En un parpadeo

—¿Dónde está mi papá? —preguntó soñoliento mientras miraba a su alrededor.

—El joven Xiao Zhan-

—Aquí estoy.

El pequeño se levantó y corrió a los brazos de su padre. No le gustaba estar lejos de él, excepto cuando sabe que él está trabajando o cuando lo lleva al hospital, puesto que Kang prefiere pasar tiempo en la sala de juegos con su amigo.

Zhanzheng alzó a su hijo y le dijo —Kang, tengo que hacer algo, ¿vienes?

Él no sabía que responder, estaba con quedarse con sus abuelos o ir con su papá. Luego de unos minutos abrazo con fuerza a su papá y le dio su respuesta.

—¿Estás seguro?

Kang solo asintió.

—Adiós —decía el pequeño agitando su mano.

Ling y Yu despidieron a su hijos y nieto en la entrada de la casa. Las gemelas decidieron acompañar a su hermano. Él les comentó que por el momento no quería ver a sus padres, se sentía tan mal, pero aun así sonreía por su hijo.

—¿Dónde se quedarán?

—Me dijiste que había un hotel donde se reunirían con un cliente, yo tengo una reserva hay.

—Entiendo, pero que te parece si vamos a dar un paseo.

—Si, ¿papá? —dijo suplicando.

Zhanzheng no le podía negar casi nada a su hijo y menos si ponía ojos de cachorro, aunque parecía más bien un gatito.

—Está bien.

Todos gritaron de felicidad a su manera. El menor de los hermanos Xiao regaño a todos por armar un escándalo, de inmediato todos estaban correctamente sentados y en silencio. Zhanzheng no pudo evitarse reír por ello, al final dentro del auto se escuchaban risas de todo tipo.

—¿A dónde nos dirigimos, Mei Hua?

—Es una sorpresa —dijo sonriendo.

Mei Hua es la más pequeña (estatura) de sus hermanos y la más sentimental también, pero cuando se enoja no tiene piedad con nadie.

Todos estaban ansiosos por saber a donde se dirigían, por suerte el tráfico ya no estaba como hace unas horas y ellos llegaron rápido a su destino.

Era un lugar cerca del mar, hay había un restaurante sencillo que servían buena comida y ni hablar de la vista panorámica del lugar, era simplemente hermosa.

Mei Hua y Kang fueron a recorrer el lugar, mientras que Zhanzheng y He Hua se dedicaron a charlar de todo lo que habia pasado.

—Entonces, Wang Yong ¿te gusta?, ¿te gustaba?

—Me gustaba, pero aún así duele —dijo apenado—. Estoy siendo infantil.

—Fue tu primer amor, ¿verdad?

—Sí.

—Ya me lo imaginaba.

—¿Cómo? —preguntó desconcertado.

—¿Sabes?, las mujeres tenemos un sexto sentido que nos permite conocer todo. En ese entonces me preguntaba por qué rechazabas a tantas chicas y luego entendí. Tú veías a Yong de una forma distinta, me pareció tierno y en lo personal nunca me molesto que te hayas enamorado de alguien de tu mismo sexo —sonrió y agregó—. Después de todo solo somos almas que buscamos ser felices.

—Las mujeres dan miedo.

Recibió un pequeño golpe en la frente de parte de He Hua. Hubo un silencio enorme, la brisa suave hizó el ambiente perfecto. Zhanzheng se levantó de su asiento y abrazó a su hermana.

—Gracias.

—Tú, tonto, me vas a hacer llorar.

—¿En serio puedes llorar? —preguntó mientras corría alejándose de su hermana.

He Hua lo siguió caminando, negando con su cabeza.

Ella es la mayor de todos, era común verla actuar fría, pero en el fondo solo quería expresar sus emociones y sentimientos, aunque a veces lo hacía a su manera, pero ella no lo notaba. Se contenía por miedo a que alguien llegue a su vida y la manipulase.

Sentía envidia de su gemela, era todo lo opuesto a ella, pero entendió que aquel sentimiento solo la hacía más infeliz, así que al final solo se dedicó a cuidar de que sus hermanos estén bien.

