Faltar a clases

La joven agarra su celular y cuelga, dejando preocupado a su novio pero decidió no regresar la llamada, esperará a que su novia le diga. Se dijo que está con su hermano después de todo.

Ambos jóvenes bajan y ven a su mamá tomando desayuno junto a su esposo e hijo.

Alid: Mamá, Samaya tiene algo que decirte. -dijo muy serio y mirando con enojo al esposo de su madre-

Elena: Raos ya me dijo lo que sucedió. Yo lo mandé a que le fuera a levantar a tu hermana, así que no me digas nada. Ha estado viviendo con nosotros durante mucho tiempo y no puedo entender por qué no se llevan bien con él.

Alid: ¿Estás ciega o qué?

Elena: A mí no me hables así, jovencito. Soy tu madre.

Alid: Sí, lo sé. Echa a ese imbécil de esta casa. Papá lo compró para nosotros y no para que un inútil venga a quedarse aquí. Ese imbécil se acercó a mi hermana con malas intenciones. Irrumpió en su cuarto, cuando debió tocar antes. Bien pudo haber avisado desde afuera. ¿Por qué la necesidad de entrar? ¿Acaso quería verla mientras se cambia?

Elena: ¿Cómo va a verla si fue a despertarla?

Alid: ¿Y si mi hermana ya se despertó? ¿Si se estuviese cambiando?

Elena: Ay por favor, ya basta.

Alid: Además de que ese puerco tocó a mi hermana cuando ella era una niña. Hace un mes se acercó detrás de ella y la apegó a él, y ya sabes lo que eso quiere decir.

La hermana miraba cómo su hermano decía todo eso. Agradece haberle dicho a su hermano. Tenía miedo de que tal vez no se le creyera o que podía manejarlo sola pero se equivocó.

Samaya: Así es, mamá. Él me hizo eso, todo lo que mi hermano está diciendo, él lo hizo. No me siento bien con todo esto.

Raos: Hija, deja de decir tonterías.

Samaya: No soy tu hija.

Elena: ¿Y si fue así? ¿Por qué no lo dijiste antes? Vamos, dime.

Samaya: Porque tenía miedo de que no me creyeras, justo como está pasando en este momento. Mamá... Por favor, echa a ese hombre.

Leni: Ya basta. Deja de decir eso de mi papá. Mi papá no haría algo así. A ustedes no les gusta mi papá y por eso dicen todas esas cosas malas de él.

Alid: Cierra la boca, mocoso.

Elena: No le hables así a tu hermano.

Alid: Que no se meta, es solo un niño, no sabe lo que realmente está pasando aquí. Así que mamá, echa a ese hombre.

Elena: Debo hablar con él, ustedes vayan a estudiar. Déjenme hablar de esto con calma.

Alid: ¿Qué? ¿Acaso le crees? ¿Te estás poniendo de su lado? -indignado-

Elena: No, solo quiero hablar, a ustedes se les hará tarde.

Alid: Oh vamos, quieres dejarte convencer por él para hacer que esto no pasó, ¿Verdad? Me enoja lo que le sucedió a papá.

Agarra a su hermana y se van arriba.

Alid: Samaya, cámbiate. No podemos hacer nada con mamá. Teme perderlo. Como si fuese el único hombre con quien puede estar con ella.

Samaya: ¿Y si lo hace por Leni?

Alid: El hecho de que mi mamá lo eche de esta casa, no quiere decir que Leni no pueda ver a su padre. Puede llegar a un acuerdo con él o bien obtener la custodia de ese mocoso y hacer que él no vea al tarado de su padre. Hay muchos métodos, no te quedes con menos. Voy a cambiarme así que date prisa.

Samaya: Sí. -su hermano se va y ella se encierra- No puede ser, Walter escuchó todo. -cierra sus ojos para luego abrirlos- Me preguntará... -preocupada-

Se cambia rápidamente y sale junto a su hermano de la casa. Aún es temprano así que van a tomar desayuno fuera. Su hermano paga.

Samaya: Hermano... ¿Crees que no pueda ir al colegio hoy?

Alid: ¿Y a dónde irás? ¿Acaso quieres ir a casa?

Samaya: Obvio no. Quiero cambiar un rato.

Alid: Eres dormilona. -le hace la broma para luego ponerse serio- ¿Siempre le pones seguro?

Samaya: Hay una que otra vez que me he olvidado.

Alid: ¿Eres de sueño pesado?

Samaya: A veces, cuando estoy realmente cansada no suelo sentir, ¿Por qué?

Alid: Que si estás cansada y sin seguro a tu puerta, puede ser que ese maldito haya entrado a tu cuarto y quizá... -eso la hizo erizar y sentir asco-

Samaya: Ay no, ¡Qué asco! No quiero pensar en ello, ya suficiente tengo con lo que me pasó y lo de esta mañana.

Alid: Ok. ¿A dónde irás?

Samaya: Hmm... (Quiero ver a Walter)

Alid: ¿Y si vas a casa de Marie?

Samaya: Ay no, no quiero.

Alid: ¿A dónde más puedes ir?

Samaya: A casa de mi amiga. Su hermana está en casa.

Alid: ¿Cómo sabes? -se cruza de brazos cuestionandola-

Samaya: Oh, vamos, paro con Rita y me llevo muy bien con su hermana Usagi.

Alid: Llamala de todos modos.

Samaya: Mejor voy para allá.

Alid: Vamos, te dejo.

Samaya: Debes ir a estudiar.

Alid: No, entro más tarde. Quise salir de casa ya que estoy enojado con mamá y quise acompañarte al colegio pero no quieres ir así que te entiendo. Vamos. -se levantan y salen del lugar-

Ambos caminan a casa de Rita pero Samaya no quiere ir allí.

En pleno camino y estando cerca de la casa de Rita, su hermano recibe una llamada de su amigo.

Alid: Hermana, te dejo y me voy. Quería hablar un rato con Usagi pero será en otra ocasión. Jorge me necesita.

Samaya: No pasa nada. (Qué bueno) Mándale mis saludos.

Llegan a casa de Rita y éste se va. Samaya hace simulación de que está tocando y ve su celular por ratitos. Una vez su hermano se alejó tanto que su vista no lo ve, se va de allí a casa de su novio. En el camino pasa a llamarlo.

En la llamada ella le dice que faltará al colegio y que irá a su casa. Si fuese un momento cualquiera, Walter le diría que no debe faltar pero no dice nada debido a lo que escuchó cuando llamó a su novia. Dijo que la esperará.

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