Cuando tenía 17 años, me enamoré por primera vez. Por ese entonces, estaba cursando el último año de preparatoria y ella era mí compañera de clase. Al principio nos hicimos amigos, pero poco a poco mis sentimientos fueron cambiando; y de esa forma, Amelia se convirtió en mí prioridad. Solo ella era capaz de alegrar mis días y hacer que mí vida fuese menos terrible, pero lamentablemente, se enamoró de uno de mis amigos y él también de ella. Ambos se amaban profundamente, y yo respeté su relación enterrando el amor que sentía.
Amelia, al igual que yo, sufría acoso escolar por parte de nuestros compañeros, pero cómo se enfrentó a ellos, eso ocasionó que el odio y la envidia despertara en algunas personas. A los pocos meses de comenzar su noviazgo con mí amigo Jaden, le tocó vivir un terrible momento que cambió la vida de todos nosotros para siempre. Por culpa de la estúpida venganza de sus enemigas, Amelia fue abusada y brutalmente golpeada por tres hombres, a los cuáles, esas chicas les habían pagado para que la asustaran. Por suerte aquel día, Jaden llegó a tiempo y evitó que pasará algo peor, pero para poder detener a sus atacantes, tuvo que pelear contra esos hombres y a raíz de eso, uno de ellos murió. Él fue encarcelado y separado de la mujer que ama. Ambos tuvieron que soportar mucho dolor y yo fui testigo de todo eso. Afortunadamente, gracias a mis contactos, pude ayudarlos y después de dos largos años, Jaden recuperó la libertad. Aunque eso, solo pudo ser posible a cambio de mí propia libertad, ya que tuve que hacerme cargo de la organización Liu para poder usar el poder de mí familia y así ayudar a mis amigos.
Lo que más me molesta, es saber que todo este desastre fue desencadenado por el estúpido plan de venganza de un grupo de niños arrogantes a los cuales no les gustó que Amelia se revelara ante ellos. Si solo hubiesen dejado las cosas como estaban, ahora todos seríamos felices; pero sin embargo, el daño ya está hecho y es hora de que paguen por lo que hicieron...
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Regresando a la actualidad...
Ya era de noche cuando llegué a la villa donde vivo actualmente. Hace unos años, decidí comprar este lugar para poder alejarme de mis padres y vivir completamente solo.
Los únicos que tienen permitido entrar sin pedir permiso son Chen y Li. Los guardias de seguridad se mantienen alrededor de la propiedad y solamente pueden ingresar al interior de la vivienda en caso de que mí integridad física este en peligro. Tampoco tengo servidumbre constantemente, solo viene una mujer a limpiar y a cocinar pero debe irse antes de que yo llegue a casa.
Luego de que Li me dejó en la entrada fui directamente al baño principal del primer piso y una vez allí me quité la ropa ensangrentada botándola dentro de una bolsa de basura, después me di un largo baño de agua caliente y en cuanto terminé bajé al sótano donde está la caldera para poder deshacerme de las prendas manchadas.
Al día siguiente desperté muy temprano cuando Chen llegó a buscarme con lo que parecían ser malas noticias.
—Jefe, hay problemas —irrumpió en mí habitación y comenzó a buscar un traje dentro del armario para mí.
—¿Que pasó? —le pregunté sentándome en el borde de la cama.
—La policía encontró esta mañana los cuerpos de esos hombres flotando en el río y justamente todas las pruebas señalan hacia nosotros.
—¿Quién hizo eso? ¡Yo no di la órden de matarlos! —levanté la voz indignado.
—Lo sé y por eso estoy averiguando que fue lo que pasó. Ahora vístete rápido que tus padres pidieron verte de inmediato.
En cuanto oí eso último solté un suspiro de molestia mientras trataba de vestirme lo más rápido que podía. Cada vez que mis padres piden por mí, es señal de malas noticias.
Traté de ir cuanto antes hacia su mansión para no hacerlos esperar y una vez que atravesé la puerta fui recibido por una bofetada de mí madre que dejó mí mejilla ardiendo.
Volví a enderezar mí rostro sin mostrar un mínimo de debilidad y luego la seguí en silencio hasta el despacho en donde estaba mí padre reunido con mí primo Jian.
—Yo debo seguir con mis obligaciones. Los veo después padrinos —hizo una reverencia ante mis padres y luego pasó junto a mí apoyando su mano en mí hombro.
Mí madre rodeó el escritorio parándose a un costado de mí padre el cuál evitaba mirarme, luego sacó un sobre del cajón y lo arrojo frente a mí.
—¿Qué significa esto? —dí un paso hacia adelante para tomar aquel sobre en el cuál habían fotografías de los hombres que había torturado tan solo un día antes.
—Yo no los maté —respondí con frialdad—. Solo les corté algunos dedos para que no se atrevieran a tocar a una mujer de nuevo.
—Entonces, ¿quién lo hizo? —preguntó mí progenitor golpeando el escritorio.
—Lo estoy averiguando —contesté de manera cortante.
Ayer les pedí específicamente a mis hombres que dejaran a esos dos sujetos vivos en el mismo lugar de dónde los habían secuestrado. En ningún momento dije que se decidieran de ellos. Claramente hay alguien que quiere perjudicarme y no hay que ser un genio para darse cuenta quien es.
