Estoy completamente entregado a Morfeo, pero un sonido insoportable me despierta, es mi despertador recordándome que hoy es lunes y hay que ir al trabajo. Son las 6 con 15 minutos, eh despertado 15 minutos más tarde de lo acostumbrado, eso quiere decir que me quedan 45 minutos para ejercitarme. Rápidamente me coloco unos pantalones cortos, una sudadera y comienzo mi rutina de ejercicios. A las 7 en punto ya estoy tomando una ducha, salgo me seco y luego me visto, voy a la cocina y me preparo leche con avena, un buen desayuno. Mientras lavo mis dientes soy interrumpido por mi celular, lo reviso y es un ClickChat de mi Bro:
*Hola Bro, ¿Cómo está?, no supe nada de ti ayer, te llame todo el día, supongo que estabas ocupado con la chica de la fiesta, bueno te veo en el hospital.
¡Hay! Ese es mi querido amigo Roberto, como siempre hablando más de la cuenta. Como eh terminado de lavarme los dientes decido llamarlo, es mejor que estar escribiendo ya que me coloco el auricular del celular y ahorro tiempo. Contesta al instante:
─ Hola Bro, ¿Cómo está?- No me da nunca el tiempo de saludar primero, se supone que soy yo el que lo ha llamado.
─ Hola Bro, bien y tú, antes de que digas algo, fue solo algo de una noche, sabes muy bien que no soy de compromisos y lo que paso, paso, y si estuvo excelente- Le respondo antes de que pueda preguntar algo, ya que siempre se ha destacado por ser curioso.
─ Ok, con eso me has dejado muy en claro que no quieres hablar del tema, pero para la otra avísame que al otro día no iras a almorzar a mi casa, ayer te espere hasta las 2 de la tarde, ¿Por qué no viniste?- Me dice con un tono de decepción en su voz.
Yo sabía que se me había olvidado algo, hace dos semanas atrás me había dicho que el domingo 22 de julio a la 1 de la tarde, para terminar la celebración de su cumpleaños en familia, le debo una disculpa que suene convincente.
─ Disculpa Bro, lo que sucede es que lo olvide, además estuve en un motel hasta las 4 de la madrugada y luego cuando llegue a casa me acosté, me desperté a las 3 y me dedique a ver futbol y eso- decidí decirle la verdad, es mejor, porque de lo contrario se molestaría conmigo.
─ Bueno te creo, suenas sincero, y apúrate que ya son la 7 con 37, nos vemos en el hospital- Bien no está molesto, eso ya me tranquiliza.
─ Está bien Bro, nos vemos- y antes de que me corte se ríe, típico de él le encanta dejarme intrigado con su contagiosa risita.
Termino de hablar con mi Bro, tomo mis cosas y me subo a mi moto para irme al trabajo. Trabajamos en el hospital desde hace algunos meses, luego de haber recibido el título en la U, Roberto y yo estudiamos medicina general, ninguno de los dos hemos optado por alguna especialidad aun, pero nos va bien, hasta hora no me quejo, me considero un doc. Atractivo.
Llego al hospital, guardo mis cosas en un casillero, me coloco mi cotona y ya estoy listo para comenzar mi día laboral. Me dirijo a mi consulta tranquilamente y derrapare soy abordado por Inés, ella es una de las chica que está haciendo la practica aquí en el hospital, comenzó hace dos semanas y desde ahí no ha dejado de molestarme.
─ Doctor Nicholas, ¿Cómo está? ¿Cómo estuvo su fin de semana?- y comenzó con la curiosidad, ella defería molestar a Roberto, él es más compatible con ella que yo.
─ Señorita Inés, estoy bien gracias ¿y usted?- soy cortante, me desagrada que las mujeres sean un tanto insistentes, y ella es desesperante.
─ Doctor pareciera que le desagrada hablar conmigo, espero equivocarme, pero bueno, quería hacerle una pregunta si no le molesta.
