Tarde Lo Entendí.

— Amor podemos hablar un momento afuera, así no despertaríamos a rafa.— Dije de manera cariñosa no entendía por qué él hacía eso, por qué fingir delante su familia.

Salimos a su habitación mientras la niñera entraba a mi recámara y llevaba a Rafael a la de él para así poder cambiarme e ir al trabajo. Una vez en la habitación de Leandro tenía toda una lista con preguntas en mi cabeza y todo un monólogo preparado para hacerle ver qué no estaba bien engañar a su familia...

_ Leandro, se puede saber por qué le mentiste a tu familia así.— dije y este me acorraló a la pared y mirando mis ojos y luego mis labios dijo con su respiración acelerada.

— No les mentí, me muero por ti desde la primera vez que te vi y quiero que tú y Rafael sean parte de mi vida, Diana por favor dame la oportunidad de hacerte feliz, te lo mereces.— dijo y quedó de piedra, imaginé todo menos eso, mordí mi labio y cerré mis ojos para luego suspirar, al abrirlos los ojos de Leandro se encontraron con los míos y en sus labios se dibujaba una perfecta sonrisa.

— y bien dame una respuesta.— dijo con la misma sonrisa plasmada en su cara.

Lo besó de manera apasionada tan poco yo, que estoy sorprendida, no sé cómo terminamos frente a la cara y al tratar del dar un paso atrás cae encima de esta y yo arriba de él sigo el beso, casi no tengo aire, pero me importa sigo aguantando por qué no sé cómo verle la cara al finalizar el beso, ambos necesitamos respirar, pero seguimos en ese apasionado y demandante vaivén de lenguas, estoy encima de él y la puerta es abierta por Laila.

— Wow, el amor lo que hace, Ogro devuélveme a mi amiga que la tuviste toda la noche y la tendrás todos los días — Dice y casi me da un infarto de la vergüenza.

— en tus clases de modelaje no te enseñan a tocar antes de entrar.— dice Leandro abrazándome para que Laila no vea lo sonrojada que estoy.

— Tu tan ogro como siempre... Diana es en serio, justamente hoy que te preparé una cita con mi amigo Laurent.— dice y Leandro la fulmina con la mirada.

— Estoy pensando seriamente en reconsiderar tu amistad con mi Diana.— dice y eso no ayuda para nada con mi vergüenza, lejos de eso la empeora.

— bueno, me cambio y nos vamos Laila si...— digo para cortar la tensión que se creó entre ellos.

— hey, me debes una respuesta.— dice mientras me jala haciéndome chocar contra su perfecto pecho.

— Sí... Aunque no estoy segura de cuál era la pregunta.— dije un poco nerviosa.

— pues señorita Diana Bernard quiere ser mi novia y la madre de mi hijo rafa.— dice y me da tanta ternura, le digo que si y lo beso él me gira feliz y Laila nos vuelve a cachar.

— miren como se comporta el ogro, ¡mamá, estás segura de que no tuviste gemelos y alguien está suplantando a Leandro!— dijo Laila y no pude evitar reírme.

— te ríes de tu novio.— pregunto con falsa molestia y yo lo besé para correr a vestirme.

Me coloqué un vestido rojo de chifón con una sola manga y un cinturón fino de color negro, unos tacones negros y mi cabello suelto.

Diana.

— un momento creo que mejor yo las llevo les parece.— Dice Leandro y Laila ríe y niega.

— Adiós Ogro celoso, creo que pasaremos primero buscando algo que me tiene Laurent.— dice Laila antes de cerrar la puerta del auto y arrancar, veo a Leandro parado viendo el coche y entonces me llama.

— Aló ogro deja la intensidad, ella te contestará después.— le dijo Laila contestando mi teléfono y no paraba de reír.

— por qué eres tan cruel con él.— le pregunto riendo.

