Capítulo 5. Hipotiroidismo
Es viernes, tan solo ha pasado un día desde mi cumpleaños, estoy aburrida en mi habitación, solo bajo para comer y el resto del día me mantengo pegada a mi Tablet, teléfono y alguno que otro libro que llama mi atención.
- Ni te imaginas lo que pasó hace dos días. – Le escribo un mensaje a Karen\, ella simplemente respondió con dos signos de interrogación. – No tenía idea de que mi tío Edmund conocía a tú primo\, ayer lo trajo a la casa.
- ¿En serio?
- Sí\, casi escupe la cena cuando le dije a mi tío que lo conocí hace una semana\, y… también dije que tú me habías dado el mejor regalo de cumpleaños\, pero no te lo creas\, solo estaba molestando a tu primo.
Estoy sentada en el balcón de mi habitación, Karen se toma demasiado tiempo en contestar lo cual me desespera. Cuando salí de vacaciones, había decidido ir al gimnasio, pero al final hago a un lado la idea, considero una pérdida de tiempo y esfuerzo, es probable que nunca logre bajar de peso, desde los quince años he tenido que estar bajo una rigurosa dieta alimenticia y eso solo me ha ayudado a mantener mi peso actual.
- ¡Krysten! – Escucho la voz de mi madre afuera de mi habitación\, me pondo de pie y me acerco a la puerta para abrirla.
- ¡Hola mamá! ¿Qué haces aquí a esta hora? – Pregunto con curiosidad\, pero mamá ignora mi pregunta y entra a mi habitación con algunos portas trajes en su brazo.
- Te quiero lista a las siete de la noche\, escoge cualquiera de los vestidos que traje. – Dijo señalando hacia la cama.
- Pero mamá…
- No más preguntas cariño\, solo haz lo que te estoy pidiendo.
Eran las diez de la mañana, no tenía idea de qué planeaban mis padres, le mandé un mensaje a mi tío y simplemente me dejó en visto. A las cuatro de la tarde entré al baño a tomar una ducha, salí envuelta en un albornoz y me detuve al pie de la cama, observando ansiosa los tres vestidos. A las cinco de la tarde los escuché llegar, pero ambos parecieron ir directo a su habitación y yo ni siquiera me había decidido por qué ponerme.
Había un vestido azul oscuro, sencillo, con un cinturón ancho en color fiusha, un vestido color mostaza con cuello tipo v y había unos detalles en la cintura que acentuaban mi silueta, un estilo bodycon, demasiado ajustado para mi gusto. El tercer vestido era un estilo maxi dress, que dejaba al descubierto mis hombros y enmarcaba mi cintura, pero no me gustaba el estampado para un evento de noche, cualquiera que sea éste.
Comienzo a sentirme estresada y ansiosa, las lágrimas resbalan por mis mejillas, he probado las tres opciones y termino en ropa interior frente al espejo, me odio, me siento horrible al verme en el espejo, siento que esa mujer frente a mí no soy yo realmente. En un arranque de ira golpeo con mi mano el espejo, pedazos de él han caído sobre la alfombra, algunas astillas se han incrustado en mi mano, hay sangre goteando de ella, manchando el piso. Se ve peor de lo que realmente es, entro al baño para lavarme y envuelvo mi mano con una pequeña toalla.
Me pongo unos jeans, una camisa y mis tennis, tomo mi bolso, mi teléfono móvil y salgo de mi habitación sin hacer ruido, no quiero alertar a mis padres, no quiero escuchar sus regaños y lo que es más, no quiero ver a nadie. Espero unos minutos escondida en los arbustos, aprovecho que el guardia de seguridad ha ido al baño para salir de la residencia.
‘Bien, primero debo ir al hospital’, digo en mi mente. Tomar el autobús con la toalla manchada de sangre llama la atención de algunos curiosos, pero esquivo sus miradas y me concentro en el paisaje desde la ventana. No han tenido que ponerme puntos, solo son algunos rasguños, la enfermera aplicó un poco de antiséptico y cubrió las heridas con algunos pedazos de gasas y vendó parte de mi mano.
Tan pronto salgo del hospital escucho el sonido de mi teléfono móvil en el interior de mi bolso, reviso la pantalla y veo el número de mi madre. Bloqueo de nuevo la pantalla y tomo un autobús hacia la casa de Brandon.
