Capitulo 2.

Terminaron las clases. Por fin libre.

Victoria me pidió mi número y yo se lo di, no se porque, yo soy de esas personas que no se lo da a cualquiera, pero es que ella me inspiraba confianza.

Salía de la secundario para irme con Manuel el chófer. Él es un amor de personas, lo quiero mucho.

—¿Señorita como le fue?—preguntaba sonriendo.

—Me fue muy bien Manuel—respondí—sabes que abra un concurso de matemáticas.

—No señorita—nego—pero estoy seguro que usted ganará.

Puso en marcha el auto. Miraba por la ventana las calles de la ciudad, sin duda es hermosa. Llegamos a casa y bajé del auto. Sin decir nada al entrar fui a mi cuarto dejando la mochila y cambiando de ropa para bajar a comer.

—Gente ya llegué—grité bajando las escaleras.

—Que bueno que llegaste hija ven vamos a comer ya—me llamo mi madre.

Hice lo que me dijo. Tome ligar en la mesa para comer y nos sirvieron pechuga de pollo con arroz blanco y lechuga, mi favorito. Comencé a hablar con mi mamá.

—Hey enana ¿Como te fue en la escuela? - preguntó Max.

—Ash... Como molestas deja hablar a los grandes - bufe finjiendo molestia.

—Pero si soy mayor que tu mocosa—me saco la lengua.

—Aveces son tan infantiles—comento Luther.

—¿Pero como te fue Danna?—Mateo se dirigió un bocado de arroz a su boca para masticar y tragar.

—Si hija ¿como te fue?—agrego entusiasmada mi madre.

—Pues bien. Hoy fui a entrenar al campo de batalla pero me dijeron que yo entrenaría una vez por semana—respondí.

—¿Por qué?—Mateo dejo de comer para verme confundido.

—El maestro diijo que era muy letal y que mejor entrenaría con el por separado—sonreí.

La comida transcurrió normal y regrese a mi habitación hacer tarea ya que siempre si encargan bastante.

Al llegar camine al balcón que daba vista a la ciudad y se apreciaban las hermosa y brillantes luces de la ciudad a lo lejos y en el oscuro cielo se reflejaban pequeños destellos por las estrellas y la icónica luz de la luna que daba todo su esplendor.

Un sonido de notificación me saco de mi burbuja. Tome el celular y prendí la pantalla de este, y había un mensaje de un número desconocido.

—"Hola Danna, soy Victoria"—decía aquel mensaje.

—Hola Victoria- escribí y envié.

—"Oye ¿van a venir a la gala de la noche?".

—¿Cuál gala?

—"La transformación del nuevo alfa de la manada luna blanca".

—¿Cuando es?.

—"Hoy, es a las diez".

Cuando estaba por responder pero no lo hice ya que mi papá entro a la habitación.

—Hija cambiate salimos en dos horas a la transformación de la manada luna blanca.

—¿Luna blanca?—regunté para si misma.

—Hija la manada Luna blanca es la tercera más fuerte.

—Enseguida me cambio papá.

Salió de mi cuarto y entré a bañarme. Prendí la regadera del baño y esperé unos minutos a que el agua estuviera tibia y luego ingrese.

No soy muy llamativa y no tengo mi cuerpo perfecto. Bueno soy de pechos medianos, caderas y trasero grande, piernas delgadas pero no tanto como un palo, tengo cintura pequeña pero no soy perfecta como las modelos, claro que tengo alguna que otra llantita de grasa y no tengo la cara ni la apariencia como las protagonistas de las novelas; yo soy de cabello negro, ojos grises, labios rojos, piel blanca y mido 1.68m no soy rubia ni de ojos azules, soy lo contrario a ello.

Pero eso no significa que me sienta mal con mi cuerpo, de hecho prefiero asi, no me gusta llamar tanto la atención.

Después de enjuagarme el cabello y mi cuerpo, coloque un champú de jamaica con café y me dirán ¡¿cómo que jamaica y cafe?! Pues si el café ayuda a crecer el cabello y con la combinación de la jamaica el aroma es delicioso.

Salí del baño con una toalla en mi cintura otra en el cabello y una que cubría mis pechos y estómago. Soy de la vieja escuela yo ni loca salgo con una simple toalla que me llegue hasta los muslos.

Seque el cabello con la secadora y procedi a vestirme.

Deje liso el cabello, y cuando lo dejo a si me llega hasta la cintura. Coloque solamente un polvo en mi rostro, enrizo las pestañas y por último un labial color cereza en mis labios. Si gente bella no me gusta que eso del rimen, que sombras, que esto el otro la base ¡no mi gente! No me gusta maquillarme tanto, siempre me gusta lo natural porque a la hora que te casas y te ven si maquillaje uff casi les da el infartó ja,ja, no se crean cada quien sus gustos y hay que respetar.

Me coloque una zapatillas color beige y tome un bolso para guardar mis cosas.

Salí de mi habitación. Comenzaba a bajar las escaleras y escuché que mis padres y mis hermanos estaban hablando pero luego me vieron y se callaron.

—Te vez hermosa mi niña—me abrazo papá.

—Que guapa Dafi—asi me dice mi mamá de cariño en combinación de Danna y Sofía.

—Gracias ustedes también se ven muy bien—sonreí. .

—Tu no sales así mocosa - celoso me miraba Max.

—Eso es verdad—gruño Luther.

—Y yo los apoyo—frunció el ceño Matías en apoyo a mis dos hermanos.

—Hay ¿qué creen? Yo no los apoyo a si que ni modo—alzó los hombros de forma inocente.

—Ya ya vámonos o vamos a llegar tarde—aviso papá.

Salimos de la casa. Al estar afuera y que me diera la briza del viento se sintió cálido ya que estamos en tiempo de calor. Entramos a las camionetas. Papá y mamá comenzaron a darnos indicaciones.

—Chicos quiero decirles que porfavor se comporte nos tocó sentarnos en la mesa con la manada Luna azul—advirtió mamá.

—¿Entonces el alpha de alphas

va a ir?—preguntó curioso Luther.

—Si—respondió papá.

—Bien hay que comportarnos ¡Danna!—exclamó Max viéndome el idiota.

—¿Qué paso?—pregunté fingiendo inocencia.

—Max te está diciendo que no vallas hacer tu desmadre mocosa—agrego Matías.

—¡Hey! ¡El único mocoso eres tú!—proteste.

—Silencio, ya no tardamos en llegar—regaño papá.

—Papá una pregunta—fije mi vista en él.

—Dime hija.

—¿Como se llama el alpha de alphas de la manada Luna azul?