Capítulo 3. Enfrentando a papá.
En Indian River RD, hay una pequeña intersección de subida en la que los vehículos se pueden desviar para avanzar hacia Lynnhaven Pkwy, nosotros quedamos atravesados en esa calle. Para nuestra buena fortuna, no chocamos con nadie más, pero el policía de tránsito nos había alcanzado y había visto absolutamente todo, al menos la parte en la que nos volamos un semáforo.
- ¿Están todos bien? – Preguntó, desviando su mirada de los chicos y observando hacia los asientos traseros donde estábamos nosotras.
- Nosotros… sí, creo que todos estamos bien. – Respondió Brandon nervioso.
- Sus documentos por favor. – Pidió el oficial.
- Maldita sea\, estamos en problemas. – Se quejó Mike en voz baja.
- Bajen del auto por favor. – Dijo el segundo oficial cuando se acercó del lado de Mike.
Los cinco bajamos de la camioneta con cuidado, estábamos nerviosos, el oficial nos observó detenidamente y luego nos explicó que procedería a hacer una inspección del vehículo, mientras su compañero nos revisaba. Escuchamos hablar al oficial que revisaba la camioneta por radio.
- Bien\, esperaremos a la grúa para que se lleve la camioneta y luego nos acompañaran a la estación de policía. – Dijo el primer oficial cuando terminó de revisarnos.
- Tienen a los otros. – Escuchamos al segundo oficial informarle.
Era mi segunda vez en la estación de policías, tras dar nuestra declaración de los hechos, nos pusieron juntos en una celda. Para nuestra mala suerte la estábamos compartiendo con los dos tipos de la pick up negra de la playa.
- ¿Esperaran a que sus papis vengan a rescatarlos? – Se burló uno de ellos\, Brandon había perdido la paciencia\, estábamos ahí por su imprudencia; cuando lo vimos acercarse al tipo con intenciones de golpearlo\, Mike y yo lo detuvimos.
Después de tranquilizarlo, Brandon y yo nos quedamos sentados en el piso mientras yo apoyaba mi cabeza en su pecho, todos estábamos preocupados, habían pasado dos horas desde que nos llevaron a la estación y aún no habían llegado nuestros familiares.
- Nadie sabrá lo mucho que amé\, nadie verá mi llanto… - Tan pronto como empecé a cantar\, Brandon comenzó a reír.
- ¿En serio Krysten? Estamos en una celda y se te ocurre cantar la canción de Zazú. – Se burló mientras pellizcaba ligeramente mi barbilla.
- ¿Qué esperas que haga? Estoy aburrida y aún más nerviosa\, no tengo idea de cómo va a reaccionar el energúmeno de mi padre. – Dije en voz baja.
- Podrías haberle hablado a tu tío\, pero decidiste no hacerlo.
- Da igual\, si papá se entera es seguro de que mi tío también. ¡Uff\, qué vergüenza! – Me quejé.
- Pueden salir. – Escuchamos a un oficial al tiempo que abría la celda. – Ustedes dos, esperaran aquí un poco más. – Le dijo a los chicos de la pick up.
Después de pasar el pasillo tomada de la mano de Brandon, nos encontramos con las miradas furiosas de nuestros padres, los chicos bajaron la cabeza, yo en cambio fijé la mirada en mi padre, que tampoco lucía contento. Papá caminó hacia la salida sin dirigirme la palabra, yo giré mi rostro para ver a mis amigos, solo hicimos un gesto de despedida antes de que cada uno se fuera.
- ¡Krysten! – Escuché la voz de Brandon tras de mí.
- ¿Qué pasa? – Le pregunté tan pronto me detuve.
- Quería dártelo desde que llegamos a la playa, pero no tuve oportunidad, lamento que las cosas hayan terminado así este día. – Brandon puso en mi mano una pulsera de color negro, hecha a mano, parecía paracord, un tipo de cuerda de nylon trenzado en diferentes estilos, pero lo que me encantó, es que en medio, había un corazón con la palabra ‘bitch 1’ inscrita.
