Betsabet Kohler es teniente del ejército de Alemania y ha destacado por su papel en la reacción rápida contra el narcotráfico. Considerada la mejor teniente de su unidad, pasó tres años en Estados Unidos desmantelando grupos dedicados al narcotráfico. Al regresar a su país, su coronel le asigna una misión como infiltrada en la organización liderada por Salvatore Müller. Su tarea consiste en integrarse en su vida y en su hogar para ganarse su confianza y enamorarlo, con el objetivo de obtener pruebas que permitan llevarlo ante la justicia y desmantelar la organización. Sin embargo, lo que comienza como una operación se convierte en un juego peligroso en el que se entrelazan el deseo, la traición, el odio, la demencia y el amor.
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Capítulo 10 intentó de control
Betsabet kohler
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-Al llegar a mi edificio. Al ver varios autos estacionados, me quito el casco y veo que la puerta de un carro se abre. Salvatore sale del auto, me habla en un tono molesto-Vine a buscarte, no te encontré. ¿Acaso olvidas que trabajas para mí? Además de ser mi acompañante, eres mi asistente.
- Le respondo- Lo siento, solo tenía un compromiso. ¿Necesitas algo, señor?.
- Él saca una cajita de su pantalón, me la entrega y dice-Necesito que tomes esto. Ayer no nos cuidamos y no quiero errores.
- Le digo-No se preocupe, señor. Ya tomé uno, tampoco quiero cometer errores, y menos con usted.
- Él arquea una ceja y me observa con extrañeza, como si pensara que estoy dispuesta a cometer el error de quedar embarazada. No me siento cómoda con la insinuación. Uno de sus hombres se acerca y le entrega un teléfono, que me entrega de inmediato- Cada vez que te llame, debes contestarme. Mi número está registrado; no quiero que te desaparezcas como hoy. Desde ahora no vivirás aquí, te mudarás a otro apartamento.
- Recibo el teléfono, lo inspecciono, sospechando que está intervenido, lo guardo en mi pantalón y le digo-Este es mi apartamento, seguiré viviendo aquí. Señor Salvatore, usted es mi jefe, no mi dueño para darme órdenes personales sobre dónde vivir. ¿No cree que está sobrepasando sus límites?.
- Él se acerca a mi oído y dice- Anoche, cuando me sobrepasaste los límites, no te quejaste. Simplemente haz lo que te digo. El apartamento en el que vivirás es más grande y lujoso.
- Ruedo los ojos. Este cretino se cree con el derecho de mandarme. Sé que estoy en una misión para enamorarlo, pero también debo establecer mis límites o sino me tomara como un juguete. Así que le digo con firmeza-Una cosa es tener sexo, y otra es que usted quiera mandarme en mi vida. No me interesa vivir en un apartamento lujoso, aquí estoy bien. Dígame si necesita algo relacionado con mi trabajo; si no, puedo retirarme.
- Él me mira desconcertado y dice molesto-Muy bien, entonces sigue viviendo aquí. Esté pendiente del teléfono; muy pronto te llamaré.
- Lo veo subir a su carro y respiro hondo, sintiendo el peso de la frustración. ¿Qué le pasa a este idiota? Se cree el rey del mundo y que debe hacerse su voluntad. Giro los ojos y subo a mi apartamento. -
Salvatore Müller
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-Al concluir mi satisfacción, me recuesto a su lado y, al cabo de unos segundos, la veo quedándose dormida. Mis dedos recorren su espalda, sintiendo la suavidad de su piel. No puedo negar que me gustó hacerla mía, me sentí diferente al hacerlo con ella en comparación con las demás. Continuaré haciéndola mía hasta que termine este juego, elimine a ese coronel y a todo su grupo, incluyendo a ella.Me levanto y comienzo a vestirme; mañana le daré una pastilla. No sé qué me sucedió; el deseo de posesionarla me cegó. Siempre he sido precavido, pero con ella no actué con la misma cautela; solo anhelaba sentir su piel contra la mía. Al mirar la cama, observo un leve rastro de sangre y arqueo una ceja. ¿Era virgen? Pero ella me había dicho que no lo era. ¿Acaso la lastimé? Aunque la sensación de estrechez me indicaba lo contrario.Termino de arreglarme y salgo de su apartamento. Le doy la orden a uno de mis escoltas para que la siga y me mantenga informado sobre cada uno de sus movimientos. Pasados unos minutos, llego a mi mansión, donde, al llegar a mi habitación, me doy una ducha y siento un ardor en la espalda. Al mirarme en el espejo, noto un arañazo; me doy cuenta de que es toda una gata. Me dirijo hacia la cama y, finalmente, me quedo dormido.