Pasar tiempo con sus hermanos y sobrino la hizo sentir que podía sonreír. Y así pasó, ella sonreía sin darse cuenta, se sentía llena de vida. Todos se reunieron, Kang se acercó a su papá extendiendo sus brazos, para que lo cargue.

—¿¡Ya nos vamos, papá!?

—Si, se hizo tarde. Venga, tienes que comer y dormir. Has de estar muy cansado.

Mientras se dirigían al auto, Zhanzheng se quedó inmóvil viendo a alguien, de pronto de sus mejillas se deslizaban lágrimas, él no comprendía lo que le pasaba. Se las limpió con un pañuelo y siguió caminando.

—CEO Wang, ¿¡le sucede algo!? —preguntó asustada.

Las personas con quien conversaban se retiraron y de la nada Feng comenzó a llorar. Aquel chico jamás en su vida había llorado, incluso cuando perdió a su madre no pudo derramar ninguna lágrima. Estaba más sorprendido que su secretaria.

—Tenga.

—Gracias, Meigui. Al parecer te asusté, disculpa.

—No hay problema.

—No comentes nada de esto con mi hermano —dijo con una mirada desafiante.

—Entendido.

Ambos se subieron a un taxi y volvieron al hotel donde se hospedaban, debían llegar a tiempo para estar presentables y recibir a sus invitados.

—¿Han confirmado su asistencia?

—No han dicho nada, es difícil que no asistan. He escuchado que ellas no aceptan de fácil un acuerdo, por eso cuando se establece una fecha y un lugar es porque le interesa lo que le propone la otra parte.

Meigui parecía una de esas mujeres que les gusta el chisme, incluso se acercó a Feng y dijo susurrando aquel dato. Feng se sorprendió de la actitud que había optado su secretaria, pero lo consideró normal.

—Okey.

Zhanzheng subió con su hijo en brazos hasta su cuarto. Mientras las gemelas se registraban en el hotel y pedían cambio de ropa, puesto que volver a casa era imposible, tenían un compromiso en poco tiempo.

—Tengo pereza ir, pero la propuesta me gusta. Quizás una copa me quite el sueño.

—Primero deberíamos preocuparnos por cambiarnos, no podemos presentarnos luciendo esto.

Mei Hua se rio y asintió. Al entrar a su dormitorio pudo ver que era muy bonito, le gustaba todo. Ella entró primero a la ducha, sabía que se demoraría mucho. He Hua soltó un suspiro y se sentó en un sillón, le gusta apreciar la vista de la ciudad.

Después de un tiempo salió de la ducha su hermana y ella entró, debía darse prisa, puesto que el tiempo corría.

Zhanzheng por otro lado se bañó junto con Kang y ambos se pusieron pijamas iguales. La comida fue ligera, pero deliciosa. Ahora solo le faltaba hacer dormir a su hijo, pero lo veía imposible el pequeño estaba lleno de energía de nuevo. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escuchó que llamaban a su puerta, era raro porque no había ordenado nada.

—¿Qué sucede? —preguntó al darse cuenta que eran sus hermanas.

—Asiste al compromiso en nuestro lugar, por favor —dijeron unísono las gemelas.

—¿Ah?

—Kang no tiene sueño, tías jueguen conmigo, ¿si? —suplico el pequeño.

Las gemelas irrumpieron en el cuarto, tenían puestos pijamas que el hotel le había dado. Zhanzheng aún seguía en shock parado en la entrada, reaccionó cuando escuchó que su hijo se reía a carcajadas.

—¿Eh?, esperen. No puedo, tengo que hacer dormir a Kang.

—Nosotras lo hacemos.

—Por favor, prometemos no molestarte más.

—Y ustedes, ¿por qué no pueden ir?

—No conseguimos ropa adecuada, ya mandamos a alguien, pero nada.

—Mira te puedes poner esto, es perfecto —dijo He Hua después de haber hurgado en las pertenencias de su hermanito.

—Ja-ja. Está bien, pero cuiden de Kang y háganlo dormir temprano, por favor.

—Si —dijeron todos.

Zhanzheng se fue a cambiar y luego salió muy guapo. Todos se quedaron mirándolo, él solo sonrió y todos fingieron desmayarse por la belleza que poseía, incluso He Hua jugaba.

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