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El tiempo pasa.

Me gradué de médica, y al tiempo de esto, ya con dos años de noviazgo con Bruno, el quiso comprometerse conmigo. Me fui a vivir con él a su casa, viajaba con él cuando el tenía que hacerlo, seguí trabajando en la panadería pero solo por no dejar solos a Don Agustín y a Lía, y a pesar de haberme graduado, jamás ejercí mí profesión...no se porque no lo hice, solo decidí no hacerlo. Dejé mí departamento, lo conservo porque es un regalo de mis padres, pero ya casi no voy para allá.

Todos estos años han sido maravillosos, se que Bruno quiere casarse, y nos hemos estado cuidando porque aún no está decidido en tener niños, no se que problema tiene con eso, pero creo que en algún momento va a tener que aflojar. Hace un tiempo que los anticonceptivos me causan algunos síntomas que me preocupan por lo que decidí ir al ginecólogo y pedir que me los cambie. Me mandó a hacer unos análisis nuevos, y me suspendió por un tiempo la toma de anticonceptivos... cuando se lo comenté a Bruno él me dijo que se cuidaría él, pero la verdad es que casi ni lo hace... y eh aquí el resultado de su descuido.

Al principio creí que era otra consecuencia de los anticonceptivos, pues la regla no me esta viniendo...y me preocupa. Fui a la farmacia y compré cinco pruebas de embarazo, solo por si las dudas. Cuando volví de la panadería, Bruno aún no llegaba y aproveché para hacerme una a una las pruebas... el resultado fue terrible. Las cinco pruebas dieron positivo. Llamé de inmediato a mí ginecólogo contándole todo y le pregunté que posibilidades hay: el me dijo que muchas, más si Bruno no se está cuidando. Me dió un turno para una ecografía para saber con precisión, pero era seguro que si esté embarazada.Tenia que buscar la manera de decirle a Bruno esta noticia...

Hoy es nuestro aniversario, hace cinco años que estamos juntos, y como todos los años vamos a cenar a un restaurante. Tomé una de las cinco pruebas de embarazo y la puse en una cajita azul pequeña, y la puse en mí bolso. Se la voy a dar hoy en la cena. Estoy muy feliz, no puedo imaginar la vida con este pequeño bebé, imagino a quien se parecerá... estoy muy ilusionada con esto. Me visto para ir a cenar con él, y dejo en mí cajón de ropa íntima un conjunto sexy que compré para esta noche... quiero que sea una noche especial. Me pongo un vestido azul oscuro con escote corazón, ceñido a la cintura hasta las rodillas, suelto mí cabello rizandolo en las puntas, labial oscuro y apenas un poco de sombra.

-Estás hermosa- me dice Bruno entrando a la habitación

-Gracias, tú también te ves muy bien...- lo beso en los labios y juego con el cuello de su camisa.

-¿Ya estás lista?, podemos hacer otra cosa si quieres..

-¿Cómo qué?

-No sé... podemos quedarnos y puedo sacarte este vestido... besarte entera...

Me besa el cuello y muerde el lóbulo de mí oreja, haciendo que mí piel se erize.

-Podemos dejarlo para la vuelta... tengo una sorpresa para ti...

-Bueno, entonces vamos así volvemos rápido...

Sonrío y salimos juntos de casa, rumbo al restaurante donde cenamos cada año en nuestro aniversario.

Mientras cenamos, él sirve dos copas de vino blanco, y me da una.

-Brindemos, amor...Feliz aniversario mí vida

-Feliz aniversario...

Chocando nuestras copas y luego de darle un sorbo al vino para tomar coraje, saco la cajita de mí bolso.

-Tengo algo para ti...

-Yo también tengo algo para ti ..- saca una cajita cuadrada pequeña roja de su bolsillo interno del saco y lo pone en la mesa.- pero primero tú, quiero ver qué es.

-Está bien...

Le entrego la cajita alargada azul, estoy nerviosa, pero espero que todo salga bien... por favor, Dios, que todo salga bien. Él toma la cajita y me mira a los ojos, hay un brillo especial en los suyos, y sonríe al ver mí ansiedad.

-¿Estás nerviosa?- me pregunta, sonriendo

-Si, un poco.

