Casado Por La Fuerza
«Lo cargué llevándolo hacia el amplio ventanal que tenía en su habitación pegando su espalda al frío vidrio, sabía que no se iba a romper ni nada, no obstante, estábamos varios pisos arriba y la sola vista generaba vértigo a cualquiera.
—¡No! ¡Aquí no! —gritó aterrado.
—¡Tú no eres nadie, no vales nada! —Pasé mis brazos debajo de sus piernas, levantándolo y abriéndolas, volviendo a entrar en él—. ¡Yo soy el que da las órdenes aquí, Yuuki!
—¿Por qué...?, ¿por qué haces esto...?, ¿si me odias tanto? —dijo apenas en un susurro, lo cual ignoré. Tomé sus labios besándolo sin nada de cuidado a la vez que empezaba a embestir sin piedad alguna, apretaba su trasero abriéndolo para entrar tan profundo como me era posible y no tardé en correrme dentro dejándolo escurriendo de mi esencia. A continuación, lo tomé acostándolo en la cama y me quedé observando un momento. Sus ojos llenos de lágrimas, sus mejillas rojas, el cabello hecho un desastre y sus labios hinchados y rojos, todo eso sonaba sexi; sin embargo, la forma en la que me veía me hacía sentir terrible, era la misma mirada que... no podía... me estaba convirtiendo en ellos. Lo tomé del cuello volviendo a embestir rápido y duro. Ni siquiera me importó ver sangre en las sábanas.
—No, por favor... ya detente.
—¡No me veas de esa manera! ¡DEJA DE VERME ASÍ!
Creo que sin darme cuenta estaba apretando demasiado fuerte porque estaba luchando por respirar, lo solté y me di cuenta de que se había corrido. Solo me quedé sentado intentando calmarme, esto estaba terminando con mi cordura.
—¿Tratas de matarme? —Lo escuché toser un par de veces. No me atrevía a mirarlo porque recordaría ese modo en el que me vio y eso solo me hacía enloquecer.
—Si pudiera lo haría».
Días antes.
...Yuuki Kaneko...
Mi nombre es Yuuki Kaneko, pero todos me dicen Yuuki. Tengo 20 años de edad, actualmente estudio en la universidad más prestigiosa del país. Hay muchos compañeros muy pomposos y creídos, sin embargo, yo destaco por ser bello y el mejor bailarín. Recientemente, me hice popular por el festival de fin de curso, por ser el presentador y bailarín principal, no tuve que hacer mucho, simplemente me quité la camisa. Las chicas se vuelven locas por eso. No obstante tengo un secreto, soy homosexual, me gustan los hombres, ni por más que intenté tener novia. Se morirían si se enteran de eso, pues mis fans son en su mayoría chicas. Aunque considero que destaco aún más por ser japonés, nací en Tokio; sin embargo, mi padre nos trajo a vivir a EEUU debido a su creciente negocio. Me gusta aquí, es muy pintoresco y bastante divertido.
Aunque soy rico de nacimiento, opté por irme a vivir a un departamento de lujo, solo para mí, porque cada que mi padre se digna a visitarme, me dice que vivo en un chiquero y que debería volver a casa, en la mansión Kaneko. Hace años me fui de ahí, evitando que me dijeran que hacer en cada minuto del día. Ahora soy libre, tengo mi departamento y estudios, no deseo nada más. Dentro de poco seré bailarín profesional y triunfaré en el mundo del espectáculo.
Cierto día, vinieron por mí, el chófer de mi padre me esperaba en el estacionamiento de la universidad. Sabía que cuando enviaba por mí, era porque estaba muy ocupado. ¿Qué esperaba que exclusivamente llegará y ya? Menudo día. Hoy tengo ensayo y espero que no me quede mucho tiempo.
—Hola Stan.
Saludé al chófer. El silencioso hombre había visto todo en ese vehículo. Mi padre no para de llevar mujeres a su propio departamento, e incluso hace sus aventuras aquí. Extraño a mi madre, pero hizo bien en abandonarlo. Aunque quisiera verla una vez más. Suspiré y decidí ponerme mis audífonos.
Llegamos poco después, la gran mansión siempre me pareció muy exageradamente grande. No necesitaba tantas habitaciones, con 5 eran suficientes, no obstante, tenían como 40. Aunque fue bueno mientras duré aquí, solía encerrarme en una habitación cuando querían obligarme a estudiar de más. Piano, violín, danza, escritura, japonés, inglés, chino, italiano, ruso, francés, son algunas de las cosas que solían obligarme a estudiar. Solamente me quedé con el inglés y con la danza, que son las que me gustan más.
—Gracias. No te vayas en caso de que salga huyendo.
Dije como broma; sin embargo, a la vez no era del todo mentira. Era obvio que no saldría bien de aquí. El chófer sonrió y se metió de nuevo al auto. Entre a la casa, fui saludado por los sirvientes y caminé directo a la oficina de mi padre. Toqué y esperé solo un momento antes de entrar.
