Cuando abrió los ojos lo primero que vio fue un techo todo revestido de láminas de madera.
La comodidad de un lecho bajo su cuerpo le hacía no querer moverse salvo lo justo.
Estaba más que agusto metido bajo aquella extraña y gruesa manta que aunque no pesaba desprendía un calor que ni las mantas a las que estaba acostumbrado lograban.
Se removió lentamente, desperezandose para terminar medio bocabajo y con las manos bajo la almohada.
Había vuelto a cerrar los ojos y ronroneó como si fuera un gato.
Le agradó el aroma que la almohada desprendía.
Fue entonces cuando le pareció oír un ruido.
Prestando atención distinguió el sonido que hace un cuerpo dentro del agua.
Abriendo de nuevo los ojos miró hacia el ventanal.
Fuera daba la impresión de que debía hacer bastante frío.
Aún así el sonido no cesaba y le resultó extraño.
¿En serio habría alguien bañándose?
Curioso se incorporó y apartó la manta.
Entonces se fijó en sí mismo.
No llevaba su ropa sino un pijama de dos tallas más grandes que la suya.
Tragó saliva.
-A-ay Dios-
¿Y si le habían visto más de la cuenta?
¿Y si la persona que lo hubiera llevado allí ahora supiera que él no...
Poniéndose en pie caminó hasta las cristaleras y se asomó.
Alguien parecía estar nadando en ese lago que prácticamente se encontraba pegado a la casa.
Con cuidado intentó abrir un ala de la ventana.
El aire frío del exterior le hizo sufrir un escalofrío.
Y volvió a mirar a aquella persona dentro del agua.
¿Cómo podía estar metida en el agua con el frío que hacía?
Pero entonces algo le causó sorpresa.
Fijándose bien observó que alrededor de aquella persona el agua salía hacia arriba transformada en vapor.
¡Literalmente parecía ebullir!
-¿Qu-qué demonios...-
Aún con el frío que hacía, Terry se atrevió a salir.
Se agarró la camiseta del pijama y castañeteandole los dientes avanzó hacia la baranda de madera.
Se fijó mejor en la valiente persona que nadaba rodeada de vapor.
Y se dio cuenta de que era un hombre.
-¡Joder!-
De repente vio que éste se detuvo y se empezaba a dar la vuelta.
Terry volvió a tragar saliva.
El hombre terminó dándose la vuelta por completo dejando que Terry se quedara de piedra al verle.
-¡Ma-madre mía!- jadeó una exclamación Terry.
Anonadado vio a aquel hombre que le miraba fijamente mientras se aproximaba con nado lento.
En cuanto éste llegó ante él, Terry pudo comprobar los ojos tan azules que tenía.
Imaginó que debía ser rubio aunque en ese momento al llevar el corto cabello mojado y pegado a la cabeza parecía más del color de las hojas en otoño.
Terry retrocedió sujetándose aún la camiseta del pijama y pisandose los bajos del pantalón, problema de que le estuviera grande.
El rubio salió del agua impulsandose con las manos las cuales había apoyado en el suelo de la especie de entrada con baranda que emulaba un balconcito pero a ras de suelo o más correcto sería decir a ras de agua.
Terry casi sufre un severo ataque al corazón al ver que el susodicho no usaba bañador.
¡Iba desnudo!
-¡Ay perdón!- se disculpó rápidamente tapándose los ojos.
El rubio rió divertido.
-No pasa nada- a toda prisa se enredó una toalla que había cerca a él.
Por entre los dedos, Terry le veía secarse con la toalla bien enrollada.
-Puedes mirar- dijo el rubio.
-Pe-pero ten-tendrás que vestirte y...-
-No me verás nada, te lo prometo-
Despacio, Terry fue retirándose las manos de los ojos y miró al hombre.
-Yo-yo...gra-gracias- habló entre tartamudeos Terry.
-¿Es que buscabas quedarte congelado?- medio riñó medio bromeó el rubio.