—Sabes que tenemos a la policía respirándonos en la nuca y encima tú te atreves a hacer semejante insensatez —me reclamó mí madre levantando la voz—. Creí que ya te habías olvidado de esa maldita mujer, ¿hasta cuándo vas a seguir con eso?
Golpeé el escritorio de un violento puñetazo consiguiendo que ella se asustara mientras mí padre seguía inmutable.
—Desde que me obligaron a hacerme cargo del negocio jamás he discutido ninguna de sus órdenes, incluso he tenido que limpiar la mierda que dejaron todos estos años. Apenas era un niño cuando tuve que soportar llevar sobre mis hombros el destino de toda la familia Liu y lo mínimo que pido es que no se metan en mí vida privada. Lo que yo haga fuera de los negocios familiares no les incumbe —me dí la vuelta dándoles la espalda—. Yo me encargaré de limpiar este desastre como siempre lo he hecho.
Después de decir eso salí del despacho azotando la puerta y me dirigí hacia la salida en donde me esperaba Li junto al vehículo.
—Jefe —me abrió la puerta para que subiera.
—Agranda el bono del comisario de este mes y dile que estoy muy conforme con sus servicios —le ordené a Chen mirando hacia afuera—. Espero que con eso se mantenga lejos de nosotros.
—Con respecto a los demás, ¿qué harás? —preguntó Li.
—Continuaremos con lo que estábamos haciendo. El plan aún sigue en marcha —me giré en dirección a ellos—. ¿Quienes siguen?
Chen abrió una carpeta de la cuál extrajo unos documentos con fotografías de cada uno de los implicados en el ataque de Amelia.
—Kendall Stuart y Gail Patrick.
—Los hijos de puta del equipo de baloncesto —murmuré mientras encendía un cigarrillo—. Ellos fueron quienes esparcieron el rumor y crearon el chat falso.
—Kendall Stuart está en el último año de la carrera de ciencias económicas, es la estrella del equipo de baloncesto de la universidad y gracias a eso a obtenido una beca —leyó Chen en voz alta.
—Haz que le rompan una pierna. Asegúrate de que no vuelva a jugar —murmuré exhalando el humo—. ¿Que hay con el otro?
—Gail Patrick recientemente abrió un bar en la zona sur que se ha vuelto muy popular entre los jóvenes universitarios —guardó aquellos documentos y luego se quedó mirándome en silencio esperando mí desición.
Me recliné hacia atrás mientras cruzaba las piernas y al mismo tiempo observaba a Li, quien iba mirando por los espejos retrovisores cerciorándose que el camino esté despejado.
_ Li, ¿que crees que debería hacer? —él me miró brevemente al oír mí pregunta y luego volvió a mirar hacia afuera.
—Préndele fuego —agregó.
—Chen, ya lo oíste. Incendia el bar cuando no haya nadie dentro.
—Entendido. Con Leslie Adams, ¿qué haremos?
—A ella y a su familia quiero verlos en la ruina. Sé de buena fuente que Bruce Adams le debe una considerable suma de dinero a los Wang, solo necesito que ellos me entreguen los documentos de esa deuda —Li se giró de repente al oír lo que dije.
—Ellos son nuestros enemigos ¿Que te hace pensar que van a colaborar con nosotros? —espetó con molestia.
—Hay algo que los Wang quieren y yo puedo dárselos.
—Los terrenos de Northwest —agregó Chen.
—Exactamente. Solo es cuestión de sentarse a negociar —entrelacé mis dedos mientras los otros dos se miraban entre si.
—¿Y que harás con Emily Bennett? —preguntó mí mano derecha.
Al oír ese nombre una avalancha de sentimientos contradictorios me invadió al instante, no solo sentía odio contra ella, también sentía un incontrolable deseo de hacerle pagar por todo el daño que causó. Emily es la peor de todos, no solo engañó a Amelia haciéndose pasar por su mejor amiga, también traicionó su confianza al aliarse con Leslie y no solo eso, justamente ayer cuando torturaba a esos abusadores, uno de ellos me confesó que una chica rubia y hermosa les había dado dinero para que asustaran a Amelia en el deshuesadero y da la casualidad que esa descripción encaja perfectamente con Emily.
De no haber sido por ella nada de eso habría pasado, Amelia y Jaden no habrían sufrido de esa manera y yo hoy no estaría en este lugar ni en esta situación. Ella es la culpable de todo y la haré pagar por lo que hizo.
—Zhao —Li llamó mí atención al verme inmerso en mis pensamientos.
—Emily Benett... —susurré mientras esbozaba una sonrisa perversa—. A ella le tengo preparado algo muy especial.
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Comments
Mauren Coronado
No me gusta la venganza pero ellas y todos los que participaron se lo merecen, dañaron muchas vidas
2024-10-14
1
Lourdes Becerra
mmmm,interesante spenas enpese y megusta
2023-04-30
2
Misdalia Canchila Ortega
Se me dio por leer el final, aunque sé que me falta en contenido no me gustó que Él se quede con la Emile, ya que como dice en este capítulo ella es la más mala
2023-04-25
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