—Mira te presento a Caroline, —dijo la princesa presentándole a una mujer muy delicada de unos 50 años aparentemente, le explicó lo que tenía que hacer a aquella mujer y se retiró dejándolas solas.
—Su alteza, —dijo Caroline haciendo una reverencia, — hoy descansará y mañana recorrerá todo el palacio.
—Gracias, —dijo Cayleen con una sonrisa sin despegar sus labios. —Estaría bien que me dijera Cayleen. — volvió a sonreír.
—No hay de que, ahora conocerá su habitación en la que se instalará hasta su primera noche con el príncipe, claro después de las nupcias.
Cayleen al escucharlo se quedó un poco nerviosa, no había pensado en eso, que iba a pasar después de que se casara?, obvio no iba a dormir con el príncipe tan pronto.
—Adelante —mencionó estirando su mano y haciendo una pequeña reverencia para que Cayleen pasará.
Empezó por mostrarle la habitación de ella, todo era como un sueño, un balcón con una increíble vista que se reflejaba en los claros ojos de Cayleen, una cama en la que tranquilamente darían hasta 4 personas, en la esquina una pequeña sala con muebles tan caros y tan finos, un armario con una colección de vestidos originales, todas a su talla...
—Qué le parece su alteza? —preguntó la sirvienta.
—Es... Es magnífico, pero no debo ocupar esto Caroline.
—Son órdenes del Rey alteza.
—Yo no soy una princesa, aún no.
—Ya se lo dije alteza, esta será su habitación, hasta que se case con el príncipe, después los dos se dirigirán a la habitación matrimonial; ahí si tendrá una habitación realmente de príncesa, por ahora no se preocupe usted solo acepte la voluntad del Rey. —mencionó Caroline.
—Pero mira todo esto, apenas llego ya me dieron una habitación con todas esto que cuesta un montón y yo no estoy acostumbrada a esto.
—Princesa será difícil acostumbrarse pero lo hará, quien no desearía estar en su lugar.
—Pero esto es muy grande, es como mi casa, y los vestidos, yo...—dijo Cayleen —solo quiero no sé algo mas pequeño, algo que me haga sentir que estoy en casa...
Caroline sonrió —su alteza, espera algo más pequeño en este castillo?, ni las habitaciones de los sirvientes son tan pequeñas, lamentablemente le tocó la vida de una princesa y tiene que regirse a las reglas que el palacio establece.
—Pero me conformo con la que me dieron antes, no necesita cambiarme a esta tan grande, puedes comunicarle al Rey? creo que no me acostumbraré a vivir aquí, todo esto es como un sueño, no puedo con tanto.
—No hay objeciones, eso mencionó su majestad cuando le pregunté que hacer si se reusaba a cambiar de habitación.
—Caroline..
—Por favor su majestad no me haga más difícil mi trabajo, solo acepté y trate de acostumbrarse.
—Está bien muchas gracias Caroline.
—Su alteza, me despido, tiene que descansar que mañana será un largo día.
—Gracias por todo.
—No hay de que. —Caroline salió haciendo una pequeña reverencia acompañada de una gran sonrisa.
Cayleen se despertó en la madrugada, no podía dormir, estaba preocupada por su madre, y los recuerdos invadian su mente, salió al balcón a pensar y al otro lado vió al príncipe en su balcón, quien la miraba con gran odio, ira y orgullo.
Al siguiente día Caroline despertó a Cayleen para el desayuno, en el que estuvo únicamente el Rey y Kiara, Felipe no se presentó.
—Que tal su noche alteza Cayleen? —preguntó el rey con una gran sonrisa.
—Dormi muy bien su majestad, gracias. —respondió Cayleen amablemente.
—Te gustó tu habitación? Espero que te vayas acostumbrando a esta nueva vida.
Cayleen respondió con un silencio profundo, sabía que nunca iba acostumbrarse a todo eso. —Si es mucho pedir su majestad... deseo una habitación más adaptada a como yo vivía, la que usted me entregó es hermosa pero no es adecuada para mí.
