CAPÍTULO IV: El nuevo integrante de la familia parte 1

Júnior fingió estar dormido porque aún no confiaba en estas personas, era tan parecido a su padre en cuánto a la astucia que era innegable el parentesco, con cuidado salió de la habitación y escuchó la conversación entre su padre y su tía.

—¿Carlos, qué vas a hacer con él? Si quieres, puedo llevarlo conmigo a Estados Unidos —sugirió Andrea.

—Te lo agradezco, pero ese chico es mi responsabilidad —respondió Carlos con firmeza.

—No creo que a Magda le guste mucho esta noticia.

—Hermana, Magda es comprensiva. Esto no tiene nada que ver con nuestra relación. Voy a criarlo como lo que es: mi hijo. Y espero contar con tu apoyo.

—Por supuesto, Carlos. Junior es inocente de lo que pasó entre ustedes.

Junior se quedó paralizado. ¿Inocente? ¿De qué? ¿Qué había pasado entre su padre y esa mujer de la que nadie quería hablar?

—¿Le vas a contar sobre su madre? —preguntó Andrea.

—Cuando tenga la edad suficiente. Por ahora, nadie puede mencionar el nombre de esa mujer.

El chico de 12 años que era huérfano ahora resultaba que tenía una familia, quería saber sobre su madre, pero debido a lo que escuchó se dio cuenta de que no era conveniente que preguntara sobre ella.

Mientras Carlos López hacía lo que consideraba correcto, en la hacienda su hermano Camilo enfrentaba una grave crisis matrimonial, su esposa Karina le solicitó el divorcio y la pareja discutía acaloradamente ignorando que sus hijos David de 10 años y Danilo de 08 años escuchaban la discusión entre ambos.

—¿Por qué ocultaste a tu hermano la existencia de ese niño? —gritaba Karina.

—¡Eso no es tu problema, Karina! —respondió Camilo con desdén.

—Sí lo es. Por eso la familia López nos hizo a un lado.

—¡Ese bastardo no es nadie!

—No lo entiendes, Camilo. Junior va a ser el heredero. Y David y Danilo no recibirán nada. Tu hermano le dará la empresa a Susana y los “otros” negocios al bastardo.

—No es mi culpa. Es culpa de Junior.

—¡No! Es tu culpa. Desde que supiste que no era tu hijo, debiste deshacerte del problema.

Camilo estaba sorprendido por las duras palabras de su esposa, ella siempre fue muy amable, pero estaba llena de mucho resentimiento.

—Karina, ¿qué está ocurriendo contigo? Tú no eres así.

—Tu desamor y tu obsesión por Gladys acabaron con todo lo bueno que había en mí.

Júnior ignoraba que dentro de su propia familia se encontraban sus mayores enemigos, desde ese momento sus primos David y Danilo lo culparon de que sus padres se separaran y de que su tío Carlos no los dejara participar

en los negocios de la familia. A la mañana siguiente el grupo dejo la posada y emprendieron el viaje rumbo a la ciudad capital, Júnior estaba sorprendido de que su padre viajará en compañía de tantas personas que cuidaban de su seguridad, finalmente se dio cuenta de que su padre era la persona de la cual hablaban los rebeldes, en horas de la tarde llegaron a una lujosa urbanización dónde el acceso era muy difícil y le dijeron que a partir de ahora este sería su nuevo hogar.

Júnior entró en la lujosa residencia y se sentía cómo que no pertenecía a este lugar, observó como su padre saludaba a una mujer muy hermosa, la cual le presentó como su esposa, ella lo miraba con curiosidad, sin embargo, fue muy amable.

Magda, la esposa de Carlos, no tenía idea de lo que estaba ocurriendo porque este le dijo que había un problema con sus hermanos y que al regresar le contaría lo sucedido, en realidad Carlos sentía preocupación de cómo ella

tomaría la noticia, aunque la amaba no iba a abandonar a su hijo ahora que conocía su existencia.

—Magda, necesito que hablemos en privado —dijo Carlos, con el rostro tenso.

