-Lobo-
El rubio puso los ojos en blanco al oír como usaban su nombre animal.
-No me llames así-
-Es tu nombre ¿No?- bromeó la mujer rubia conteniendose la risa.
El rubio torció la boca en una clara mueca de desagrado.
-Es Úlfur-
-En mi idioma "Lobo"- dijo ella.
-Tú ya no eres americana- rezongó divertido Úlfur reordenando unas carpetas y enrollando unos planos.
Metiéndolos en sus protectores, una especie de tubos, miró la hora.
Las cinco.
Fuera ya estaba casi oscureciendo.
-No sé cómo eres capaz de vivir tú solo en medio de la nada- repuso ella -Yo me cagaría de miedo-
Úlfur rió escuetamente.
"Si tú supieras y yo te dijera"
Pensó para sí.
Recogiendo sus cosas y poniéndose un buen abrigo de lana Úlfur se colgó los dos tubos donde llevaba los planos. Luego se colgó en el otro hombro su bolso-maletín.
-Bueno, yo me voy- anunció.
-Si te hubiera dado la gana y no hubieras puesto pegas a mi amiga a lo mejor ahora ella te estaría esperando en tu casita-
-No era mi tipo- apuntó Úlfur echando a andar hacia la salida.
-Eres muy exquisito con eso de buscar novia- reprendió ella.
Antes de salir, el rubio se giró a ésta.
-No lo entenderías- dijo.
La mujer dio un par de pasos hacia él.
-¿Eres gay?- preguntó sin pelos en la lengua.
Úlfur emuló una sonrisa.
-Creo que exactamente se le llama pansexual- respondió.
-Lo entiendo- asintió ella -No has encontrado a la persona correcta y no sabes si será una ella o un él-
-Eso mismo- afirmó él -Que pases una buena tarde-
-Aún me quedan algunos detalles que finalizar así que hoy me parece que saldré más tarde de las cinco y media-
-¿Quieres que te eche una mano?- se ofreció él.
-No, tú vete, ya tienes bastante con los planos de esos dos imbéciles- dijo sonriendo la mujer.
-¿Seguro? A mí no me espera nadie y a ti sí te esperan nada menos que tres personas-
-Naa, Sven se hace cargo de los niños- restó importancia ella.
-Como quieras, aún estás a tiempo-
-Que te vayas lobito-
-Todavía te muerdo para que me llames lobito con razón-
Ella le miró de reojo.
-No me tientes o no dudaré en serle infiel a Sven-
-El que te muerda no quiere decir que tengas que serle infiel a Sven- se burló Úlfur.
-A lo mejor yo quiero que me muerdas de otra manera- resolló la mujer.
-Olvida esa manera, para mí solo eres una muy buena amiga-
-Umm, qué lástima, con lo bueno que estás- murmuró ella entre risas y creyendo que no la oía.
Pero Úlfur la escuchó alto y claro.
-Me voy, hasta el lunes o el martes, no sé si los tendré para el lunes-
-Cuando los tengas, ya has oído a esos dos panfilos-
Úlfur salió del lugar.
El aire frío le dio en la cara y él elevó el rostro.
Mirando al cielo vio que esa noche había luna creciente.
-Relax, menos mal- se dijo.
Echó a andar hacia su todo-terreno para la llegar junto a éste depositar los planos en el asiento trasero.
Luego se quitó la chaqueta de lana y la dejó al otro lado del asiento. Dando un rodeo llegó a la puerta del conductor y se subió.
Ni puso la calefacción.
Si lo hacía se convertiría en una antorcha humana.
Ya superaba los cuarenta grados en su cuerpo y no quería terminar quitándose la ropa antes de llegar a casa y ponerse a correr y retozar con la nieve.
Encendió el motor y puso las luces.
Después se puso en marcha rumbo a casa.
-¿Por...por qué no ha-habré a-aceptado que me acom-acompañara?-
Terry tiritaba de frío.