Lo abracé cariñosamente, Brandon era uno de mis mejores amigos, después de separarnos, movió frente a mí su mano, en su muñeca, había una pulsera idéntica a la mía que tenía inscrita la palabra ‘bitch 2’. Me reí a carcajadas olvidando por completo que mi padre esperaba furioso por mí junto a su auto.
- ¡Krysten! – Escuché a mi padre gritar tras de mí.
- Yo igual lo lamento. – Susurré antes de que él se fuera.
- No tuvimos la culpa. – Me excusé con mi padre tan pronto me acerqué a su auto.
- Será mejor que no digas nada Krysten. – Advirtió mi padre entrando al auto y cerrando de un portazo.
El camino a casa fue tan incómodo, él me observaba de repente, y yo simplemente me mantuve en silencio para evitar decir algo que lo hiciera enfurecer más, con papá las cosas funcionaban así, él conocía su carácter y por eso siempre esperaba a calmarse para hablar conmigo.
Cuando entré a la casa, mamá me esperaba en la sala acompañada de Kevin, no entendía por qué tenía que estar ahí, mi expresión cambió por completo en cuanto lo vi sentado con una pequeña sonrisa en la comisura de sus labios, casi imposible de distinguir. Cualquiera que lo viera pensaría que estaba realmente preocupado por mí, pero yo sabía que solo quería ver como papá me regañaba.
- ¿Qué pasó Krysten? – Preguntó mamá en cuanto me acerqué a la sala\, pero antes de poder responder\, papá intervino.
- Olvídate de la fiesta del fin de semana\, estarás castigada. – Dijo molesto\, se había estado conteniendo en la estación de policías.
- Yo sonreí con los labios apretados. – Bien\, como tú digas papá. – Me puse de pie y caminé para ir a mi habitación.
- No he terminado Krysten\, nadie te ha dicho que puedes irte. – Me detuve a mitad del camino y giré mi cuerpo para quedar frente a él. – No puedes dejar de causar problemas ni siquiera el día de tu cumpleaños\, pareciera que siempre andas buscando la forma de fastidiarnos. – Se quejó mi padre.
- No fue nuestra culpa papá\, no es que yo ande por ahí buscando cómo fastidiarte la existencia\, tengo mejores cosas qué hacer. Pero ni siquiera me voy a detener a explicarte lo que realmente pasó\, es una completa pérdida de tiempo.
- ¡Krysten! – Intervino mi madre.
- No mamá\, estoy segura de que le explicaron lo que había pasado en la estación de policías\, pero no le importa\, solo está buscando una estúpida excusa para castigarme y así zafarse de la fiesta.
- Sí\, me explicaron en la estación lo que pasó\, se salvaron únicamente por que la patrulla que los detuvo vio lo que había pasado y se comprobó todo gracias a las cámaras que había en el lugar. Pero eso no justifica el por qué habían envases de cervezas en la camioneta de tú amiguito.
- Solo tomamos un par de cervezas cuando estuvimos en la playa\, ninguno de los cinco estaba ebrio y Brandon jamás hubiese actuado así si no hubiese sido por esos dos imbéciles que nos molestaron.
- Ya es hora de que dejes de actuar como una niña\, estoy harto de tu comportamiento\, no saldrás de tu habitación hasta que empiecen las clases en la universidad. – Advirtió mi padre\, haciendo que me burlara pues aún faltaban tres semanas para hacerlo
Papá siempre sacaba a relucir mis errores pasados, sí, últimamente no era la chica bien portada que él esperaba, no comparada a mi perfecto hermano mayor, soy caprichosa, voluntariosa, obstinada y muy directa al hablar, a veces más de lo que él podía soportar. No podía excusarme diciendo que solo era una chica de veintiún años viviendo mi vida como mejor me parecía; estaba a punto de terminar la carrera y seguía viviendo en casa con mis padres y viviendo de su dinero, él solo estaba aprovechando esta situación para sacar todo lo que tenía guardado y que se calló solo para hacer feliz a mi madre.
