—Por aquí, señor —decía la azafata guiando a un pasajero.
—Muchas gracias —respondió con una sonrisa.
La señorita asintió y se retiró a seguir cumpliendo con su trabajo. Este fijó su vista en otro lugar, se había quedado absorto que no escuchaba los llamados de su pequeño acompañante.
—¿Papá?
Xiao Zhanzheng se sorprendió y giró a ver a su hijo. El pequeño se había preocupado cuando observó que su papá no miraba al frente, lo jalaba suavemente de la mano, tenía una mirada tierna.
—Sí, ¿qué pasa? —preguntó poniéndose en cuclillas para escuchar lo que le dijera su niño.
El pequeño no respondió nada, solo sacudió su cabeza. El mayor no entendió del todo lo qué pasó. A unos cuantos pasos se encontraban sus asientos, cuando llegaron ambos cayeron en ellos. Eran tan idénticos, pero con pequeñas-grandes diferencias.
Durante el vuelo el pequeño Kang se quedó dormido, su visita al hospital lo había agotado.
......................
—Hola, Xiao Zhanzheng, ¿verdad?
Zhanzheng volteó a ver quien lo llamaba, era una voz familiar. La otra persona estaba sonriendo como siempre.
«No ha cambiado nada durante todos estos años, sigue siendo guapo y amable», pensó Zhanzheng, jamás se atrevería a decir tales palabras en voz alta.
—¿Y quién es este lindo niño? —preguntó señalando con un dulce en la mano.
—Mi hijo Kang —respondió orgulloso.
—Hola, un gusto —dijo muy cortés el niño inclinando su pequeño cuerpo, para luego correr a esconderse detrás de su papá.
—Que lindo. Ven, vamos y hablemos un poco, no nos hemos visto en mucho tiempo.
Zhanzheng fue arrastrado al consultorio de su amigo junto con su hijo. Se alegraba de que él esté bien, pero no quería establecer una conversación, era como abrir un cofre que no quería. Una sonrisa falsa se mostró en el cuando vio que su amigo tenía un anillo y una foto de su boda.
—Como puedes ver me case —dijo tímidamente—, me hubiera gustado que hayas asistido, pero me enteré de que estabas en el extranjero.
Zhanzheng respondió con indiferencia —Si, mis padres se mudaron a otra ciudad y yo estuve con ellos durante un tiempo hasta que regresé acá.
—¿Entonces, estás libre?
—No, voy a visitar a mis padres. Kang ha querido ir a verlos, pero yo no había tenido tiempo, en pocas horas me toca ir al aeropuerto.
—¡Qué lástima! —suspiró y añadió— Mi hermano también se iba al extranjero hoy, ¿te acuerdas de él?
—Sí. Me lo presentaste cuando él tenía 2 años más o menos, era tan lindo, nadie en el mundo podría olvidarlo si lo viera, incluso con una sola vez bastaría para recordarlo. ¿Y cómo está él ahora, Yong?
Una risa incómoda salió de Yong, no sabía como decirle que aquel niño lindo se había convertido en un hombre guapo, pero que su actitud era terrible.
—Mi pequeño Feng… está muy bien.
Yong acompañó a su amigo hasta fuera del hospital, quería seguir conversando sobre los años que no se habían visto, pero Zhanzheng tenía prisa, así que lo dejó marcharse con la promesa de que volverían a reunirse.
—Adiós —dijo caminando.
—Zhanzheng, no es adiós es hasta pronto.
—C-claro —respondió mientras agitaba su mano, sin mirar atrás.
«Solo si el destino lo quiere, pero espero que eso no suceda», pensó.
......................
Aquel reencuentro hizo que Zhanzheng se sintiera mal. Miró a su pequeño niño, muy pronto celebrarían el cumpleaños de ambos, pero Zhanzheng no tenía ánimos de celebrar. Se maldijo por ser un mal padre, se puso a pensar en que podía hacer antes de que la fecha llegara.
Él debía resolver muchos problemas en cuanto llegara a la casa de sus padres, suspiró al no saber por donde comenzar.
Fuera del aeropuerto fue recibido por sus hermanas, él le avisó cuando llegaría. Ellas habían llegado 2 días antes, tenían mucho trabajo que hacer y no pudieron esperar a su hermanito.
—¿Y cómo así volviste antes? —preguntaron sorprendidas.
—Hay algo que debo hablar con nuestros padres.
—Alguna pista.
Una de las gemelas se unió a la conversación mientras tenía su vista en frente del volante.
—Sigues siendo muy curiosa, Mei Hua.
—Me siento triste que me ignoren —respondió fingiendo estar herida por las palabras de su hermana He Hua.
—Ja, ja, ja. En casa se enterarán de todo.
En aquella ciudad, el sol estaba en su máximo esplendor. Zhanzheng sacó un protector solar de su mochila y se lo aplicó al pequeño Kang. Él había nacido con complicaciones y su piel era muy sensible. Su papá siempre se preocupaba porque la salud de Kang estuviera bien.
—Ten. Sigue siendo tu bebida favorita, ¿verdad?
—Sí.
—Por cierto, ¿te acuerdas de Wang Yong?, él llamó hace poco al teléfono de la casa, no sé cómo consiguió el número, pero nuestros padres nos avisaron, sonaban muy alegres.
Zhanzheng tosió muy fuerte, no podía creer que su reencuentro no terminaría simplemente en un saludo y ya. Kang se preocupó porque su papá no se calmaba de estar tosiendo, él comenzó a llorar.
El auto se detuvo y las dos hermanas trataron de calmar a los dos hombres de atrás.
—¿Ya te sientes mejor? —preguntó Mei Hua.
—Si —dijo haciendo una mueca.
—¿Qué pasa, hermano?, ¿no te alegras de que haya llamado? No se han visto en años, ustedes eran buenos amigos —hablaba angustiada la otra gemela.
Zhanzheng no respondió nada, no quería conversar de Yong y su amistad de años.
—Ese es el problema, ¿verdad? Que solo eran amigos.
—¿¡Entonces, tú querías-…!?
Mei Hua fue interrumpida por su hermano, quien le estaba enviando una mirada asesina. Ella retrocedió, jamás había visto a su hermanito tener tal actitud con nadie.
—Xiao Zhanzheng.
Por un momento se escuchó un largo silencio dentro del auto.
—Lo siento… hermanas —dijo desviando su mirada hacia una de las ventanas del auto, sabía que ver a Yong haría que su actitud sea un desastre—. Simplemente creo que no es el momento apropiado, para hablar sobre ello.
Todos fijaron su vista al pequeño, él observaba como su papá y sus tías discutían. Le pareció interesante lo que pasaba, así que habló de lo que había sucedido antes de que ellos fueran al aeropuerto.
—Papá vio a su amigo. Él se casó con una mujer linda. Papá tenía una mirada triste —bajo su mirada y preguntó— ¿ese hombre lastimó a papá?
Zhanzheng abrazó a su hijo, se sentía mal consigo mismo por herir a su niño con su comportamiento infantil.
—Él es bueno, no tienes por qué preocuparte. Papá en el futuro no mostrará una cara que no sea llena de felicidad.
—¿Promesa?
—Sí, es una promesa —dijo sonriendo como siempre lo hacía.
Ambas hermanas habían sacado sus teléfonos y tomado muchas fotos. Era uno de esos momentos que querían ver todo el tiempo, pero que no podían. Se conformaron con las tomas que habían conseguido.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 44 Episodes
Comments