-¿Eh?-
-Se nota que no eres de aquí- dijo el alto buscando con los ojos sus pantalones.
-No. So-soy de...California-
Terry observó cómo aquel hombre se coló los pantalones por debajo de la toalla para sin permitirle volver a verle desnudo acabó con ellos puestos.
La toalla se la retiró de la cintura y mirándole con una sonrisa de oreja a oreja repuso:
-¿Ves? No me has visto nada-
-Una pena- murmuró para sí Terry.
Pero obviamente el rubio le oyó.
Dando un paso hacia él extendió una mano diciendo:
-Me llamo Úlfur-
-Terry. En-encantado- aceptó su mano. Pero la soltó al notarla excesivamente caliente -¡Arde!- se sorprendió.
Úlfur se maldijo en su interior.
"Debí esperar más"
Siempre le ocurría.
Después de un baño en las aguas del lago y cuanto más frías estaban, su temperatura corporal ascendía casi hasta los cincuenta grados.
-Soy de sangre muy caliente- respondió.
Terry le miró entre confundido y sorprendido.
-No...pero tu mano...parecía como si...era como si...y te he visto bañándote en el agua que seguro está congelada y...¿E-eres...eres humano?-
Quiso darse una ostia mental al recapacitar lo que acababa de preguntar.
"¿Si seré gilipollas? ¿Cómo le pregunto eso?"
-Sí lo soy aunque si quieres puedes comprobarlo tú mismo-
Úlfur se dio un manotazo imaginario al oírse decir aquello.
Segundo síntoma.
El primero pasó en cuanto llegó con el joven inconsciente a casa y le comenzó a quitar la ropa húmeda por el frío.
Tuvo que controlar muy bien las inmensas ganas de rompersela y...
"No pienses en eso o vas a tener que lanzarte al agua más que de prisa"
Se regañó a sí mismo.
Esa fue la razón de que Terry lo hubiera pillado dándose un bañito matutino.
Si ardía no era solo por estar dentro de la gélida agua sino porque su cuerpo aumentó de temperatura con solo ir viendo aparecer más y más piel desnuda del joven.
El instinto le hacía desear que tras haber encontrado a esa persona ahora venía el siguiente paso.
Hacerlo suyo.
Todo suyo.
Y al igual que los reales, estaba dando los respectivos pasos para conseguirlo.
Había iniciado el cortejo.
De ahí que ni le hubiera importado que le viera desnudo.
Esa era la razón de cómo le habló.
Pero Úlfur sabía que debía controlarlo y comportarse como un humano aunque él ardiera literalmente por llevarlo a cabo.
-Disculpa, no quería decir lo que he dicho- se excusó.
-No, si...si no pasa nada- restó importancia Terry.
-¿Llevabas coche?-
-Sí-
-Llamaré para que vayan a buscarlo y si quieres mientras yo llamo tú puedes comer algo- señalándole hacia el interior de la casa le hizo que entrara para él hacerlo detrás.
-¿Y...y mi ropa dónde...-
-Estará ya seca, voy a por ella y te la traigo- respondió Úlfur -Si quieres ahí está el baño, puedes darte una ducha y tranquilo que sale agua caliente-
Terry mostró una sutil risita.
-Las toallas están en la estantería de arriba-
-Gracias otra vez-
-De nada-
Úlfur desapareció de la habitación dejándole solo.
Terry caminó hacia el baño y entró.
Comprobando que tenía pestillo cerró y lo echó.
Luego dio un suspiro de alivio.
-Ni que fuera a entrar sabiendo que yo estoy dentro- se reprochó.
Su mano se situó sobre el pestillo para quitarlo pero algo le dijo que no lo hiciera.
-Bueno, mejor...mejor casi lo dejo- se dijo.
Y tras quitarse el pijama se metió en la ducha.
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Comments
Anonymus
Que descubrieran que 😳😳😳ay ternurita creo que se que es y el va a estar encantado
2024-01-03
1
Sol
que no queeeee???... no me dejes así ahhhhhh
2023-05-20
1