Capitulo 1

Mari empezo a sudar frío del shock mientras se sujetaba de la puerta para no caer en el suelo.

—¡No!. Yo quiero vivir.

Sin darse cuenta empezo a perder fuerza en sus manos y termino callendo inconsciente alado de la puerta. Por otro lado la hermana de Ameyal se dirigió a su cuarto para saber por qué tardaba tanto, al tratar de abrir un la puerta se encontró Ameyal inconsciente junto a la puerta y está grito

—¡Ameyal!, reacciona

Mientras la mujer llevaba Ameyal a la cama, Mari en el cuerpo de Ameyal empezó a tener recuerdos de la novela y a soñar con dos mujeres en una tienda isotérmica y a escucharlas.

...

—¿Que es lo que quieres saber?

Dijo la bruja mientas dividía en dos partes las cartas

— Quiero que me diga si el dejara su esposa por mi ....

Dijo Diana ansiosa, escogiendo la mitad de la baraja del lado izquierdo, Ameyal empezó a leer las cartas y le dijo:

—No, el ama más a su esposa

—¡No!, si el la amara, crees que la engañaría. Me tiene que ayudar a que el se quede conmigo...

Diana sujeto con desesperación las manos de Ameyal.

— Me dejas continuar leyendo ....

—Yo no quiero saber más, suficiente tengo con esto, Por favor ayúdame a qué la dejé a ella.

— Yo no hago esa clase de trabajos ...

— Eso es mentira, se perfectamente que a una de mis vecinas le hizo un amarre para retener a su marido, le pagaré muy bien se lo prometo...

—...

— Pero que no sea como como el que le hizo a Claudia, quiero que sea pará siempre.

—Perdón ...

— Oi que le dijo a ella que cada día matará una de sus gallinas para que su marido no se fuera... ella prácticamente ya no tiene gallinas no creó que dure mucho tiempo con su marido.

— Pero que pasá si con el tiempo dejas de tener interés en el o te enamoras de alguien más

— Eso no pasará yo siempre lo voy a amar

Dijo Diana mientras se empezaba a desesperar esperando una respuesta de la bruja, mientras miraba el suelo.

— No te da pena hacer esto, obligar a ese hombre a qué se quede contigo

—Me va ayudar o no.

—… Estás segura de que es lo que quieres...

Ameyal estaba insegura de lo que apunto está de hacer por qué no consideraba correcto atar a una persona a esta con otra en contra de su voluntad a basé de brujería a pesar de tratar de convencerla de lo contrario

—Si, no me importa lo que pase después, dígame qué es lo que tengo que hacer ...

—Sigueme

Ameyal se dirigió a un mueble y abrió un cajón donde se encontraban un montón de plantas

y abrió otro cajón donde había muñecos y saco un par de estos y del otro un sobre de hierbas y cerro los cajones y se dirigió a Diana para entregárselos.

—Tomas estás hierbas, usarlas cuando te bañes mientras secretas lo que está escrito en el papel que está en la bolsa y los muñecos los unes juntos con un liston rojo al rededor con siete nudos mientras dices su nombre y el tuyo y enciendes una vela durante un mes .

—Bien, ¿cuánto va a ser ?

Diana tenía una sonrisa que no se podía ocultar aunque está estuviera agachada evadiendo la mirada de Ameyal

—Son 3000 pesos.

Dijo Ameyal mientras solo esperaba que ella se fuera, Diana abrió su bolsa y metió los objetos que le habían dado, saco del dinero y se lo dió a Ameyal en la mano.

—Gracias

—Espero que no te arrepientas de tu decisión...

Esas fueron las últimas palabras entre Diana y Ameyal antes de que todo iniciará a ir mal ...

Poco tiempo después Sebastián se había divorciado de Dulce y empezó a vivir juntos con Diana en otra ciudad al principio todo era perfecto para ellos.

— Me preguntó cuánto tiempo más va a durar su felicidad antes de que el karma haga efecto.

Se pregunto Ameyal mientras solo escuchaba lo que las personas del pueblo decían.

Conforme más pasaba el tiempo era más evidente que Diana ya no sentía nada por Sebastián, el ya no era el hombre del que se había enamorado solo era como perro esperando ordenes de su amo, su comportamiento era tan irracional, cada que veía a Diana con otro hombre hablando.

No pasó mucho tiempo para que Diana decidiera dejar a Sebastián pero no sabía cómo, pasaba todas las noches pensando como escaparía sin que el se diera cuenta , había renunciado a su empleo y sin decirle nada a el sobre que ya no trabajaba, en una mañana lluviosa de octubre salió solo con lo que tenía puesto, una bolsa con sus documentos personales y un boleto de autobús con destino a otra Ciudad lejos del hombre al cual alguna vez amo tanto como para condenarlo a amarla por siempre.

Cuando el llegó al departamento departamento inmediatamente noto que un silencio incómodo

— ¿Diana?

...

— No es posible que aún no aya llegado... Voy a llámala.

Rápidamente saco su teléfono de su pantalón y este llamo al número de Diana pero solo escuchaba a la operadora.

— El número que usted marco está fuera de servicio...

Volvió a Intentar llamar varias veces pero era el mismo resultado

—¡Diana, contesta!

Paso la mayor parte de la noche sin recibir una respuesta de ella, por otro lado Diana apenas acaba de llegar a una nueva ciudad la cuál nunca había conocido, estaba ilusionada con tener una mejor vida y escapar de su pasado,

al día siguiente de llegar empezo a buscar empleo en diversos despachos como contadora.

Sebastián estaba tan ansioso por qué ella no había llegado en la noche, así que fué a buscarla en dónde trabajaba pero solo recibió la noticia de que ella había dejado de trabajar más de una semana y esto solo provocó enojó y con una necesidad de estar cerca de ella al tal punto de ir a buscarla, aunque ni el mismo entendiera el por qué le era tan importante estar con ella necesariamente.

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