No llevo la cuenta de cuánto tiempo ha pasado, tal vez han sido días, semanas o incluso años. He estado observando a mis padres un poco más de cerca.
Mis padres no la están pasando nada bien. Papá ya se ha enfermado 3 veces en un lapso de tiempo reducido, el cree que es mejor que mamá no lo sepa para no preocuparla. Mamá fue internada al hospital hace poco, ella estaba tan débil que un día se desmayó y se golpeó la cabeza en la esquina de la mesa afortunadamente papá llegó a tiempo.
Colin se ha distanciado de todos sus amigos, todo el tiempo está en la biblioteca devorando libros solo para olvidar por un momento su dolor, a veces su conducta es algo agresiva, tal vez es por eso que todos sus amigos se han alejado.
Todavía recuerdo que días atrás durante la ceremonia semanal de la escuela guardaron un minuto de silencio por mí. Vaya bola de hipócritas.
La voz de un chico me hizo sobresaltarme.
—¡Hola! ¿Hay alguien aquí? Además de mí, claro jaja que estúpido ya estoy muerto.
Yo solo volteé y pude ver la silueta de un chico alto, tenía el pelo color rojo y su rostro estaba repleto de pecas. No quería dejarlo hablando solo así que le respondí.
—¿Quién eres?
Como él estaba de espaldas, al escuchar mi voz se sobresaltó. Cuando me vió no dudó ni un segundo en ir a mi y abrazarme.
—¡Gracias por estar aquí! no sé que hubiera hecho si no encontraba a alguien. Tal vez me habría vuelto loco... Espera ¿Los muertos pueden volverse locos?
—Vaya... Tienes muchas energías ¿No?
—¿Es muy obvio?
—Lo es, ¿Te alegra haber muerto o por qué estás tan... enérgico?
—Creo que siempre he sido así, incluso en vida. Mis padres decían que era muy ruidoso pero eso nunca me importó.
—¿Por qué estás aquí?
—No lo sé, hace un momento un anciano me dijo que si te ayudaba a encontrar la paz en tu alma podía tener la oportunidad de vivir de nuevo.
—¿Ayudarme? ¿Por qué harías eso?
—Es algo así como...un...¿Castigo?
—¿Por qué te castigaron?
—No cumplí mi tiempo de vida, se supone que no debí morir ahorita sino hasta los 74 años ¿Puedes creerlo? Qué infierno.
—Entonces eso quiere decir que tu...
Como si supiera lo que iba a decir el asintió y respondió.
—Si... yo me quité la vida.
Por instinto yo emití un grito ahogado pero a él pareció no importarle en lo absoluto y continuó hablando.
—Tal vez para tí parezca un acto cobarde pero para mí fue la mejor desición que he tomado todo éste tiempo. Siempre tuve la sensación de que morir era la única forma de sentirme con vida.
—Lo siento mucho, lo que hiciste no fue un acto cobarde. Tal vez fue la única salida que encontraste a tus problemas pero no te voy a juzgar por ello.
Después de decir esas palabras solo hubo un gran silencio. Pero aquel sujeto no se quedó callado y continuó hablando.
—Por cierto olvide presentarme. Ésta situación todavía no es algo que pueda asimilar, me llamo Joe.
El tipo parecía ser agradable y divertido. No parece ser alguien de confianza, así que sólo estreche su mano.
—Que tal, Joe yo me llamo Samay pero puedes llamarme Sam.
Llevamos un rato caminando sin que él se diera cuenta. Después lo notó y volvió a hablar...de nuevo.
—Oye ¿A dónde vamos?
—A mi escuela. Necesito ver a alguien.
—Wow, no te conozco ni un día y ya me estás llevando a tu escuela. Eso me hace sentir halagado.
—No hables demasiado. Si no fuese por una alguien a quien necesito ver no volvería aquí nunca.
—¿Quién será esa persona?... Es tu novio ¿No es así?
—¿Cómo lo sabes?
—Por la forma en la que tus ojos brillan al buscar a ese alguien.
—¿Es muy obvio?
—¡Claro que sí! ¿Si no a quien más verías de esa forma? ¿A ese profesor gordo y barbón que se está comiendo los...
—¡Si! tienes razón, es mi novio. Bien llegamos a la biblioteca.
—¿Para que venimos a la biblioteca? No podemos tocar nada.
