En las garras del león

Hoy llevo un pantalón ancho de color café miel, con una blusa verde opaco y una chaqueta a juego, sin duda parezco una mujer de negocios muy atractiva o eso es lo que me ha dicho Laura al verme entrar, últimamente nos hemos vuelto muy cercanas, tenemos varias cosas en común y me a ayudado mucho en esta nueva etapa de mi vida.

- Stefany lleva este sobre al área de Marketing, es para Zenda creo que son los nuevos afiches de los nuevos productos, dile que debe firmarlo para que se lo puedas entregar al jefe - dice Laura entregandome el sobre.

- Claro, no hay problema, nos vemos luego Laura, tal vez a la hora del almuerzo - dije mientras camino hacia el ascensor

- Sí, te espero para almorzar entonces.

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Camino por los pasillos buscando a Zenda, como no logro verla le pregunto a un hombre del departamento de Marketing y publicidad.

- Ehh... buenos días, soy Stefany secretaria del señor Lauder, estoy buscando a la Sra. Zenda, ¿la has visto de casualidad?

- Hola buenos días, aún no llega si gustas puedo ayudarte en lo que necesites, por cierto me llamo Ender.

- Gracias Ender, necesito entregarle este sobre para que lo firme.

- Déjalo en su escritorio, de seguro cuendo llegué lo firma, está en la oficina del fondo, que tengas feliz día Stefany.

- Gracias Ender igualmente - dije y me dispuse a buscar la oficina.

Es una muy hermosa, un poco más pequeña que la oficina de Cristofer, me acerco al escritorio pasando por unos sillones que se encuentran a mitad de la oficina, dejo el sobre en el escritorio y veo otro con el nombre de Cristofer Lauder, me parece curioso pues la fecha es de hace más de 5 años, abro el cajón en el que se encuentra con cuidado de no desordenar nada, después de un rato decido llevarlo a la oficina de mi jefe, pensando que tal vez Zenda olvidó entregarlo.

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- Buenos días Señor Lauder, ¿cómo esta?

Me mira de arriba a abajo un poco divertido.

- Bien señorita Stefany, ¿como terminó su noche?, oh... ¿debería decir mañana? (dice con una mirada pícara mientras sonríe)

- Descanse muy bien, gracias por preguntar (lo digo de manera cortante)

- Me alegra escuchar eso, no quería perturbar su tranquila, dice con un gran sarcasmo.

- Encontré este sobre, es para usted aunque es de hace más de 5 años, al parecer olvidaron entregárselo - dije cambiando el tema de conversación.

Cristofer toma el sobre y lo abre, empieza a leer su contenido cuendo su cara se pone completamente sería, aparta la mirada de la carta y se concentra en mí.

- ¡De dónde sacaste esto! - dice bastante enojado, en su voz se nota desesperación.

- ¿Porque señor?, es algo malo, ¿hice mal en traerlo? - No quería decir dónde lo encontré, por lo que me dijo Laura Zenda es muy cercana a Cristofer, algunos piensan que tiene una relación, no quería interferir o crear un mal ambiente entre ellos.

- Mira... - dice Cristofer un poco más calmado, - el contenido de este sobre es realmente importante para mí, necesito saber de dónde lo sacaste, dónde lo encontraste - añadió.

- ¿De que se trata?, prometo decirle donde lo encontré si me cuenta cuál es su contenido - dije con gran temor, básicamente me había puesto una soga al cuello al tratar de negociar esto...

- Escucha, - dice Cristofer mientras se sienta de nuevo en su silla, - Debes saber que mis padres murieron en un gran incendió, la gente lo llama la tragedia de los Lauder, sabrás que todos me culpan aunque no hayan pruebas... En este sobre que acabas de darme está quizás una de las pistas mas sólidas para encontrar la verdad sobre esa noche... - Trago saliva y escucho atenta, Cristofer me extiende la carta que había en el sobre, la tomo un poco nerviosa y leo las siguientes líneas.

...Abril . 2016...

"Querida, recuerda como debes pagar el trato que hicimos, no creo que quieras que el pequeño Cristofer se entre de la basura que eres... Más te vale llegar puntual a todas nuestras reuniones, recuerda que aún conservo los vídeos de las cámaras de seguridad sobre el incendio de esa noche, dile lo mismo a tu amiguito recuérdale el precio que debe pagar al involucrarse con la mafia"

Con deseo "René"

- Lo encontré en el escritorio de Zenda, dije sin pensar en las consecuencias.

Cristofer se quedó callado por un momento, luego dijo.

