Sometido

Yuuki

Lo vi venir a mi enojado, sus ojos parecían del diablo. Me soltó las manos, pero me sentía como un bocadillo en medio de una jauría de perros. Esto no podía estar pasando. ¿Me iban a lastimar? ¿Él iba a dejar que me tocaran? Veo que no le importa. Los de su clase son así, los pobres toman lo que quieren solo porque pueden. Estaba por gritarle más cosas cuando acercó su puño cerca de mí, por un momento pensé que me pegaría, sin embargo, escuché un quejido proveniente de atrás de mí. Uno de sus amigos se tocaba fuerte el estómago, como si se le fuera a caer. Todos los demás miraban en shock. Estaba por preguntarle si estaba bien, porque después de todo, tengo educación no como ellos, entonces sentí como me eleve por el aire, nuevamente me estaba cargando este desgraciado pero de regreso a su habitación. Comencé a patalear para evitar que me llevara, no obstante, no logré absolutamente nada, odiaba que hiciera lo que quería conmigo.

“Esto es increíble”.

Me aventó a la cama y rápidamente se subió encima de mí, acechándome como una fiera. Estaba paralizado, no podía mover ningún músculo.

—¿Qué...? ¿Qué haces?

Lo miré con terror, este chico daba miedo. Me quedé de piedra cuando comenzó a besarme, estaba quitándome la ropa. No pude evitar gemir. Se alejó solo un momento para amenazarme. ¿De verdad piensa que seré fácil?

—Si huyes, desearás no haber nacido.

—Tú... No creas que porque seré tu esposo me dejaré hacer lo que quieras...

—No te estoy preguntando.

Intenté empujarlo, pero era muy fuerte. Esquivé mi mirada para evitar otro beso; sin embargo, solo hice que comenzará a besarme el cuello y dejara marcas, dolían solamente un poco.

Oliver

Aún siendo sometido era orgulloso y quizá eso era lo que más me..., molestaba, evitó que lo besara, pero aproveché besar su cuello dejando marcas en su piel marcándolo como animal y abrí sus piernas tomando su "premio" en mi mano, solo eso bastó para que reaccionara como sabía que lo haría, se puede hacer muy el digno, el de la alta sociedad, pero seguía siendo un chico al que puedes hacer gritar de placer si tocas en los lugares correctos.

—No te lo estoy preguntando.

Sonreí acercándome a sus labios, sin embargo, volvió a apartarse así que tomé su rostro haciéndolo que me viera y volví a besarlo sin dejar de tocarlo dulcemente, su cuerpo se sentía muy bien al igual que el mío y recordé por un momento las palabras de mi padre, no me las hubiese tomado en serio antes y de hecho ni siquiera lo tenía contemplado, pero alguien debía darle una lección a este cara de tonto y no sé, pensar en que alguien más lo quiera tocar me enojaba, lo odiaba, pero era mío ahora y yo no suelo prestar mis cosas. Soy un poco egoísta en realidad.

—Creo que alguien está bastante emocionado de verme.

Sentí su cuerpo relajarse un poco y lo vi un poco más dócil, sonreí victorioso por ver cómo se rendía ante mis toques, entonces, me separé hincándome en la cama e hice que se sentara. Aun en esta situación, se veía adorable con ese sonrojo hasta el cuello, me ganó el instinto de morderselo dejándole unas marcas más, se verá muy bonito después que acabe con él. Será una obra de arte, digna de presentarse en museos.

—Gánate tu lugar como mi futuro esposo.

Él ya sabía que es lo que yo quería, por lo que no fueron necesarias las palabras. Su rostro era muy gracioso.

—No... Espera... No lo hagas...

—No tienes permitido tocarte, ¿entiendes? Todavía no.

Susurre con voz ronca por la excitación y lo hice dejando que lo tomará hasta donde pudiera.

Yuuki

La metió a pesar de mis súplicas, cerré mis ojos y apreté mis manos, iba a provocarme y no quería hacerlo molestar. Comencé a tomár como sabía hacerlo, no era experto, solo tuve una pareja sexual..., mi amado Jiyang. Salí de mi sueño cuando él fue más rápido y fuerte, estaba yendo demasiado lejos, era demasiado, iba a desmayarme por la falta de aire.

—Ni siquiera para esto sirves, no sé de qué tanto presumes siendo tan inútil.

Casi ponía los ojos en blanco cuando terminó el suplicio, yo jadeando y lleno de saliva. Él se burló de mí. No era mi culpa que fuera un desgraciado sin corazón. No me permitió hablar porque me besó desgarradoramente y me puso en otra posición. Decidí no responder, porque sus manos hacían maravillas.

—Al menos dime que no eres virgen.

Él susurró cerca de mi oído y volvió a acariciar. ¿Es que no se le termina la energía a este hombre? Santo Dios. No sé por qué me daba la sensación de que no le importaba dejarme sin caminar o de dejarme mi cuerpo doliendo. Y ahora regresando a su pregunta, pues no lo era, y si lo fuera, ¿qué más le daba? Estaba tomándome por la fuerza y según él me estaba preparando, pero yo era muy diferente a lo que se imagina. Ya no pensé más cuando comenzó. Siento que no tengo ni una pizca de orgullo, porque momentos antes le decía que no, y ahora le digo que sí. Deseaba que me se apresurara, esto me estaba volviendo loco y lo peor de todo, es que él lo sabía.

—Por favor…, hazlo…, pronto.

Escuchó mis súplicas, sujetó mis caderas y lo hizo. Apenas si procese sus palabras, estaba tan perdido que había olvidado como respirar. El volteo mi rostro para besarnos, no podía creerlo, él causaba eso en mí al igual que Jiyang, mi amado…

—Ji… Jiyang…

Dije apenas inaudible. Abrí mis ojos procesando lo que acababa de decir. ¿No podía ser, hasta cuando? ¿Cuándo voy a olvidar al que fue mi primera vez y primer amor? Ese chico perfecto jamás iba a volver conmigo, ahora menos cuando supiera que me casaba. Me dediqué a gemir y sollozar mientras Oliver embestía. Sin embargo, cuando vi su rostro, supe que había hecho algo que no le gustó, no entendía que era, hasta que recordé lo que dije momentos antes.