Ingresó a la ducha, no tenía mucho tiempo, no quería seguir haciéndolos esperar, ya lo habían estado esperando mucho tiempo.
Cuando comenzó a correr el agua por su cuerpo, sintió un escalofrío, volvió a recordar la imagen del rostro de esa mujer llorando que le decía “Es hora que cumplas lo que me prometiste”
¿Qué le había prometido? ni siquiera la conocía, pero no podía dejar de sentir que era parte de su vida. Hurgó en su memoria, pero no la recordaba, era un poco mayor quizás, pero no recordaba haber tenido ningún romance con alguien mayor y desde que empezó a salir con Cintia, nunca había estado con otra persona.
Sus ojos… inundados de lágrimas, pero los más dulces que había visto en su vida, seguramente recordaría unos ojos así si los hubiera visto.
Y ese maldito pecho que no dejaba de doler, tal vez era su lunar de nacimiento que se estaba complicando, aunque nunca le había dolido ni nada y siempre le habían asegurado que era inofensivo.
Tal vez tendría que ir al dermatólogo para chequearlo de todas maneras. Se agendó mentalmente esa tarea porque de verdad que se estaba asustando. No podía jugar con dolor, así que sería mejor no decirle a nadie, hasta que supiera algo más al respecto.
Se vistió, unos vaqueros negros y una camisa azul, Cintia solía decirle que usara el rojo, que le gustaba más, pero él siempre se había sentido más cómodo con el azul, como si eso fuera desde antaño, tal vez sus padres lo habían inculcado, no lo recordaba, pero había decidido dejar de discutir por tonterías y darle el gusto a su novia, las pocas veces que podían verse cuando se estaba desarrollando alguna competencia.
Era sencillo estar con ella, jamás una escena de celos, aunque no tendría por qué hacerlo, porque no le daba motivos, pero aun así, algunas de las novias de sus compañeros realmente hacían escándalos por cualquier cosa. Cintia era muy segura de sí misma, sabía que era muy bella, rubia de ojos azules y una figura envidiable para cualquier modelo, aunque ella se dedicaba a la producción de audiovisuales.
Esta noche salía con sus compañeros, así que dejaría sus dudas y sus pensamientos, especialmente su incomodo dolor para mañana. Ya mañana podría averiguar algo más.
Se terminó de preparar, tomó el analgésico que le había dado el médico y salió para encontrarse con muchos brazos que lo agarraron y lo levantaron en aires para festejar el campeonato.
- Bájenlo que el “Doc” le dio reposo – dijo Julio interviniendo –
Pero aún con las palabras del capitán, siguieron llevándolo entre risas y burlas por ser la nueva bella durmiente del equipo. Algunos se habían desmayado antes, debido a los golpes de cabeza que se daban cuando saltaban a ganar el balón en los “saques de touche”, pero Aarón era el primero que se desmayaba por un golpe en el pecho al marcar un “try” en la zona de gol.
- No sabíamos que eras tan debilucho – coreaban burlándose -
- Ya veremos quién es el debilucho cuando me pongan en el suelo – contestaba siguiéndoles la broma –
- Les dije que lo bajen – dijo Julio con una voz potente – necesitamos seguir teniendo un “apertura” para el próximo partido y Aarón se golpeó fuerte el pecho – agregó dándoles a entender que fueran más delicados.
Surtió efecto. Lo bajaron despacio y lo abrazaron cariñosamente. La emoción de todos estaba en cada abrazo, en cada mirada que cruzaban sus ojos.
- Los quiero chicos!!! – dijo sonriéndoles – se perdieron la entrega de medallas por mi culpa
- Por tu “culpa” salimos campeones – dijo Julio llamando la atención de todos – una medalla no reemplaza lo que verdaderamente significa pertenecer a un equipo. – y empujándolos a todos hacia la salida agregó – ya saben que es momento del tercer tiempo, así que vamos a confraternizar con el equipo contrincante.
Aarón sonrió y se permitió volver a sus pensamientos, a recordar cada enseñanza que el rugby le había dejado en esos casi 20 años de practicarlo. Por lo único que sentía una verdadera pasión era por esos postes de gol y esa pelota oblonga. Se sentía vibrar cuando miraba sus nudillos encintados sosteniendo el protector bucal antes de colocárselo.
Era un deporte rudo sin dudas, pero para él era una experiencia cuasi religiosa, era parte de la disciplina que se había esforzado en cumplir cada día de su vida.
Llegaron cantando al bar donde harían el tercer tiempo y uno a uno cada integrante del equipo contrario se fue acercando para saludar a todos con un choque de manos y con unos abrazos fuertes a Aarón.
- Increíble lo que hiciste – le decían
- Te llevaste colgando a 3 de nosotros y aun así no pudimos pararte – lo miraban asombrados
- “Bella” – dijo uno abrazándolo y a los gritos – te has ganado el mote de “Bella Thompson” de ahora en adelante
Y los demás asintieron al apodo con un fuerte “Por Bella Thompson” y chocaron sus enormes vasos de cervezas.
Les siguió la broma, pero trataba de respirar lentamente, porque cuando quiso gritar el dolor se agudizó. No tenía la intención de aguarles la fiesta, así que sólo rezó para que el analgésico hiciera su efecto rápidamente.
No tomaba la cerveza, simulaba para no hacerlos sentir mal, hasta que Julio se dio cuenta y se sentó a su lado y disimuladamente cambió sus vasos y le dio una gran trago.
- Bella, basta de alcohol por hoy – dijo fuerte – como capitán debo hacer cumplir lo que dijo el médico y el entrenador
Todos comenzaron a quejarse, pero Julio no dio el brazo a torcer. Entonces Aarón se acercó a su oído y le dijo “Gracias”.
Solo recibió un asentimiento con la cabeza para indicarle que lo había escuchado. Julio tenía solo 28 años, pero en muchos aspectos parecía mucho más adulto que los demás. Lo consideraba su mejor amigo desde que se habían conocido en el mismo club.
La noche fue encantadora en muchos sentidos, las bromas, el compañerismo, la empatía demostrada en todo momento era reconfortante. El sentido de pertenencia era sin dudas el que más destacaba de los valores aprendidos. Volvió a ver una imagen similar a la de su lunar y le hizo recapitular en pocos segundos todo lo que había vivido en estas pocas horas. Tenía que irse de ese lugar, necesitaba aire desesperadamente.
De pronto sintió un poco de aprehensión… ¿Qué pasaría si no pudiera jugar al rugby?. Seguramente preferiría morir. Sacudió su cabeza para borrarse esas ideas de la mente.
Buscó una excusa para irse y simplemente caminó, sin rumbo, sin motivo, sin entender lo que pasaba por su mente y sin encender su celular.
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Comments
Arcelia Flores
Aaron hazle caso a tus sueños ☺️ no te desanimes busca a la persona de tu subconsciente se que lo lograrás 😍
2022-10-15
1
Angi Jose
entonces esto significa que Gerardo reencarno en Aaron!!
2022-10-09
1