- Krysten\, ¿qué te pasó en la mano? – Me pregunta Brandon cuando me ve parada fuera de su casa.
- Me acerco a él y lo abrazo\, necesito un abrazo de mi amigo. – No es nada\, solo no me siento bien ahora\, ¿te importa si me quedo un momento aquí?
- Para nada linda\, vamos\, entra. – Brandon abre la puerta para dejarme pasar. – Mis padres están fuera\, quieres que vayamos al jardín o a mi habitación.
- Creo que el jardín está bien\, no quiero meterte en problemas. – Digo apenada.
- ¿Me vas a decir lo que te pasó? – Brandon se acercó a mí\, levantó mi barbilla observando mis ojos hinchados. – No me digas que no pasó nada\, no eres buena mintiendo\, al menos no a mí.
- No es nada\, en serio\, solo… estoy lidiando con muchas cosas ahora Brandon. Mamá me pidió que me vistiera para hoy en la noche\, no me dijo de qué se trataba\, solo dejó sobre mi cama tres vestidos que no eran para nada mi estilo y que me hacían sentir completamente incómoda. Rompí el espejo con mi mano y escapé de casa. Antes de venir aquí fui al hospital para que me curaran.
- ¡Niña tonta! – Me regañó Brandon. – Krysten\, sabes que estás enferma\, desgraciadamente no es algo que puedas controlar. Necesitas aprender a quererte y aceptarte tal cual como eres y… no digo esto porque sea tu amigo y porque te quiera mucho\, pero eres una bella chica.
Sonreí con los labios apretados sin responder al comentario de Brandon, no era la primera vez que alguien intentaba convencerme de qué clase de chica soy, de lo bella que soy, pero sin importar cuántas veces uno escuche lo mismo, mientras uno no se sienta bien consigo mismo, esas palabras parecerán tan vacías y sin sentido.
Había muchas cosas de las que no podía hablar, ni con mis amigos, mis padres o con mi tío, aunque él siempre me escuchaba, sentía que solo me decía esas cosas bonitas porque soy su sobrina y me quiere. Soy consciente de que necesito ayuda, pero no me resultaba fácil pedirla o aceptarla de cualquier persona. Kevin ha dicho muchas veces que me encanta llamar la atención, así es que siempre busco una excusa para no hablar sobre mis problemas, pero lo cierto es que esta enfermedad afecta el estado de ánimo de la persona que lo padece, se puede incluso tener ansiedad o depresión.
De pequeña siempre fui muy sana, inclusive a los ocho años comencé a practicar gimnasia, a los doce años mi tío Edmund me enseñaba defensa personal y algunas otras disciplinas que según él me ayudarían a defenderme; aunque siempre pensé que era una forma de mantenerme ocupada pues siempre fui una chica muy extrovertida y con demasiada energía.
Pero a los quince años mi vida cambió, fui diagnosticada con hipotiroidismo, mis padres no tenían ni la menor idea de esto, repito, siempre fui una chica sana, pero de repente, el aumento de peso, dolor en mis articulaciones y mi elevado ritmo cardiaco nos llevó a una consulta con nuestro médico familiar, fue hasta entonces cuando nos dieron los resultados, tenía una deficiencia de yodo, la cual es esencial para la producción de hormonas tiroideas.
Ésta enfermedad me ha robado toda la seguridad y confianza en mí misma, he sufrido de diversos síntomas, pero el que más me afecta es el aumento de peso. Al principio fui tratada con una terapia hormonal, visitaba frecuentemente a mi doctor para corroborar la dosis que debían aplicarme. Pero posteriormente mis padres concordaron con las recomendaciones del doctor, tratamiento con levotiroxina, una píldora que debo de tomar de por vida para controlar los síntomas, además de llevar una dieta baja en sodio, lo que significa que hay muchos alimentos que no debo consumir. Pero haga lo que haga, muy difícilmente podré bajar de peso.
Soy una chica de caderas amplias, con algo de volumen en busto y considero que tengo un buen trasero, aunque demasiado grande comparado con los de mis amigas, todos dicen que soy una chica con curvas, pero a mí no me gustan mis curvas. Es cierto que hoy en día los adolescentes vivimos bajo mucha presión, una presión que nosotros mismos nos ponemos con altos estándares, nos comparamos con otras personas, nunca estamos conformes con nada, las que son delgadas quisieran tener un poco más de peso, las que tenemos peso de más queremos ser delgadas, las de cabello rizado quisieran tenerlo lacio y viceversa. Nos concentramos tanto en los cánones de belleza que se muestran en la televisión, revistas e internet, que creemos que esa es la imagen perfecta.