- Iremos a visitar a René el condenado no se podrá escapar de esta, deja el sobre en dónde lo encontraste no sin antes sacar unas cuentas copias... esto queda entre nosotros si dices una palabra de esto a alguien tender que castigarte, - estás últimas palabras en lugar de amenaza sonaban como un clara insinuación.

Fui lo más cautelosa posible, deje el sobre dónde lo encontré y guarde bien las copias de este.

Al volver a su oficina él ya estaba listo para salir en busca de René, con la mirada me indica que lo siga mientras que indica por teléfono a Caliope que prepare el auto, que este listo pues iremos al hotel Malcom.

En el auto hay cierta tensión, Cristofer tocaba su barbilla mientras apoyaba su brazo en la ventana del auto, se veía seguro e intimidante, su aire varonil me hacía pensar en lo mucho que debió haber sufrido todo este tiempo, aunque no entendía porque venimos aquí.

- Señor - dice Caliope, René llegara al hotel para la fiesta de aniversario, será en la noche y habrá una gran velada, reserve la suite para usted pero no sabía que estaría acompañado, (carraspea un poco a antes de continuar) solo hay una cama.

- No hay de que preocuparse, ¿o si señorita Stefany? - dice Cristofer mirándome fijamente

- No, no hay problema señor.

La recepcionista se queda mirándome fijamente al ver que acompañó a Lauder, al parecer las mujeres aquí no esperan que el venga acompañado o tal vez no lo hace muy seguido.

Ya en la habitación me encuentro muy nerviosa, comprendo la idea de buscar a René y encararlo por el contenido de la carta, pero en esta habitación me siento diminuta, siento que no hago parte de este mundo y que más que una misión de búsqueda si podemos llamarlo así es un acto suicida que termina por entregarme a las garras de este león.

- Tomaré una duda, también puedes hacerlo, en la caja hay un vestido apropiado para la fiesta de esta noche, quiero que no tengas puesto. No malinterpretes la situación linda, solo quiero que estés bien vestida para encontrar a ese infeliz, además no puedes desencajar con el ambiente.

¿Acaso piensa que estoy mal vestida?, ¿fui yo la que le pedí traerme aquí? porque me pide cambiarme si nunca pedí venir aquí, respiro una y otra vez para no terminar soltando todo lo que tengo para decir, no quiero que me despida. - Si señor, - termino diciendo con un poco de decepción.

Una vez Cristofer entra a la ducha voy a revisar el interior de la caja, es un vestido color dorado, con un gran escote en la espalda que a pesar de llegar un poco más arriba que el límite de mi espalda deja mucho a la imaginación, algunas piedras cubren mi pecho con una delicada tela transparente que hace parecer que el vestido empieza a perderse en mi, mis curvas quedan ajustadas a la perfección y mis nalgas están de infarto... con ganas de soltar un grito de emoción por lo bien que me siento en el vestido lo reprimo al ver a Cristofer salir con un traje negro hecho a medida, sin corbata y con un par de botones abiertos dejando ver un poco de su pecho, sus mangas están perfectamente cerradas con unas lindas mancuernas, su cabello aún mojado y sus labios rosados me dejan totalmente hipnotiza.

- Te ves muy bien señorita. - Usted también señor Lauder.

Se acerca a mí y susurra en mi oído, - Tal vez deba arrancar ese vestido y ver todo lo que esconde.

Esas palabras me hielan la piel y hacen que mis sentidos se pongan alerta, ¿piensa en mí más allá de ser su secretaria?, ¿quiere acostarse conmigo?, Al ver mi cara de duda y asombro sonríe, pone un dedo en mis labios acariciandolos lentamente, - No te preocupes, aún no te quitaré el vestido, aún no serás mía. - trago saliva y camino hacia la puerta para ir a la fiesta.

Una vez allí las miradas hacia nosotros o mejor hacia mí no se hicieron esperar, las mujeres me miraban con celos y enojo, mientras que algunos hombres me desnudaban con la mirada.

Cristofer hablo con algún hombres hasta que llegó a René.

- Pequeño Cristofer, no espera que asistirá a este tipo de reuniones, y menos con una dama tan hermosa - dice René mirándome mientras deja un beso en mi mano.

René es un hombre calvo, gordo y sin el más sentido de decencia, está sentado con muchos hombres al rededor y mujeres que le sirven y dejan que las toque por dónde le plazca, tiene mucha barba y un sentido del humor bastante turbio, algunos de sus dientes son de oro y plata y sin duda se divierte al mostrarlos.