No entiendo a las mujeres o por lo menos a esta mujer, como es posible que se dé cuenta de lo cortante que soy con ella y aun así sigua insistiendo, no me queda otra que acceder a su pregunta delo contrario la tendré molestándome todo el día así que asiento con la cabeza.
─ Gracia, como usted bien sabe esta es mi última semana aquí y trabajo hasta el miércoles así que…
Oh por dios sí que es insistente esta mujer, ya sea para donde va con eso, seguramente quiere salir conmigo, pobre niñita de seguro ella se plantea algo más, típico de una chica como ella. No puedo negar que me alegra el hecho de que se valla, eso implica que poder trabajar tranquilo, ya me estaba aburriendo su patético método de conquista, y continua hablando.
─ Bueno, este yo pensaba, ósea quería invitarte a cenar, o al cine.
¿Enserio?, ¿a cenar? O ¿al cine?, en qué mundo vive esta chica, esas no son cosas que me motive ah hacer, porque si las hago de seguro ella creerá que quiero involucrarme sentimentalmente y no estoy para esas tonterías, en resumen amo a todas la mujeres, así que esta chiquita se merece que sea directo con ella.
─ Mira Inés, te seré muy claro, escucha con atención, tú quieres salir conmigo ¿cierto? -la miro fijamente a los ojos y ella asiente con su cabeza mientras sonríe como una tonta- me lo imaginaba, entonces para que me dejes tranquilo saldré contigo, pero ten claro que no te daré mi número, no te regalare flores ni nada por el estilo, no habrá cine, y mucho menos una cena romántica, ¿está claro?
─ Si, muy claro, y entonces ¿Qué haremos?- sus ojos me dicen que ella sabe lo que le diré pero aun así me pregunta para esta 100% segura.
─ Esta es mi propuesta -respiro profundamente la miro a los ojos y le hablo con mis voz seductora- te llevare a un motel después del trabajo, tendremos sexo y luego me dejaras tranquilo ¿ok?- ahora es su problema si acepta o no, a mí me da exactamente lo mismo.
─ E…Entonces, ¿solo será eso?- asiento con la cabeza, obvio que solo será eso ¿Qué esperaba? Acaso que le propusiera matrimonio- Ok, acepto, ¿Cuándo será?
─ Hoy luego del trabajo, para que esperar tanto- ella solo me mira fijamente, lo sé pequeña eso no era lo que esperabas- me tengo que ir, nos vemos a las 9- La dejo y me voy a trabajar tranquilamente, sin ninguna molestia.
…
Son las 9, estoy esperando a Inés en el estacionamiento, recordando el tranquilo día de trabajo que eh tenido, cuando de repente siento unos pequeños pasos, me vuelo y es ella que viene vestida con una falda que le llega hasta las rodillas, una blusa muy reservada y un chaleco delgado, viene con un sonrisa de triunfadora, aun sabiendo que no ha conseguido lo que ella deseaba.
─ Hola Doctor Nicolás, ¿está esperando a alguien?- ya comenzó con sus mirada coquetas, ¿Por qué no comprende de una vez que eso no le sirve conmigo?
─ Hola Inés, no comiences, ven súbete a la moto antes de que me arrepienta- regla numero 3: si una mujer ya tiene claro lo que tú quieres de ella no dejes que te haga perder el tiempo con tontera.
─ Está bien, ya vamos- me dice molesta, se nota que está decepcionada, lo lamento pequeña pero no soy tu galán de teleserie y mucho menos de película.