—Guarda silencio. Necesito buscar a Colin.
Escuchamos un sonido fuerte, algo así como si alguien hubiera tirado unos libros. Se supone que ahora nos encontrábamos en la biblioteca de la que algún día fue mi escuela. Al parecer estaba más vacía de lo común.
—Vaya, esa chica tiro sus libros. Debería ayudar... No espera no puedo yo ya morí. Tal vez tenga suerte la próxima vez.
Yo me quedé sin habla. Aquella chica estaba mirando hacía la dirección donde nosotros estábamos. ¿No se supone que nadie puede vernos? Le dí un codazo a Joe pero el seguía parloteando. No fue hasta la segunda vez que le di un codazo que el respondió.
—¡Oye! ¿Qué te pasa, por qué me...
Señalé con mi cabeza en dirección a la chica asiática que seguía ahí parada y Joe dejo de hablar. Ambos estábamos esperando alguna reacción de parte de aquella chica.
—S-Samay...
En ese momento me quedé congelada, ella podía vernos. Y lo peor es que ella sabía quién era yo. Tomó sus libros con las manos temblorosas y salió corriendo de ahí. Yo no podía quedarme con tantas preguntas sin responder así que la seguí. Joe tomó mi brazo.
—¿A dónde vas?
—¿No te diste cuenta que ella puede vernos?
Joe parecía confundido con lo que acababa de decir.
—Oh ¿No estabas hablando de esa enciclopedia de osos hace un momento? Creí que por eso me habías golpeado.
—Agh, no importa. Tú sígueme.
Busqué por toda la escuela pero no la encontraba. Tal vez se escondió en un lugar privado... ¡El baño!
Pude ver su silueta escabullendose hacía el patio. Tengo que alcanzarla.
—Oye Sam, ¿Por qué esquivas personas? No podemos tener contacto con ellas. Si sigues haciendo eso vamos a tardar más en ir por esa chica.
—Es verdad. Vamos Joe, tenemos que alcanzarla.
Ella se fue a su dormitorio, no se preocupó siquiera por cerrar la puerta. Estaba en una esquina con la mirada perdida y temblando. Tal vez sería una buena idea hablar con ella o primero tratar de calmarla.
—Oye... ¿tú puedes verme?—Ella no me dió respuesta alguna, tan solo seguía temblando. Segundos después se respondió a si sola.
—¿Por qué me pasa ésto? Se supone que todo acabó con ese maldito amuleto. ¡POR QUÉ TE VEO SAMAY! ¡TU ESTÁS MUERTA!— Ella sacó una pulsera algo rara de el bolso de su sudadera y lo lanzó a la pared.
—Entonces no estaba equivocada ¡Tú me puedes ver! tal vez eso sea bueno.
—¿Qué? No, ésto no es para nada bueno.
—Por cierto ¿Cómo me conoces? ¿Cómo te llamas?
—Tu eras la novia de Colin ¿No?. Yo los veía andar por los pasillos de la escuela...¿Quién es el?—Dijo viendo hacia la puerta. Joe entró y le dió una sonrisa como saludo.
—El es Joe. También lo acabo de conocer.
—Que tal Joe. ¿Por qué vienes con Samay?
—Bueno eso es una larga historia. saldré a ver toda la escuela. Nos vemos...¿Cuál es tu nombre?
—Jia, me llamo Jia.
—Bueno, Jia nos vemos.
Joe desapareció y solo quedamos Jia y yo.
—Entonces ya nos conocías ¿Por qué nunca hablamos?
—P-Porque a mí
—¿Te gustaba Colin?—Jia se puso más blanca de lo que era, todo su cuerpo se tensó.
—S-Si. Lo siento no creas que yo quería separarte de el ustedes...
—Jia. No me molesta en lo absoluto tu respuesta.
—¿No?
—Antes de morir le dije a Colin que no me importaba si el buscaba alguien más. En verdad me gustaría que no se detuviera solo por mí. Y me alegro que te hayas enamorado de él.
—¿Por qué te alegra?
—Porque sé que todavía hay alguien que puede hacer que Colin sienta que alguien lo ama.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 56 Episodes
Comments
MariaDoleres Meza Quijano
Que bonito inicio
2024-06-08
0
Rosa Gómez
Que bonito como representa después de la muerte. Solo Dios sabe como será y algún día nosotros. 😊
2024-06-07
3