- Tiene razón no me gustan este tipo de fiestas y más dónde hay hombres como usted, como decirlo... asquerosos o tal vez inmundos animales. dice Cristofer mientras me toma del brazo y me pone tras él.

Los hombres de René se posan frente a él y en un acto rápido sacan sus armas ante Cristofer, él sin demostrar tener el más mínimo temor sigue con la conversación.

- No vine a morir aquí hoy, más un sabiendo que tengo planes está noche, solo quiero recordar esta carta que enviaste hace un tiempo (saca una de las copias de su abrigo y la tira hacia René) - espero que recuerdes para quien fue dirigida espero una pronta respuesta René.

La fiesta continuo sin inconvenientes y logré pasarlo bien, bebí un poco pero me siento un mareada, busco a Cristofer para decirle que me iré a casa.

- ¿A casa?, no es necesario puedes quedarte en la suite.

- No... me iré a mi casa

- Señorita... ¿cómo te irá en ese estado, y más cuendo tu casa está al otro lado de la cuidad?, ven te acompaño.

Aunque se que es algo peligro voy a la habitación, me siento embriagada por el olor de este hombre, por su voz profunda. Su suave tacto en mi espalda me hace arden de pasión, solo me imagino a este hombre dentro de mi, su sabor, su cuerpo y todo el... Esos pensamientos hacen que se me erice la piel y nuble el pensamiento.

No se que pueda pasar hoy.

>>>>

Una vez en el cuarto del hotel, Cristofer se acerca a mí y me besa, este beso está lleno de pasión, deseo, de ganas de hacer el amor, ganas de desnudar nuestros cuerpos y bailar al compás de nuestros corazones... En la habitación solo se escucha el ruido de nuestros labios mientras intentan explorar cada rincón de nuestras bocas, su lengua empuja la mía, la caricia la chupa y succiona, me hace gemir y querer más de su sabor, de su rico sabor a miel.

Aunque mi cuerpo está en llamas no quiero entregarme así a él, no quiero que mi primera vez sea con mi jefe, en una suite de un hotel y con unas copas encima, no dejo que mi cuerpo me controle y lo aparto.

- Cris... Cristofer - me doy cuenta que no lo había llamado así antes, - esto no está bien, no quiero seguir.

- Oh, Claro que está bien, está mas que bien, no te preocupes solo déjate llevar.

- No, no me dejaré llevar, no quiero hacerlo, - dije con un tomo un poco más serio.

- Por favor, tu cuerpo pide a gritos que te toque, que lo haga mío, ¿y dices que no quieres?, - dice él un poco alterado, en su noto se nota que está enojado...

- No es así de fácil, soy tu secretaria no tu amante o dama de compañía, no soy tan fácil. Me iré a mi casa, - dije sin importar que fuera mi jefe o las consecuencias que eso traería, lo que no sabía era que las palabras que iba a decir él a continuación iban a desarmar mi alma, entrarían como cuchillos y desangrarian mi corazón, dejando mi dignidad por el piso.

- Oh, ahora no eres fácil, ahora eres una mujer respetable - lo dice con sarcasmo - debí hacerte mía en el ascensor, no debí dejarte con las ganas aquella vez, aquella vez que sin ver mi rostro y sin una palabra te entregaste a un extraño en un elevador, bueno tal vez no llegaste al final porque no quise continuar allí, ¿de esa forma es que actúan las mujeres respetables verdad?.

El nudo en mi garganta era impresionante, no solo no podía respirar sino que mis pies quedaron clavados en el piso no podía decir o hacer nada, solo sentí como una pequeña gota recorrió mi mejilla, dando paso a un gran arrollo de lágrimas.

-... debería llevarte a un ascensor para hacerlo, aquí hay bastantes o...

Cristofer me miró, no lo había hecho desde que había empezado a hablar, sus ojos dejaron esa oscuridad y soberbia con la que había actuado y empezaron a darse cuenta de sus palabras, una a una caían sobre el haciendole entender lo que acababa de hacer.

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Comments

Adriana Trejo

Adriana Trejo

tiene razon en pensar asi de ella , que su comportamiento alla sido asi la de una "perra"

2023-10-12

1

Gloria San Martin

Gloria San Martin

La frase es. El escote, el largo o lo que sea...." Deja muy POCO a la imaginación."

2023-09-21

0

MaryPi

MaryPi

no entiendo a la chica, osea vio un sobre en un cajón y lo va llevar sin preguntar antes.

2023-07-14

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