Con la sonrisa aún en sus labios, coloca la cajita frente a él, quita la tapa y comienza a desenfundar el contenido... mira el interior, y me mira otra vez pero ese brillo que antes vi en sus ojos, desapareció.

Vuelve a mirar la cajita, y toma la prueba en sus manos, sin entender que está pasando.

-Dime que no es cierto...- me susurra mirando la prueba

-Estoy embarazada... serás papá....

No dice nada, pero su rostro comienza a palidecer y luego se torna rojo, mientras veo que apreta la mandíbula y los puños, dejando otra vez la prueba en la cajita. Estuvimos minutos eternos en silencio, yo no quiero decir nada para dejarlo asimilar la noticia, pero no veo que esto pueda terminar bien. Luego toma la cajita roja, la vuelve a guardar, llama al mesero, paga la cuenta y se levanta.

-Vamos a casa.

Lo dijo tan frío y cortante, que no quise meter ningún pero entre medio, tomé la cajita con la prueba,la guarde en mí bolso y salí tras de él.

Todo el regreso a casa fue en total silencio. Entré a casa en silencio detrás de él, subí a la habitación y él se fue a su estudio. Me senté en la cama, saqué de mí bolso la cajita otra vez y la coloqué en mí mesa de noche... tomé mí pijama y me fui a duchar, suspiro al pensar en esa lencería que había comprado y ya no usaré, no al menos esta noche...

Debo darle tiempo... quizás está confundido, o debe sentir que no sabe que debe hacer... yo también pienso, creo que no será fácil, pero me da paz saber que hay un pequeño viviendo en mí vientre.

Al salir del baño, él entra a la habitación sin saco, con la camisa desalineada y despeinado... intento ignorarlo, pero él se para frente a mí.

-¿Cómo pudo pasar esto, Mila? ¿acaso no te estabas cuidando?

-¿Acaso no me escuchaste cuando te dije que me suspendieron los anticonceptivos? dijiste que te cuidarías y no lo hiciste.

-¡Podrías haberme dicho que lo hiciera, Mila! ¡Mira en que problema estamos metidos ahora!

-¿Problema?

-Si, problema ... no quiero tenerlo, no quiero un hijo y tú lo sabías.

Tengo tanto para decir, pero me trago una a una mis palabras... limpio una lágrima que escapa de mis ojos, y miro hacia la cama.

-No me lo quitaré si es lo que estás pensando...

- Pues ve pensando cómo harás para mantener a ese niño, porque yo no lo haré.

Se vuelve a ir, cierro mis ojos con fuerza tratando de digerir esas palabras y me recuesto en mí lado de la cama. Abrazo mí vientre dándole la espalda a el lado de la cama de él, y trato de dormir pero no puedo... apago el velador y vuelvo a cerrar mis ojos, esperando que el sueño llegue a mí.

No sé cuánto tiempo pasó, pero escucho la puerta abrirse, siento que camina hasta el baño y escucho la ducha. No abro mis ojos en ningún momento, luego siento que sale del baño y camina acercándose a mí...

-Siento tanto amor que tengamos que estar asi... pero no quiero un niño, lo siento... se que no te mereces esto, pero no puedo aceptarlo... perdoname, cielo...

Luego siento que se aleja, y se acuesta de su lado, seguramente dándome la espalda porque no siento su respiración en mí cuello...y me duele. Fue la primera vez que sentí dolor al verlo tan lejos de mí aunque estemos en la misma cama.



La noche se me hizo larga, no logré dormir sino recién a las cinco de la madrugada, para despertar a las ocho y no encontrarlo más ni en la cama ni en la sala para desayunar... ya se había ido.

-Buen día, mí niña... ¿qué vas a desayunar?- me pregunta Elsa, mirándome con curiosidad.

-Lo que haya... cualquier cosa está bien para mí, Elsa.

-¿Porqué tienes esa carita? ¿Pasó algo?

Elsa se sienta a mí lado y al acariciar mí espalda con ternura, me tiró sobre sus brazos a llorar desconsolada. Entre lágrimas y cómo puedo, trato de contarle lo que pasó anoche... ella solo me escucha.

-Dale tiempo, mí niña... verás que se le pasará el enojo cuando vea tu vientre crecer... ahora debes alimentarte bien.

Me sirvió el desayuno bien cargado de frutas y yogurt y luego me fui a trabajar a la panadería.

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