—Ya estoy aquí. Padre tengo que ir a un ensayo, ¿podemos hacer rápida la charla?
Mi padre, tan intimidante, se quitó sus lentes y me dio una dura mirada.
—No.
Exhale, nunca pude con él. Siempre haciendo las cosas difíciles.
—Tengo una hora...
—Y ya es hora que hagas algo por tu familia.
—¿Perdón?
—Contraerás matrimonio en unos días. Empaca tus cosas y tráelas aquí. Tu futuro esposo vendrá por ti mañana.
—¿¿Qué??
Esto era peor de lo que imaginaba. ¿Cómo podía venderme como mercancía?
—¡¡Esto es increíble!! ¡Siempre obligándome a hacer las cosas! ¿Pero sabes qué? ¡No lo haré!
Mi padre se puso de pie y caminó lentamente hacia mí. Únicamente tuve que cerrar mis ojos antes de que me abofeteara tan fuerte que me hizo sangrar la nariz. Lo miré con odio. Con razón mi madre se fue de su lado, nadie en su sano juicio se quedaría a vivir con él. ¡Lo odio, lo odio tanto!
Oliver Brown.
"Aprende bien este nombre, para que le digas al diablo quien te envió allí"
Solía decir mucho esa frase cuando acababa con alguien, pero dejó de ser divertido el día que mis padres prefirieron meterme a la escuela que seguir dejándome ir con mi pandilla día y noche. Esos chicos eran mi segunda familia, tampoco podía rechazar a la primera. En algún golpe de suerte de mi padre nos hicimos millonarios cuando yo apenas tenía doce años y al principio fue de lo mejor; sin embargo, después empecé a extrañar mi antigua vida, ahora estaba lleno de clases de etiqueta, cultura y aprendizaje de todo tipo. Ya no era un pequeño mafioso. Lo único divertido, era cuando me enseñaban a manejar un arma o a pelear, al parecer los enemigos de Mamá y de Papá ahora eran más que unos simples pandilleros; no obstante, todo esto estaba siempre debajo del agua. Para esos presumidos de cuello blanco, nosotros éramos una familia perfecta más, yo, mi madre y mi padre, todos delincuentes de algún modo, pero con fachada intachable. Aunque poco a poco fui descubriendo mejor este mundo lleno de plata, todos aquí tenían secretos grandes que guardar y no eran tan distintos a nosotros.
Un día llegaba a casa de la escuela, tenía planeado ir a visitar a mis chicos, adoraban cuando les llevaba cosas caras o mucha comida, sin embargo, no me dio tiempo ni de salir, mi madre me tomó del brazo emocionado.
—Mi niño hermoso, tenemos algo muy importante que contarte, estoy seguro de que te vas a alegrar.
—¿De qué se trata má?
Entramos a la oficina de mi padre y me dieron una foto de un chico asiático, por los rasgos, parece japones, era bonito, pero sonreía como un tonto descerebrado.
—¿Quién es él? ¿Quieren que lo mate? ¿Tienes problemas con la mafia japonesa?
—No hijo, él es tu nuevo esposo. Tienes que ir por la mañana para llevarlo a que se instale en su nuevo departamento, en el que vivirán juntos.
—¿Qué? ¿Qué clase de broma pesada es esta? Porque no me divierte.
—No es broma hijo, nuestra familia aumentará su poder y dinero con este matrimonio y por eso es necesario que se casen, velo por este lado hijo —dijo abrazándome por los hombros—. Tendrás un amante gratis esperando por ti en la cama cada que quieras. Eso si, debes mantenerlo en buenas condiciones, cada cena o evento a la que nos convoquen deben venir y presentarse como esposos, tú también disfrutarás de la fortuna Oli...
—¡De ninguna manera! ¿Quieres que me case con este neandertal? ¿Y si se pone celoso y me arma escenas? ¿Si resulta aburrido o un llorón? ¡No! Yo no quiero lidiar con nadie, soy muy joven aun para casarme.
—Pues lo vas a tener que hacer, por el bien de todos nosotros y más te vale que vayas. No hagas tonterías Oliver.
Esto apestaba, estar amarrado a esta edad era un suplicio, aún no lo conocía; sin embargo, ya lo odiaba con todas mis fuerzas, rompí la foto, estaba sumamente enojado y salí hacia mi habitación, odio esto. ¡Lo odio!
Está historia es escrita en colaboración de una amiga, está en emisión, espero que les guste. Apoyen votando y dando like en todos los capítulos será de gran ayuda. SALUDOS
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Updated 294 Episodes
Comments
Rody's stalker
«esa mirada... me hacia sentir terrible» Aja si nota, tanto que le das mas duro 7.7
2022-09-05
82
Patyn
me gusta la presentación de los protagonistas
2025-02-04
1
Arune
Muy bien inicioooooo/Drool/
2024-02-17
1