sin más, la chica tomó sus cosas y salió de la oficina dejándonos con la boca abierta.
-Señor Martín, puedo explicarlo, yo…
-Olvídelo, ella lo ha salvado de una golpiza. Debido a su falta de profesionalismo, decidimos no colaborar con su empresa. Puede retirarse...
Luego de decir lo último, salgo de allí y me dirijo a mi oficina. Otra vez se va sin conseguir su contacto, pero al menos sé su nombre... Samantha Denver sabrá de mí muy pronto...
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