capitulo 1

El timbre de la puerta retumbó dentro de la casa justo en el momento en que Bianca se estaba quitando las sandalias.

Sujetándose a una columna para no perder el equilibrio , pensó en ignorarlo,aunque, quien quiera que fuera,debía de averla visto entrar treinta segundos antes.

El timbre volvió a sonar.

Debía de tratarse de otro agente inmobiliario dispuesto hacerle una oferta por si vieja casa para después demolerla y construir una lujosa mansión, tal como había sucedido con la mayoría de sus antiguos vecinos. Aquella zona de Miami se había convertido en un barrio de moda en los últimos tiempos. Pero no podía acceder. Se lo había prometido a su madre.

Bianca se hecho el pelo hacia atrás, después del horrible día que habia tendido, lo último que necesitaba era discutir con un agente inmobiliario.. El baño de agua caliente que había pensado darse y la cena en Ben & Jerry's tendrá que esperar.

Dispuesta a despachar a quien estuviera del otro lado de la puerta lo antes posible, cruzó el vestíbulo y abrió la puerta.

Había un hombre alto y ancho de hombros delante de ella,ocupando la entrada. Bianca dió un paso atrás en estado de shock.

—Cristian... – murmuró

Una ligera brisa agitó el pelo color chocolate de Cristian y sus ojos azules la miraron de arriba abajo.

Miles de emociones se acumularon en su pecho como si fueran cataratas cayendo a toda velocidad. Vergüenza. Dolor. Ira. Al mismo tiempo, sintió un dulce calor en su interior.¿podía ser amor? ¿era posible que todavía quedar algún rastro de aquel incómodo sentimiento?

<< ¿Estás segura de que todavía no estás prendada de este hombre,al que no has visto y con el que no has hablado en cinco años? >>.

—¿Puedo entrar?

Lo había pedido en tono educado, correcto, todo lo contrario a como lo había hecho la última vez que lo había visto, todo lo contrario a la frialda y la crueldad que había usado entonces.

<< No has perdido el tiempo verdad,¿verdad?>>, pensó Cristian. << No pudiste atraparme y te fuiste detrás de otra víctima. Pero ahora tendrás que dar marcha atrás.El viejo quiere que vuelvas por qué piensa que es lo que yo quiero. Pero ya te tuve, Bianca, y acabé contigo>>.

El escalofrío que tuvo aquella noche en la casa de los palkers volvió de nuevo. Cruzó los brazos sobre el pecho intentando defenderse de los oscuros recuerdos que la asaltaban y miró al hombre que tenía delante de ella.

—¿Que quieres Cristian?

La estaba mirando sin pestañear, sin moverse, sin hacer la más mínima arruga al elegante traje oscuro que llevaba puesto y que hacía juego con una camisa blanca y una corbata roja, como sino quisiera estar allí, como si estuviera experimentando la misma necesidad de ella de terminar cuanto antes

—Quiero hablar contigo de la última voluntad de mi padre–repondió.

Antonio palkers

—He oído que a muerto hace poco–dijo ella–. Lo siento mucho.

—Su testamento te implica directamente–replicó Cristian, que no parecía apresumbrado por la pérdida.

Antonio siempre había sido amable con ella, pero ¿ por qué su antiguo jefe habría de tenerla en cuenta antes de morir, tomando en consideración, además, la forma en que ella había salido de la vida de la familia palkers?

—¿Me ha dejado algo?

—No–repondió él muy serio–. Pero, a menos que accedas a sus peticiones, lo perderemos todo.

A Bianca le sorprendió el tono dramático que estaba utilizando Cristian. Nunca había sido un hombre al que le gustará andarse por las ramas. Siempre iba directo, había dejado claro lo que quería y lo que no quería.

Bianca se pasó la mano por el pelo y se preguntó si Cristian se había dado cuenta de que se lo había cortado, de que había perdido peso desde que habían estado juntos. ¿O acaso se había acostado desde entonces con tantas mujeres que sus rostros se mezclaban en su cabeza, confundiendose unos con otros? ¿Había dejado algún recuerdo imborrable dentro de el?.

Cinco años antes se había enamorado de él a pesar de su reputación. Pero eso le había sucedido con venticuatro años cuando no era más que una chiquilla llena de timidez e ingenua. Parecía haber pasado toda una vida desde entonces. Ver morir a su madre le había hecho crecer a toda velocidad.

Aunque tenía ganas de echar a patadas a Cristian, le picaba la curiosidad.

—Adelante –dijo apartándose para dejarle entrar. Al pasar junto a ella, le llegó su perfume, el aroma que había conocido, un olor que le había apuñalado por la espalda infligiendole un dolor tan intenso como la traición de un amigo.

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Comments

Marta Bedetti

Marta Bedetti

parece interesante...

2023-10-30

0

Alicia Meriño Martinez

Alicia Meriño Martinez

bueno esperemos que pasa con éstos dos personajes y sería.chevre unas fotos

2022-10-07

0

Rosa Rodriguez

Rosa Rodriguez

queremos ver las caras no la pinta

2022-07-20

0

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