—Te vas acostumbrar a vivir como una princesa por qué en eso te convertirás Cayleen, no me pidas que te dé menos cuando te mereces mucho más. —la consoló el rey mientras le agarraba la mano delicadamente.
Los ojos de Cayleen se dilataron, esas palabras fueron muy reconfortantes, se parecían a las de su padre.
Al terminar el desayuno como lo había prometido Caroline prosiguió a mostrarle todo el castillo.
En primer lugar la sirvienta la llevó a conocer la habitación de Felipe que se encontraba a la derecha de la habitación de Cayleen, el Rey había dado la orden de colocarlos juntos, para que puedan conocerse más si se encontraban cerca, lo que ya no era nuevo para Cayleen por qué ya lo había presenciado en la madrugada. Luego se dirigieron a recorrer cada espacio del gran palacio, biblioteca, área de música, etc, por último lugar Caroline pensó en que una buena opción sería mostrarle el jardín del castillo, al parecer iba a ser el único lugar en el que Cayleen encontraría paz y tranquilidad, por sus plantas, sus flores, su decoración de laberinto, mientras se adentraba, todas las plantas empezaron a revolotearse entre ellas dándole una bienvenida a la nueva princesa.
—Que le parece? —preguntó Caroline observando que los ojos de Cayleen brillaban aún más que de lo normal.
—Esto...es increíble, nunca pensé que vería algo tan hermoso como esto. —mencionó Cayleen con su felicidad a punto de explotar.
—Parece que lo que mas le gustó del castillo fue el jardín. —dijo Caroline entusiasmada.
—Claro que sí!, como no puede gustarme, esto es lo mas magnífico que he visto, te digo algo! Me encantan los jardines y las flores, todo lo que tiene que ver con esto de la botánica, me encanta, me encanta.
—Es bueno que le guste su alteza, puede venir aquí cuando quiera.
—De verdad?.
—Claro que sí, al único lugar que no puede entrar es a la habitación del último pasillo.
—Por qué no?
—Es la habitación de su majestad Diana.
—Diana?.
—La madre del príncipe Felipe, desde que murió él prohibió a todo el personal, entrar ahí, por las cosas de su madre.
—Que.. Le pasó? —preguntó aún más curiosa.
—No ha visto noticias princesa? ella murió en un accidente cuando el príncipe cumplió sus 18 años, por eso no le gusta celebrar su cumpleaños y desde ahí el príncipe cambió y no le importa nada.
—Enserio?.
—Discúlpeme su alteza, por hablarle de esto.
—No, no te preocupes está bien, cuando estemos solas puedes tratarme como sea, soy tu amiga desde ahora, —dijo Cayleen extendiendo su mano.
—Su alteza yo no debería tocar la mano de ninguna princesa.
—No te preocupes, aquí nadie te verá ni te dirá nada, a demás ni siquiera soy una princesa, solo estoy aquí por la promesa de mi padre, ya te dije desde ahora seamos amigas.
—Usted es muy dulce princesa, terminaré de mostrarle toda su nueva vida, no está cansada aún verdad?.
—Como me cansaría?, claro que no, tu sigue mostrándome todo. —respondió con una sonrisa.
—Mañana estaré con usted por si me necesita, pero practicará todo con Miranda.
—Si lo mencionó el Rey, como es ella?.
—Ella es una mujer muy estricta, ha trabajado aquí por muchos años, era la sirvienta mas querida de la esposa del Rey.
—Espero que no sea tan estricta conmigo. —dijo un poco asustada.
—Esperemos que no. —sonrió Caroline.
—Mm, entonces tendré que rezar mucho desde ahora.
Sonrieron y siguió mostrándole el resto del castillo.
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Updated 42 Episodes
Comments
Zory Mejia
Me encantó la novela
2022-04-19
3
María haidy Lozada Trujillo
muy interesante me gusta
2022-03-29
1
Linsey Molina
Me gusta
2022-03-22
0