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Me dormí unas horas, al Mediodía voy a la cafetería a almorzar y al volver le respondo los mensajes a Dave. Hoy debería haber ido a su departamento, pero le conté de la situación de Emma, y comprendió que tenía que quedarme allí con ella.

Dave no es de esos tipos que son pesados que quieren saber todo, no es controlador; yo pienso que es porque nuestra "relación" no lo amerita. No me interesa saber lo que hace con su vida, ni a él tiene que interesarle la mía, es solo sexo...aunque a Emma tuve que decirle que teníamos algo, porque ella preguntaba y no podía decirle que solo era sexo...

Y aunque le dije esa pequeña mentira, ella me dijo que Dave no era un hombre para mí, que me cuidara porque el me haría sufrir; Dave tenía la fama de mujeriego, fiestero, irresponsable...y la verdad es que el es así. Se que no debo tener este tipo de relación con el, pero por el momento, prefiero seguir así...

Me levanto a leer el parte del doctor mientras pienso a la vez como le diré a Jamie la situación de su madre cuando siento ese aroma embriagador en el aire, que hace que gire en busca de su procedencia.

Está ahí, en la puerta, recostado sobre el marco, lleva una camisa azul, un pantalón claro y zapatillas blancas, su cabello medio revuelto y su barba sin afeitar de algunos días me vuelven loca... me acerco hasta el luego de varios segundos de observarlo y el me abraza como si de ese abrazo dependiera su vida. Rodeo su cuello con mis brazos, el inhala el olor de mí cabello, yo paso mis manos por su cabello...¡Dios! necesito fuerzas y dominio de mí misma para no besar sus labios, dejo un beso en su mejilla y choco mí frente con la suya.

-Todo va a estar bien- es lo único que puedo decirle.

Tengo un bloqueo mental en este momento cuando siento su rostro cerca del mío, su cuerpo pegado al mío, el calor que emana aún teniendo su ropa puesta, sus labios rozan los míos y estoy a punto de perderme en ellos hasta que un sonido hace que volvamos a la realidad. Giramos al mismo tiempo a mirar a Emma y es cuando vemos que entran las enfermeras y los doctores, y cierran la puerta. Por instinto, lo abrazo con fuerzas, y lo ayudo a sentarse, consolándolo antes de escuchar la noticia que temiamos.

Lo hago sentarse y no lo suelto, porque sé que el va a necesitar alguien que lo haga, va a necesitar que esté ahí para sostenerlo... se hunde en mí pecho y llora, llora como un niño pequeño, y yo solo puedo abrazarlo y pegarlo a mí. Unas lágrimas intrusas salen de mis ojos y lloro en silencio, mientras escuchamos la peor de las noticias, Emma partió a un mejor lugar, pero aquí deja un dolor que no se puede quitar así no más.

El funeral de Emma fue terrible para Jamie, jamás lo había visto tan destruido. Permanecí a su lado hasta volver a casa, Dave también estuvo ahí, y él fue quien nos trajo de regreso a casa; al llegar, Jamie solo subió a su habitación y estuvo todo el día ahí dentro, no salió siquiera a almorzar o cenar.

Por lo que decidí, ya entrada la medianoche, preparar dos emparedados bien grandes de pollo, tomate, lechuga y huevo, tome dos vasos con jugo de fruta y los acomodé en una bandeja. Subí con ella y golpeé la puerta, no me contestó y entré igual; dentro estaba la luz del escritorio prendida, su ropa estaba tirada por todos lados, y el estaba acostado en posición fetal, con el rostro escondido bajo la almohada.

Dejé la bandeja En el escritorio, colgué su saco, puse en el canasto la ropa sucia del piso, y me acerqué a él.

-Siéntate para cenar- le dije quitando la almohada de su cabeza y me levanté a buscar la bandeja.

-No quiero comer, no tengo hambre

Lo miro con la bandeja en mis manos, me siento a su lado otra vez y le quito el cabello de los ojos

-Debes comer, debes ser fuerte y seguir adelante. La mejor manera de honrar a tu madre es seguir con tu vida, no echándote a perder aquí adentro

Me mira y puedo ver sus ojos rojos de tanto llorar, le regalo una media sonrisa y acaricio su mejilla, limpiando sus lágrimas...

-aparte te preparé el emparedado que tanto te gusta...

Me sonríe, y despacio, con pesar, se sienta en la cama.

-¿Cómo le hiciste? ¿Cómo pudiste soportar la pérdida de tu madre?

-No lo podía soportar... pero hubo alguien que estuvo a mí lado dándome fuerzas, por qué de verdad que yo no tenía ninguna.

Puedo entenderlo, sé de lo que está hablando porque yo me sentí igual cuando mamá murió. Jamie perdió a su padre cuando era muy pequeño, y solo quedó con su mamá; yo no tenía padre, y solo tenía a mí mamá hasta que los conocimos a ellos... ahora ambos nos quedamos sin madre, pero ya no somos niños, y nos tenemos el uno al otro para levantarnos.

-Come, necesitas alimentarte.

Toma un emparedado, y yo tomo el otro...comemos en silencio, yo solo como la mitad y lo dejo en la bandeja. Él me mira y siento la necesidad de mirar a otro lado para que no vea mí vergüenza, y para apaciguar las ganas de besarlo que tengo. Miro su habitación, todo sigue igual que cuando éramos jóvenes...cuando se fue, Emma decidió dejar las cosas como estaban y así quedó hasta hoy.

-¿Vas a terminar de comerte eso?- lo escucho y salgo de mi mundo para volver a él, niego con la cabeza y él toma la mitad que dejé en la bandeja.

Cuando termina, me levanto con la bandeja en mis manos y me voy hacia la puerta para salir de allí, necesito salir de allí.

-Lu - lo escucho hablarme y suelto un suspiro antes de girar a verlo

-¿Dime?

-Gracias.

Le sonrío de nuevo, y salgo con cuidado de no tirar nada. Mientras lavo los vasos, y acomodo la cocina pienso en lo difícil que va a ser estar otra vez en la misma casa con él, verlo todos los días, cenar juntos, desayunar juntos... Dios, ¡cómo quisiera quitarme este sentimiento de mí corazón!

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