Te Regalo Tu Libertad -

Hola- responde Clara - Señorita- Escucho nuevamente la voz de Axel, lo ignoro para que no siga insistiendo - ¡¿Ja ja ja me das un cigarro?!- Antoni se acerca hacia mi y me da el que tiene fumando él, me levanto y me voy a la pista a bailar con el resto, Clara tarda un poco para unirse a nosotros, observo a Axel quien me mira fijamente.

Está sentado en medio de otros dos hombres, yo hago como si no existiera.

-Estoy muy cansada ¿Podemos irnos?- me dice Clara, hay que despedirnos de Antoni y del resto.

Nos dirigimos a la salida del lugar, la madrugada es fría, y mi abrigo está en el auto - Toma- me dice uno de los chicos que van con nosotras, -Gracias- mi vestido es demasiado corto y escotado al igual que el atuendo de Clara, -¡Dios! Puedo ver mi aliento, que frío hace, siento que la borrachera se me está pasando- Dice mientras se abraza a sí misma con sus brazos, -Toma- Respondo Antoni, dándole su abrigo a ella.

- Oigan, ¿Alguna de ustedes conoce aquellos tipos?- señala Antoni justo donde se encuentran tres sujetos que miran hacia donde estamos nosotros parados, - No- respondo - Pues creo que a Cristian, le gustaste mucho Lily, que suerte tienes- Dice Clara.

- No sé de qué hablas, está borracho no ve bien de noche-

respondo tratando de no darle importancia

- Y no solo él, algo tienes que nos embobas a todos los hombres- Responde uno de los chicos aquí.

- Ya Lily, Hazle caso- empiezan las burlas de todos - No por qué voy a llorar- responde Antoni.

- Ya cálmense- Respondo y le doy la espalda para que no me vea.

- Lily vienen para acá - dice Clara golpeando mi hombro, su emoción es notable. -Por favor no le digan mi nombre, no me da buena espina- suplico a todos los que estábamos ahí.

- Señorita, nos volvemos a encontrar - Las risas burlonas de mis compañeros no se hacen esperar (Que fastidio) - ¿Mande?- respondo haciéndome la sorda.

-Veo que no eres muy atenta- responde con voz sería - Aquella ocasión en la calle, quedé deslumbrado por su notable belleza, quisiera saber tu nombre-

Todos hacen silencio y se muestran atentos a mi respuesta - ¿Por qué me miran así?- respondo mirándolos a todos, sus expresiones son como si estuvieran aguantando sé la risa - ¿Mi nombre?- cierro mis ojos y pienso en alguno que no me sea difícil de recordar, más en mi estado de ebriedad.

-So...- titubeó por un momento - Sol… No, no, no-

- ¡Ja! ¿Estás pensando en que nombre inventar?- Dice Axel metiendo ambas manos en sus bolsillos. - ¡Sofía! Me llamo Sofía-

- Si, se llama Sofía- Responden todos y al mismo tiempo sueltan algún par de risas.

- Mm... De acuerdo, Sofía, ¿Puedo ofrecerte llevarte a tu casa?-

- No, mi novio no tarda- respondo sin quitar la vista del suelo.

- Pero si tu amiga me dijo que no tienes novio- Me dice y voltea a ver a Clara.

- ¡Es verdad, ya es hora de que tengas novio! - Grita mi muy borracha amiga.

-¡Nooo!- escucho al grupo de amigos gritar.

- Me tienes miedo o ¿Por qué no me dejas ver tu rostro?- Dice mientras trata de sujetar mi quijada.

Escucho nuestro transporte acercarse (Ya era hora) - Me tengo que ir Axel- Rápidamente me despido de todos, le entrego su chaqueta a mi amigo y lo mismo hace Clara con Antoni, nos subimos al auto y sin alzar la mirada me cubro con mi abrigo - ¿Que fue todo eso?-

-Nada, es solo que no agrada, tiene cara de mujeriego y te agradecería mucho que no hablemos de él-

-ok, Sofía-

Durante el camino Clara se quedó dormida en mi hombro, la luz del amanecer ya era notable, cuando por fin llegamos, bajamos las dos medias dormidas del auto, subimos a mi departamento y al estar en el quedamos profundamente dormidas.

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Axel:

Llegué antes de tiempo a la ciudad, pero siempre he tratado de que mis padres no lo sepan, si no me obligan a ver a esa desastrosa mujer y no quiero, nos reunimos en un centro nocturno, mi mano derecha Luciano y Pedro, un amigo.

Todo marchaba bien, la noche era bastante fresca, solo quería ir por un par de tragos para desestresarme, pero entonces la vi, bailando con un vestido tan pequeño y ajustado, no le quitaba la vista de encima, su cuerpo me hipnotizo por completo, su risa tan contagiosa, hasta su forma de halar del cigarro y la forma tan delicada de sostenerlo en sus dedos me parecía arte pura, bailo con sus amigos, y luego otro sujeto más se unió a ellos, pude ver cómo apretó uno de sus glúteos y sentí por un momento mi sangre hervir, aun así me contuve.

Vi como ese sujeto se fue del lugar y me acerqué, trate de hablarle, pero me ignoro por completo, por suerte soy bastante terco y necio así que no me fui sin saber si aquel idiota era algo de ella, su amiga me dijo que no, que solo era un amigo, pero que al parecer ellos se conocían de tiempo atrás, tal vez es algún ex que quiere volver con ella, o solo es un conocido más.

No lo sé y tampoco me interesa, está mujer va a hacer mía por las buenas o por las malas, desde que la miré por primera vez en la calle, quedé obsesionado con su presencia, tanto que verla entré tantas personas y bajo la obscuridad que solo es iluminada por luces parpadeantes se me hace nada, ella es única e inconfundible para mí.

Mande a mi mano derecha a investigar sobre ella, pero casi no hay nada, lo que se es que vive cerca de porqui, podría ser su vecina, o podría ser alguna compañera de la universidad, ya que estudia en la misma universidad.

Ahora sé que sé llama Sofía, no creo que sea su verdadero nombre, pero ya luego lo sabré bien hay varias cosas que no cuadran, también por qué sin que yo le dijera mi nombre, ella lo menciono, y a su amiga tampoco se lo dije, además de que el auto en él que se fueron era de mi familia... ¿Será amiga de porqui? Si es así mañana iré a verla por la tarde o tal vez se trate de la porqui... No, no, no, que asco, ni en sueños puede ser ella.

- ¿Que quieres que se haga? habla Luciano, sacándome de mis pensamientos, -hay que seguirla a discreción, y en cuanto se pueda traerla ante mí, en una ocasión alguien me dijo que si alguien no es para ti, mínimo te la tienes que comer.- dije mientras entraba a la parte de atrás del auto en el que íbamos.

-Está bien, así será, solo no te encapriches demás- Sentenció el muy cabrón.

- Eso yo lo decido- respondo mientras le hago la señal para partir de ahí, luego de un rato nos estacionamos a un par de autos estacionados, bajo ella y su amiga, y me sorprendió ver qué entraban al mismo edificio donde la porquería de Liliana vive, pronto debo llegar a un arreglo para deshacerme de ella de una vez por todas y así, poder llevarme a casa a la futura madre de mis hijos, hice una señal y nos retiramos del lugar, llegué a casa mi mano derecha se retiró y Pedro hizo lo mismo, yo me quedé dormido en la sala, ya no quise subir escaleras, quiero que ya sea de tarde para ver a esa animaña de mujer, estoy seguro que ella aceptará encantada que evitemos unir nuestras vidas.