Las cosquillas en mi rostro y la humedad en mi nariz me fue despertando poco a poco; las manitas regordetas de mi bebé estaban encima de mi cara mientras que con su pequeña boca intentaba morderme la nariz, reí ante la húmeda y cosquilluda sensación. Abracé a mi bebé mientras me sentaba en la cama, un pequeño rayo de luz pasaba por un lugar en la ventana que la cortina no alcanzaba a cubrir.
Busqué con mis pies las pantuflas que había dejado en la noche al lado de la cama y tras ponerlas en mis pies me levanté del colchón aún con mi bebé en brazos y baje las escaleras con lentitud. Lo dejé en el sillón de la sala, coloqué sus caricaturas favoritas y después de eso me dirigí a la cocina para preparar el desayuno, había escuchado la regadera del baño de la habitación, por lo que era una clara señal de que JungSun no se había ido y me tocaba hacerle el desayuno. El día de hoy era su día de descanso. En el caso de mi padre, sus días libres los pasaba conmigo y mi madre, jugaba conmigo y me regalaba cosas, a mi madre la llevaba a cenar por las noches y le daba arreglos de flores.
JungSun nunca haría eso, sus días de descanso los pasaba fuera, nunca estaba en casa.
Mientras freía unas verduras lo escuché bajar por las escaleras y gritarme cuando ya se había sentado en la mesa del comedor.
—¡Apúrate con el desayuno que no tengo tu tiempo!
Mi madre siempre decía que a los hombres se les conquistaba llegando primero a su estómago, y aunque me pasaba las horas en la cocina cuando era una adolescente, sentía que mi comida nunca era buena, no sabía si JungSun pensaba en algo acerca de mi comida, pues las veces en las que comía aquí siempre era comida que él me ordenaba comprar.
Otra cosa que mi madre siempre decía: “Una buena esposa nunca reprocha nada”
Terminé de servir en un plato su comida y en otro la mía, lleve ambos platos a la mesa, colocando el suyo frente a él y el mío al otro extremo de la mesa junto a MinKi, nuestro hijo.
Pero tan pronto como me senté, él se levantó y por la puerta abierta de la cocina pude ver cómo tiraba la comida en su plato, sentí como si alguien me hubiera apretado el estómago, después regresó y aventó el plato frente a mí.
—Ni eso sabes hacer bien.
—¡Sun malo! —gritó MinKi al ver que JungSun se alejaba— Amá no llola.
Solo al escuchar a mi bebé fue cuando ví la lágrima que había bajado hasta la mesa.
—Una buena esposa no replica —susurré.
Había pasado el tiempo suficiente para poder decir que me había acostumbrado, pero era mentira, nunca me acostumbraría a esos desplantes, al hecho de que parecía madre soltera en vez de una mujer casada.
Cuando salía con mi hijo al parque, veía las familias, felices, riendo, jugando y disfrutando de su amor.
Y me preguntaba el porque no pude haber tenido algo así, es cuando deseaba regresar el tiempo y pedir la fuerza suficiente para encarar a mis padres y negarme, pero no era así.
Después de darle de comer a MinKi, lo dejé nuevamente en el sillón junto a sus juguetes. Hice los deberes de la casa, entre ellas la comida que, aunque nunca viniera a comer, siempre hacía para dos personas en lugar de una. Cuando terminé y Vi a mi bebé dormir, tome la decisión, me cambié la ropa que llevaba por un pantalón deportivo y una camiseta holgada, amarré mi cabello en una coleta baja y comencé a hacer abdominales.
Mi autoestima había bajado desde el día en el que comencé a subir de peso por el embarazo y me convertí en una mujer delgada sin forma, ver a todas esas mujeres de la alta sociedad (a la cual también pertenecía) con sus perfectos cuerpos y sus radiantes sonrisas me hicieron sentir miserable, y comencé con el entrenamiento, por mi mente pasa eso, de que tal vez, eso mismo alejaba a JungSun de mi. Si bien yo sabía que uno debía de preocuparse por sí mismo y no lo que dijeran los demás, no podía evitarlo.
Tampoco era algo que hacía al cien por ciento por mi esposo, ya que una vez escuché de parte de una persona unas palabras muy sabias. No importa si eres "fea" o "hermosa" físicamente, un hombre te va a engañar sin importar si eres la mismísima Megan Fox.
Me había dejado guiar mucho tiempo por los consejos de mamá, era lo que guiaba mi vida y ahora… bajo mi propio matrimonio, no sabía si lo que hacía estaba bien.
Cuando había terminado de aquellos ejercicios, el teléfono de la casa había sonado, así que corrí hacia él antes de que el tono terminara. Mi madre, con su típica voz aguda, me estaba advirtiendo de que estaría conmigo en unos minutos. Había terminado la llamada y corrí a recoger el tapete en el que había estado acostada para los ejercicios, mi madre era una controladora del orden. Fue cuando escuché la puerta ser abierta y los alaridos de felicidad de mi bebé al escuchar a su abuela.
Yo amo a mi madre, no iba a negarlo, pero había días en los que no quería verla y recibir sus sermones.
—¿Por qué estás vestida de esa manera? —dijo, con un tono de indignación mientras su rostro expresaba desagrado.
—Estaba haciendo ejercicio —dije, sin avergonzarme de mi aspecto un poco desaliñado.
—Eso es bueno, corazón. Ya estabas subida de peso y es bueno mantenerse joven y bella para el esposo.
Estaba en desacuerdo con ello, yo no había subido de peso, era normal que mi cuerpo no fuera perfecto después de un embarazo, así como tampoco estaba de acuerdo con el hecho de mantenerse bella para el marido.