Había estado dando vueltas y más vueltas con el coche que había comprado y se quedó sin combustible en mitad del espeso bosque.
El móvil había perdido toda la cobertura y no sabía qué hacer.
Hasta que le dio por echar a andar siendo aún peor esa idea.
Ese lugar era demasiado oscuro y apenas si veía luz.
No pensó que oscurecería tan pronto pero claro tampoco fue muy inteligente al decidirse ir por sí mismo hasta su nueva casa.
-Si-si es ver-verdad lo-lo que ese ta-taxista di-dijo o-ojalá me tope con un...uno de ellos y...me con-convierta- se mofó -Qué idiota soy, ma-mañana encon-encontrarán mi cuerpo y será de chiste. "Gilipollas americano se pierde yendo a su nueva casa" pufff, para llorar-
Tratando de abrazarse todo lo que pudo siguió caminando con dificultad a través de la nieve.
Empezaba a notarse mareado y con cansancio.
-So-soy un completo idiota-
Úlfur conducía pendiente de todo.
Aunque llevaba las luces en realidad no las necesitaba pero prefería usarlas por si se encontraba con alguien aunque si lo pensaba bien nadie iba por aquella carretera solitaria.
-Todos se asustan- se burló.
Solo apartó unos segundos los ojos del frente para poner la radio cuando al levantarlos apareció ante el todo-terreno una figura.
Úlfur pisó el freno y paró.
-¿Qué demonios...-
Sin pararse a pensar salió del coche y echó a andar hacia la figura.
Ésta, a una distancia alejada, parecía tambalearse y costarle caminar.
-Eh, eh, oye-
Úlfur le llamó alzando la voz más ésta no parecía oírle hasta que la vio detenerse.
Úlfur se dio prisa en llegar hasta ella cuando casi a unos cuantos pasos la persona aquella dejó de estar de pie para precipitarse al suelo.
Por suerte no golpeó contra éste pues Úlfur fue rápido y logró atajarlo antes de caer.
Comprobó que estaba helado y lo giró entre sus brazos para poder sostenerlo mejor...
Cuando le miró a la cara.
Apenas si cruzó unos milisegundos sus ojos con los todavía medio abiertos de éste que sintió una especie de calor llenarle no solo las manos sino el pecho.
Haciendo brillar sus ojos azules en ámbar miró mejor al inconsciente.
Era un chico.
Actuó por instinto y por naturaleza.
Alzandolo en brazos regresó hacia su coche.
Con un solo brazo lo sostuvo para abriendo la puerta de atrás empujar los planos y su chaqueta para poder tenderlo en el asiento.
Luego cerró y rodeó el coche para abriendo la otra puerta agarrar su chaqueta y echarla sobre el cuerpo inmóvil del joven.
Volvió a mirarle para otra vez sentir lo mismo.
Y recordó las palabras de sus padres.
"No tengas prisa, no todos las encuentran a la misma edad. Es...cuando es el momento idóneo y justo. Lo sabrás cuando ardas y solo con ver a esa persona sientas que la felicidad te envuelve sin razón aparente. Ese es el primer signo de que la has encontrado"
Úlfur sonrió sutilmente.
-Y yo que pensaba que ya no te encontraría-
Despacio extendió sus dedos y acarició levemente su mejilla.
El joven sufrió un estremecimiento pero siguió con los ojos cerrados.
Úlfur se apresuró a su sitio, montó y arrancando el motor puso rumbo a casa.
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Comments
Anonymus
ulfur llego a ti tu destinados y mira que lo hizo de.forma.teatral , ME ENCANTA 😘😘
2024-01-03
2
Sol
pienso lo mismo... 🤣 🤣 🤣
2023-05-20
2
Maria Hernandez
jajaja jajaja jajaja 😂😂😂😂😆😆😆 Ulfur ya consiguió su mate que magnífico
2023-05-14
1