Al día siguiente, realizo mi rutina de ejercicios, desayuno y me ducho. Me alisto, y lo primero que haré es ver a la intrusa para darle la pastilla; deseo que hoy esté a mi lado. Subo al auto y, al llegar al edificio, el teléfono suena: me informan que Betsabet no está, que ha salido. Pido que me avisen a dónde fue. Me envían una foto desde una droguería; la reviso. Al colgar, me dirijo a mi empresa. Pasado unos minutos estoy concentrado en un proyecto en mi portátil, cuando recibo otra foto. Al abrirla, veo a Betsabet con otra chica. Al ampliar la imagen, la similitud es notable. ¿Será su hermana? Lo llamo y le digo-Necesito que investigues quién es esa mujer y qué parentesco tiene con ella. Necesito esa información para hoy.
-Al colgar, veo ingresar a mi hermano Fabián. Me dice-Buenos días, ¿estás muy ocupado?
-Le respondo-Sí, pero dime qué necesitas.
-Él mira mi teléfono, lo toma y lo examina por unos segundos. Sonríe y dice-¿Ella es una de tus amantes?
-Se refiere a la mujer que estoy investigando. Le quito el teléfono de la mano y le digo-Siempre tan atrevido. No, no lo es. Dime qué necesitas.
-Con emoción en su voz,responde- Preséntamela, es muy hermosa.
-Ruedo los ojos y le digo-Fabián, en este momento no estoy para tus cosas. Dime qué es lo que quieres.
-Se sienta y dice-El cargamento fue un éxito; ya se distribuyó como lo ordenaste. La próxima semana se enviará hacia Italia. Ahora, ¿cómo se llama la chica?
-Me irrita su insistencia.-No sé cómo se llama; la mandé investigar. Ahora, no molestes más con el tema.
-Él pregunta mientras se levanta-Pero, ¿te gusta la chica?
-Le respondo, ya molesto-No, no me gusta. Quiero que mantengas margen de esto, ¿está claro?
-Él sonríe, pero dice-No te prometo nada.
-Lo veo salir de la oficina, mientras me llevo una mano a la cara, consciente de que no estará tranquilo hasta conseguirla. Espero que sea solo un capricho pasajero; no quiero que se involucre en esta situación. Tomo mi teléfono y ordeno que se prepare un apartamento, instalando cámaras que no sean visibles. Cuelgo la llamada; debo mantenerla bien vigilada además de tenerla a mi disposición.Recibo un mensaje informándome que Betsabet se dirige hacia el edificio, así que salgo rápidamente de la empresa. Al llegar al parqueadero, tras diez minutos, la veo aparcar una moto y quitarse el casco; identifico que es ella. Me bajo del auto y le recuerdo que trabaja para mí. Le ofrezco la pastilla del día siguiente, ya que deseo evitar cualquier error. Ella me responde que ya ha tomado una, que tampoco quiere errores, y menos conmigo. Arqueo una ceja, considerando su atrevimiento; cualquier mujer con sentido común desearía tener un hijo conmigo.Le entrego un teléfono para que podamos comunicarnos cuando lo desee. Le sugiero que se mude al nuevo apartamento, pero ella se niega, reiterando que lo nuestro es solo sexo y que solo soy su jefe, no su dueño. Si supiera que ya tengo su vida en mis manos, intentaría que me obedeciera, pero se resiste. Decido despedirme de ella y subo al auto, frustrado porque las cosas no salen como yo deseo. Si no se quiere mudar por voluntad, entonces lo haremos por la fuerza. Le digo a mi guardaespaldas-Encárgate de entrar a su apartamento y destruye todo que parezca un escape de agua o de gas.
- responde el guardaespaldas responde- si,señor