— Cruel yo Dianita, no le puse el ogro por cariño, él es un total ogro celoso y es la causa de que siga soltera, una por una... Estamos a mano.— dijo y se rio maliciosamente, llegamos al lugar donde trabajaríamos, hoy teníamos una reunión importante y querían hablar con la diseñadora y con su modelo estrella, o sea Laila, les mostré bocetos y quedaron encantados y nos ganamos al cliente al ver el reloj eran más de las doce, regresamos a la empresa y empecé a supervisar como iba la creación de la nueva línea de ropa que estaba creando, parece mentira todo lo que he logrado y solo unas horas después del desfile era tan conocida que mi teléfono no paraba de sonar.

Recibí una importante llamada de una marca reconocida de joyas y diamantes, ellos querían que a cada prenda le hiciera un diseño, estaba muy emocionada, debía avisarle al señor Rafael, aunque Laila me dijo que se lo dijera al Ogro, también había una nueva campaña era de trajes de baño y teníamos que ir a cerrar el trato con ellos, yo no solo era diseñadora de esta empresa era socia, puesto que tenía mi propia empresa recién creada y ellos me propusieron la sociedad es así como he ido subiendo tan rápido por qué una marca reconocida me apoya.

Fui con Laila a la sala de juntas ella no solo era modelo era socia de la empresa y era muy buena manejando la empresa cualquiera diría que ella era solo belleza, pero la verdad es que Laila es muy buena para los negocios, al llegar a la sala de juntas se encontraba el cliente era una tienda muy reconocida de ropa y querían que yo diseñaré sus trajes de baño y no solo eso que también fuera la modelo, enseguida me negué una no soy modelo y dos no quería que mi amistad con Laila se viese afectada, pero todo lo contrario estaba feliz, ya que ella tenía varias campañas encima.

— Disculpen señores, pero yo solo diseño, no soy modelo, la modelo de nuestra empresa es la señorita Laila Bernocchi.

— Amiga acepta, por favor tienes mucho potencial y así me ayudas por el hecho de que estoy full por fis._ decís Laila con sus locuras de siempre y sus caras chistosas, no sé cómo terminé aceptando.

— Muchísimas gracias, señorita Bernard, es un placer trabajar con usted, ya verá que seremos un equipo muy fuerte.— Dijo el cliente.

— Gracias a usted señor Octavio Dubois.— le dije y el trato estás cerrado al terminar la junta, salí muy emocionada con Laila iríamos a almorzar...

Fuimos a un hermoso restaurante, la decoración era tan elegante, parecía un museo, todo era en tonos rojos y vino tinto, y la atención era de primera calidad, comíamos y charlábamos tan a gusto hasta qué...

— Diana... Amiga eres tú, estás hermosa.— Dijo mi gran amiga al verme.

— Andrea eres tú... También estás preciosa como te ha ido preciosa, mira te presento a otra muy buena amiga, ella es Laila Bernocchi, Laila ella es Andrea, mi mejor amiga, yo te hablé de ella recuerdas.— Dije presentando a mis dos grandes amigas.

Ella se sentó con nosotras y me contó de su vida y de lo feliz que estaba con su esposo, el hermano de Edgar.

— Y cuéntame amiga como es eso que estabas embarazada y no me dijiste, dime lo tuviste, él está bien.— Pregunta Andrea al borde de las lágrimas.

— Si amiga y lamento no haberte dicho, pero no quería que nadie lo supiera.— Ella me abrazo y me felicitó y luego me contó que Edgar encontró la prueba que por estúpida deje en el baño y leyó mi diario.

— Así que allá fue que lo dejé pensé que se había caído en el camino.— dije y me puso al tanto de varias cosas la flamante Viviana dio a luz a su bebé y siempre le negó todo a Edgar fue solo hasta hace unos meses que el bebé tuvo una complicación y necesitaba sangre de su padre y Edgar no resultó compatible allí se dieron cuenta de que ella lo había engañado entonces él la dejó, ese día sus padres le contaron muchas cosas que había descubierto de ella y de por qué nunca la quisieron como su esposa, ellos no se pudieron casar porque su familia les puso muchas trabas y ahora anda queriendo volver.