—Bueno, estaría de acuerdo sí Jungsun se dignara a aparecer en la casa de vez en cuando —solté con rencor.
—Él es el hombre, puede hacer lo que quiera.
Suspiré ante su comentario, ahí íbamos de nuevo con el discurso de: “Él es hombre”.
—Bueno, soy su esposa y merezco respeto, sin embargo no se digna a aparecer, tira mi comida al cesto de basura, me avienta el plato y ni siquiera pregunta por mi hijo, además de que se revuelva con cualquier zorra que se encuentra. —Solté con desprecio, enojo, muchas emociones encontradas y no podía decirle a nadie lo que sentía.
—¡Hana! —exclamó—. Esas no son maneras de hablar.
—Pero tampoco puede hacerme eso. ¿No te das cuenta de lo que te digo? Me engaña, ignora a su hijo y me tacha de inútil.
—Tú estás haciendo mal las cosas.
Aquello fue indignante y humillante, mi propia madre me decía que no cumplía mi papel de esposa y que todo aquello era mi culpa.
—¿Papá nunca te engañó?
—No, yo soy una excelente esposa —dijo con orgullo.
—Yo me esfuerzo.
—No lo suficiente para mantenerlo contigo.
—¡Yo no me quería casar!
—¡Te embarazaste!
—¡Fue un error! —exploté— todo esto es un maldito error, no quería casarme, no con él, no obligada —estaba agitada, si me veía mal desde antes de que llegara mi madre, ahora me veía peor—. ¿Por qué no pueden entender que esto es idea de ustedes? No fue mía. Yo no pedí casarme, yo no lo quería, y ahora me culpas por no poder mantener a mi esposo a mi lado cuando él me odiaba desde un principio y deseaba esto tanto como yo.
—¡Soy tu madre y me respetas! —dijo con enojo, su ceño estaba fruncido y podía ver sus mejillas rosadas por el creciente enojo de recriminarle las cosas.
—¡Y yo soy tu hija y no obtuve respeto! ¡Ni de ti, ni de nadie!
—Esto es necesario para la familia y la empresa.
—¡Su empresa!— la señalé— ¿Te preguntaste alguna vez si yo lo deseaba? Si deseaba dirigir la empresa o algo… ¡No! Ahora me dices que hacer y qué no hacer, me recriminas por no ser una ama de casa ejemplar y perfecta. ¡Pero eres una controladora junto a mi padre! Pusieron sus ojos de cachorrito y ahora tengo que vivir tres años de infierno. Me he aguantado las lágrimas, los dolores, los desprecios, pero si vienes a decirme que todo es mi culpa es mi momento de decirte que esto no hubiera pasado si no se te hubiera ocurrido gastar todo el jodido dinero en ropa de diseñadores y en estúpidas fiestas para tus horribles amigas. Si no hubieras querido gastar todo el dinero que tenía mi padre para tus estúpidos caprichos —podía sentir mi cara arder por el enojo, después de años está era la primera vez que me revelaba y decía lo que pensaba—. ¡Así que todo es tu puta culpa!
Dicen que cuando vives mucho tiempo con una persona empiezas a aprender sus mañas, sus hábitos, su manera de hablar y hasta que físicamente te comienzas a parecer. Pues yo no era una persona que dijera palabrotas, pero JungSun sí, así que podía decir que fue un hábito que agarré de tanto escucharlo decirme las mismas palabras.
La cara de enojo de mi madre podía ser pintada y enmarcada como un cuadro de horror, pues, con mi niño en brazos, la cara roja como un tomate y el impulso del enojo, me golpeo la cara tan fuerte que me había tirado al suelo.
Nunca me habían golpeado, al menos ella no, podía decir que JungSun nunca se atrevía a levantarme la mano; podía gritar, golpear la mesa o la pared y aventarme las cosas sin el afán de lastimarme físicamente. Así que el golpe de mi madre me había dolido horrores, el anillo que portaba en el dedo anular me había rasgado la piel ligeramente, así que un hilillo de sangre salía de mi mejilla izquierda.
Las lágrimas escurren de mis ojos y vi a mi bebé llorar, así que, sin importarme el dolor de la cara, la sangre que escurría por mi nariz y mi mano derecha que recibió el impacto al caer, tomé a mi bebé y lo arrullo para que se logrará calmar.
—¡Quiero que te vayas de mi casa! —le dije con enojo, no sabía cómo se veía mi cara, aparte de cansada y ojerosa, tal vez podía estar la marca de la mano de ella, no lo sé, pero esperaba que se pudiera deducir mi enojo.
—Hana…
—Tu también me enseñaste que nadie tiene derecho a interferir en mi matrimonio, que nadie, repito ¡Nadie! Tiene derecho de meterse en ello, eso te incluye a ti, así que, te pido que te vayas y que no regreses a menos que sea con invitación.
Ella, con cierto arrepentimiento en su rostro, tomó su bolso, se calzó sus zapatos y se marchó.
Las lágrimas siguieron corriendo por mis mejillas, mi bebé se había calmado y con su manita, acarició mi mejilla.
—Ami no llola.
—Mamá no llora —susurré y besé su frente.
MinKi era lo único que me daba fuerzas de continuar.
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Updated 46 Episodes
Comments
Gabriela Rangel
Pinche vieja pendeja se quedó en el pasado
2024-08-20
0
Mirian Mendoza Gutierrez
que tristeza. no piensan en el daño que ocacionan
2023-10-19
3
Carolina Cardoza
que triste 😥 hay casos de personas que pasan por esta situación y no hay quien las apoye aveces nuestra mala crianza hace que nos quedemos donde nos lastiman
2023-03-27
1