Debía darle la razón, debía de mantenerme callada, pero siempre tenía ese incontrolable impulso por responder, pero seamos sinceros, qué adolescente no lo hace. Hoy nos clasifican por generaciones, desde los millennials o generación y, generación z o también llamados generación de cristal. Ahí es donde estamos todos los que nos sentimos inseguros, inestables, con poca paciencia e intolerantes a la crítica, a los que nos dimos por vencidos según las opiniones de muchos, pero desde mi punto de vista, creo que hay una razón por la cual nos sentimos de esa manera, pueden haber muchas cosas que nos provoquen sentirnos así y sí, puede ser que solo estemos gritando en silencio, queriendo llamar la atención, aunque suene estúpido, aunque hayan muchas formas de hacerlo, aunque podamos sentarnos y hablar como gente civilizada, pero no siempre es posible, no todos están abiertos a hablar sobre las cosas que nos afectan, y yo me siento así, no me siento cómoda ni capaz de poder sentarme frente a mi padre, sin sentir como me quema con su mirada de reproche, juiciosa, haciéndome sentir en una especie de interrogatorio y no en un círculo de confianza.
Es como si nuestros padres hubiesen olvidado su adolescencia, cuando ésta llega, siempre viene acompañada por crisis existencialistas, problemas de identidad, donde se supone que debemos forjar nuestro carácter pero en vez de eso somos como una pequeña de bomba de tiempo, siempre intentamos autodestruirnos en nuestro afán por experimentar y probar nuevas cosas, por muy estúpidas que parezcan.
Yo constantemente discuto con mi padre, mi abuela decía que somos muy parecidos y que por eso no nos soportamos, nuestra relación empezó a ir en picada desde que me convertí en una adolescente. Primero, no soportaba el hecho de que me hubiera negado a estudiar algo que él quería, lo hizo con Kevin y pensó que yo sería tan manipulable como él, pero no, tan pronto como supe que me había inscrito en la carrera de finanzas fui a darme de baja y a inscribirme en psicología, específicamente en psicología clínica. No estaba interesada en el negocio familiar, si bien vivía de él por ahora, no pensaba estar bajo la sombra de mi padre solo para obtener una rebanada de pastel cuando él estuviese viejo. Y si sumamos a eso, que mis constantes cambios de humor, mis arranques de ira, mis constantes acciones impulsivas me llevaron a visitar por primera vez la estación de policías, cuando me volé un semáforo y arruiné el camaro zl1 en color rojo que mi padre le había regalado a Kevin, el auto sufrió algunos arañazos, por decirlo de una forma, yo terminé con dos costillas rotas, una fisura en el mentón que me hizo comer papillas por alrededor de tres meses y una operación en mi rodilla izquierda.
- Bien papá\, me quedaré en mi habitación solo para no tener que verte. – Dije con la barbilla levantada. - ¿Estás satisfecho con el espectáculo querido hermano? – Fijé la mirada en Kevin y solté un ligero bufido.
- Regresa aquí Krysten\, no he terminado contigo. – Respondió molesto papá.
Me di la vuelta ignorando a mi padre, pero antes de salir de la sala, vi a mi tío Edmund entrar de prisa, seguramente papá le había avisado sobre mi última fechoría, pero lo que llamó mi atención, fue la persona con la que llegó acompañado.
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Updated 95 Episodes
Comments
Maria Gonzalez Gonzalez
recuerden que en USA la mayoría de edad se cumple hasta los 21 años.
2024-07-23
0
Veronica Varón
adolescente una mujer de 21 años, ya casi profesional?🙈🤷🤔
2023-08-23
2
Sasako
interesante
2022-03-27
5