Se sube a la moto, abraza de mi cintura y nos vamos. Llegamos rápidamente al motel Cama Luna, me gusta este lugar es cómodo y discreto, mientras la niña molestosa se pone cómoda en la cama, yo contesto el teléfono de la habitación, como de costumbre la persona al otro lado del teléfono me ofrece algún tipo de trago, pero yo solo pago la habitación. Me dirijo a la cama y antes de que ella pueda decir algo, yo le digo que se deje llevar y que mantenga en silencio, no me interesa escuchar lo que tiene que decir, rápidamente le quito la ropa dejándola desnuda sobre la cama, comienzo a besarla y acariciar todo su cuerpo, con cada caricia su respiración se acelera. La siento sobre mí, me va sacando la ropa lentamente y besa mi cuerpo de mi torso hasta llegar cerca de mi intimidad y antes de que ella logre hacer algo la tomo en mis brazos y me apodero de ella con fuerza, debo admitir que la pequeña molestosa no esta tan mal pero no me interesa tener algo especialmente intimo con ella.
Después de unas horas de ejercicio cardiaco, ella se ha dormido, eso me muestra que a pesar de no ser virgen no está muy experimentada en este ámbito, por ello se agotó tan rápido. La dejo durmiendo en la cama, me levanto, me visto y como de costumbre tomo papel y lápiz y le dejo un nota.
*Querida Inés: ha sido un placer acostarme contigo, no estuviste tan mal, aunque eh estado con mejores, así que espero que ahora me dejes en paz como acordamos, ten linda vida.
Salgo de la habitación, me subo a la moto y me marcho. Al llegar a casa tomo una ducha, me seco el pelo y me acuesto en mi cama, comienzo a revisar mi ClickChat y hay cuatro mensajes de Roberto y dos de mi madre, primero veo los de mi Bro:
*¿Dónde estás? ¿Ya te fuiste?
*Saldré con Marcelo, ¿quieres venir?, tal vez te encontremos una conquista.
*Nicho, Nicho, ¿esta?
*Asumiré que estas ocupado, luego nos hablamos.
Mi querido amigo siempre me agrega en sus planes, pero que tipo de conquista podrían conseguirme, dudo mucho que una de mi tipo, sé que es raro pero tengo un mejor amigo que es homosexual y no me molesta, es un tipo increíble y lo admiro mucho, es un gran amigo. Marcelo es el nombre de su novio, aunque no me simpatiza mucho, debo admitir que él hace feliz a mi Bro y eso es lo importante. Volviendo al tema, no tengo ganas de salir, además mañana es un día laboral. Continúo revisando ClickChat y veo los mensajes de mi madre:
*Hola hijo, ¿Cómo está?
*Parece que se te ha olvidado el hecho de que tu madre aún vive.
Típico de mi madre, pero tiene razón hace más de una semana que no la llamo, así que ya es hora. Me contesta inmediatamente:
─ Hola, ¿con quién hablo?- ¡Hay mi madre! Siempre con su increíble sentido del humor, es una de las cosas que amo de ella.
─ Hola hermosa madre mía, ¿Cómo está la mujer más bella del planeta?- se podría decir que a la única mujer que le soy sincero es a mi madre, la amo más que a mi propia vida y los cumplidos no son nada comparados con la maravillosa mujer que es ella.
─ Jajaja- escucho su tierna risa- no te preocupes querido hijo no necesitas hacerme cumplidos, ya no estás en edad para que te castigué por no recordar a tu madre.
─ A una mujer como tú siempre hay que hacerle un hermoso cumplido, te amo madre, ¿Cómo has estado?- como no amar a esta mujer, es la que me ha dado la vida. Noto como se le hace difícil responderme, le pasa siempre que le digo esas dos palabras “te amo”.
─ Yo bien mi niño ¿y tú, como te encuentra?, ¿Cómo va el trabajo?- siempre tan preocupada.
─ Me alegro, yo bien gracias por preguntar y el trabajo igual que siempre- qué más puedo decirle, nunca le diría a mi madre “no sabe estoy súper, el sábado me acosté con una chica virgen y hoy con una practicante”- ninguna novedad.
─ Qué bueno, entonces te dejo, me alegra saber que estas bien, te amo mucho- noto en su voz la nostalgia ya presente, se nota que no le gusta mucho la idea de cortar la llamada.
─ También me alegro de que estés bien, te amo mucho madre, estamos en…- y antes de poder decirle algo más ella corta el teléfono.
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