—¿Carlos, qué está ocurriendo? —preguntó ella, sorprendida por su actitud evasiva.

Carlos se dirigió a Júnior, que estaba muy asustado al verse en un entorno desconocido, para tener doce años era un poco famélico, pero a pesar de ese detalle se podían notar sus rasgos finos.

—Espérame un momento, hijo. Necesito hablar con mi esposa.

Carlos habló con el chico en un tono de voz tranquilizador porque Júnior tenía miedo, ya que no conocía a estas personas, apenas hace tres días ignoraba que tenía un padre y una familia, los ancianos a los cuales llamaba abuelos le dijeron que era huérfano.

—¿Te gusta la torta de chocolate?

—Sí, señora. Me gusta mucho.

Magda le dio instrucciones a la empleada para que le sirviera el postre al niño.

La pareja se reunió en la oficina, Carlos le contó todo lo que ocurrió y lo molesto que se sentía con Camilo así como lo apenado que estaba tanto con ella como con Susana.

—Carlos, no justifico lo que hizo Camilo, pero lo entiendo. Con todo lo que estaba pasando… ¿Qué habrías hecho tú?

—No lo sé, Magda. Pero verlo en esas condiciones, sabiendo que es mi hijo… fue insoportable.

Magda, estaba impactada porque Camilo fue muy cruel con el niño que era inocente del pecado de sus padres, pero decidió mediar en la situación porque Carlos creía que era recomendable separar los negocios y con el país en plena reconstrucción no era el mejor momento, ella le dijo que no se preocupara que lo ayudaría con la crianza de Junior pese a la incomodidad que le estaba causando esa situación.

Magda salió de la oficina y observó detenidamente al niño y se dijo a sí misma que no tenía la culpa e incluso Carlos ignoraba su existencia, Júnior había vivido en muy malas condiciones los primeros años de su vida así que respiró hondo y le pidió al personal que prepararan una de las mejores habitaciones de la casa para el chico.

Junior miró con asombro la habitación que a partir de ahora sería suya, era más grande que la casa donde vivía y no lo podía creer, incluso tenía un televisor Júnior miraba con alegría todo el lugar y Magda se sintió conmocionada ante la reacción del niño.

—¿Te gusta, Júnior?

—Sí, señora. Gracias —respondió con una sonrisa que desarmó cualquier resistencia.

Carlos, después de conversar con Magda, llamó a su hija Susana para contarle la impactante noticia, aunque esperaba que esta reaccionara de mala manera, ella lo tomó con tranquilidad, y debido a que no podía viajar le pidió a su padre llevará a Júnior al país del este porque quería conocerlo. Carlos entró en la habitación del chico y para su sorpresa estaba profundamente dormido, notó que no se cubrió y él lo hizo, aunque sentía algo de incomodidad hacia Júnior también le agradaba, sabía que le esperaba un largo camino hacia la aceptación de este chico en su vida

Gladys se encontraba en un hospital psiquiátrico y Camilo fue a visitarla, a pesar de los años y su traición él seguía enamorado de ella, sentía que acababa de perder mucho solo que nadie entendía la profundidad de sus sentimientos, aunque Karina no lo presionó con el divorcio se volvió totalmente indiferente hacia Camilo, ante los extraños y personal fingían ser una pareja, pero en privado ella vivía su vida aparte de él, debido al fuerte tratamiento a veces Gladys tenía momentos de lucidez.

—¿Carlos, viniste a verme?

—No, Gladys. Soy yo, Camilo.

—¿Qué haces aquí? Te llevaste a mi bebé. No quiero verte. Te odio.

Camilo sintió que se desmoronaba porque había perdido a su familia por una mujer que, ni siquiera en su locura, podía amarlo.

—Gladys, he renunciado a tanto por ti. Y tú jamás pudiste sentir amor hacia mí.

Camilo no dejaba de pensar en que si ella no hubiera tenido a Júnior jamás habría perdido la razón y aún seguirían juntos.

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