Estoy harta de vivir de esta manera, he estudiado por dos años psicología clínica para poder ayudar a otras personas como yo, pero la realidad es que para poder ayudar a otros, necesito estar sana yo, física, mental y emocionalmente. Debo encontrar la manera de salir de este hoyo, puedo hablar con mamá, pero todos me tratan siempre como una chica caprichosa que solo intenta llamar la atención de la manera equivocada, mamá y tío Edmund me sobreprotegen, lo sé, me he dado cuenta desde hace mucho, pero no he tenido el corazón para decirles que paren, no sé si es porque no quiero hacerlos sentir mal o simplemente es mucho más fácil y cómodo para mí que me traten como lo hacen.
Mientras Brandon me abraza, escucho mi teléfono móvil de nuevo, él se aparta un poco y me hace un gesto para que conteste, reviso la pantalla y esta vez es mi tío quien está llamando. Hay muchas llamadas perdidas del número de mi madre y de mi padre.
- ¡Hola tío! – Respondo.
- Cariño\, dime dónde estás\, nos tienes preocupados a todos.
- Estoy bien tío\, solo salí a tomar un poco de aire. Regresaré en un rato más a casa.
- Krysten\, dime dónde estás\, paso por ti. – Brandon me hace un gesto\, él me llevará a casa.
- Dejo escapar un fuerte suspiro. – Estaré en casa en diez minutos tío. – Cuelgo la llamada y guardo mi teléfono de nuevo dentro de mi bolso.
- Vamos pequeña\, solo déjame llamarle a mis padres para avisarles que saldré un rato.
En la entrada de la casa vi el auto de Kevin y la camioneta de mi tío, apoyados en ésta última estaban Charlie, uno de los hombres del equipo de mi tío y Wayne, el recién llegado a la milicia y primo de Karen. No les presté atención, Brandon detuvo su camioneta detrás del auto de Kevin, bajó del auto y me ayudó a hacer lo mismo. Tan pronto pude ponerme de pie, me abrazó con ternura.
- Krysten\, sabes que te quiero mucho amiga y no soporto verte así. Pero quiero que\, pase lo que pase\, lo que sea que te esté molestando\, te acerques a mí\, siempre estaré ahí para ti.
- ¡Gracias Brandon! No sabes lo bien que me hacen tus palabras. ¡Te quiero mucho! – Dije sollozando en su pecho\, mientras él acariciaba mi cabello. Por alguna razón dirigí mi mirada hacia los dos chicos que esperaban cerca de la entrada\, ambos nos estaban observando.
- ¡Krysten! – Escuché a mamá y a mi tío Edmund\, me aparté de Brandon y limpié mis mejillas con el dorso de mi mano.
- Debo entrar ahora\, gracias por traerme. – Me despedí con un beso en la mejilla y me acerqué a mi madre.
- Lamento preocuparlos\, pero… estoy algo cansada y quisiera ir a mi habitación. – Dije intentando evitar que mamá me abrazara\, pues sabía que tan pronto sintiera un poco de preocupación de su parte\, empezaría a llorar.
- Cariño\, hablemos un momento. – Dijo mamá\, mientras rodeaba mi espalda con su brazo.
En la sala de la casa estaba Kevin con su habitual expresión de indiferencia, vestía de traje, todo indicaba que nuevamente había estropeado los planes de la familia.
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Comments
Momys.rub
Es una condición muy compleja.
Nesecita trabajar mucho en aceptar q esta Enferma!! y no de una gripe cualquiera. Es mucho más complicado, por q pasas por la adolescencia y eso crea en ti inseguridades, y más por q No es Algo q puedas Controlar!!! Es por eso q se excudan en una rebeldía.
Ojalá reciba la ayuda adecuada pronto.
2023-11-15
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Wolfita Albarez
Buscaria un psicologo!!!
2023-08-12
1
Martha Olalde
pobrecita ojalá y le ayuden y no la regañen
2023-03-17
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