Dos hermanos contra lo que acecha a su familia. Annabeth y Joseph descubren que su familia tiene una relación con un ser que había vivido décadas atrás. Todo comienza a despertar en un pequeño pueblo donde los hermanos llegan, lo que parecía ser una semana de vacaciones con la familia se convierte en una búsqueda del más allá.
¿Maldición o bendición? ¿Premio o castigo?
¿Qué es lo hay detrás de todo?, ¿Vida o muerte?
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Capítulo 10:
— Fueron años que no quiero recordar. —
Comenta Annabeth sintiendo como su cuerpo vuelve a erizarse de tan solo recordar como esas frías manos sostenían su hombro izquierdo mientras su aliento helado tocaba su oído y le susurraba que la protegería y estaría a su lado para siempre.
— ¿Realmente fueron tan malos? Esa persona te cuidaba, en mi caso yo estaría agradecido. —
Expresa el chico, ella lo mira y los recuerdos vuelven a su mente. Esas noches frías y llenas de pesadillas en las cuales viajaba a un mundo diferente del que conocía, siempre pensó que se trataba del infierno porque cada vez que posaba sus pies en ese suelo los lamentos y los gritos empezaban a resonar como si aquellos seres solo esperaban que ella llegara para atormentarla, grandes formas humanas, pero deformes se levantaban entre la oscuridad y ese fuego ardiente empezando a acercarse, apenas pudiendo moverse trataba de escapar aunque todo en vano porque al cabo de segundos ya estaba rodeada. Entonces la voz de aquella figura resonaba en su cabeza repitiendo una y otra vez: "Soy tu única salida, ven a mí". Y al final sin encontrar salida terminaba pidiendo esa ayuda. Esa figura se elevaba entre esos seres deformes, con pasos lentos y tranquilos llegaba a hasta ella, le sostenía el brazo izquierdo sacándola de ese lugar para regresar a su habitación en donde se recostaba a su lado y acariciaba como si fuera una madre su brazo izquierdo hasta que ella perdía la noción del tiempo quedándose completamente dormida. Al día siguiente al abrir los ojos se sentía agotada a pesar de haber dormido, su brazo izquierdo dolía y sin ganas se levantaba para iniciar un nuevo día.
— Cambiando de tema, hemos estado por mucho tiempo en la ciudad que no hemos practicado nuestra magia...—
— ¿Estás planeando algo? —
Pregunta Joseph, Annabeth solo sonríe y señala hacia la ventana.
— Sugiero dar un paseo mañana, ¿Qué te parece una carrera por el bosque para determinar si tu velocidad sigue siendo como antes? —
— Annabeth, ¿Me estás retando a una carrera? —
La mencionada suelta una pequeña risa casi burlesca y luego niega con las manos.
— No se trata de una competencia. —
— ¡Oh! Resulta que me tienes miedo, que impresionante. —
Dice Joseph con una gran sonrisa, la pelinegra solo niega con la cabeza soltando un suspiro.
— Sigue soñando, yo Annabeth, fui tu maestra y llevé tus habilidades al máximo nivel, y ¿crees que te tengo miedo? —
— ¿Ya conoces ese dicho? Que el alumno supera al maestro. —
Annabeth rueda los ojos y su hermano levanta las manos en forma de rendición.
— Está bien, está bien... solo estaba bromeando, mañana apenas amanezca te espero en la puerta. —
Ambos hermanos se despidieron y se desearon buenas noches, el chico salió de la habitación y se dirigió a la suya para dormir.
Mientras tanto, en el piso de abajo, en la sala se encontraban los mayores quienes mantenían una alegre conversación siendo acompañados por una copa de vino cada quien, los dos hermanos también estaban en el lugar escuchando en silencio.
— Ambos niños han crecido. —
Comenta la anciana mujer y la señora Slander sonríe asintiendo.
— Mis dos retoños se están convirtiendo en grandes jóvenes. —
— Aun así debes cuidarlos. —
Expresa con preocupación la mayor y la madre de los mencionados vuelve a asentir. La charla continuó hasta que el señor Drew decidió que ya era hora de retirarse, la pareja despidió a los invitados y también subieron a descansar.
