Estrella Rota

La operación de mi mamá fue un éxito, el médico nos informó después de casi 6 horas y me enfoque en el traslado al otro hospital, mandé a mis hermanas y a los chicos a descansar ya que al otro día mandarían una ambulancia por mi madre. Hasta entonces no nos permitirían verla, estaba sedada y en recuperación, yo me quedaría en el hospital para ver si no se ofrecía algo. Ya habíamos decidido que Delia volviera al trabajo y yo lo haría cuando ya la dejara internada en la otra clínica, como Ana no tenía que trabajar, ella se quedaría a cuidarla. Fernando me haría el favor de llevarla, esa noche no pude dormir nada, y a, media noche mientras iba a la recepción a ver si podía tomar un café de la maquina que había ahí, me encontré frente a frente con Jesús, que estaba esperando noticias de su papá, que había sufrido un infarto y estaba siendo atendido, nos saludamos y cuando nos platicamos el porqué estábamos ahí, tratamos de darnos animo mutuamente, él quiso acercarse más, pero puse mi distancia y le aclaré que ya me tenía que ir, me preguntó si no lo extrañaba, y cuando le respondí que no, me dijo con amargura, yo no he dejado de pensar en ti, no tenía porque, pero le dije que estaba con alguien más, y molesto se dio la vuelta sin despedirse y se fue para otro lado.

Mi vida tomó otro rumbo, Jesús tenía que entenderlo. De todas maneras fue lindo verlo. Ya que por la mañana nos iríamos, no volvería a cruzarme con él.

Se dio el traslado, me impresionó el estado de mi mamá, se veía muy golpeada e hinchada, pero no se lo dije, mientras íbamos en la ambulancia, le comenté a grandes rasgos lo del despido de la fábrica, y me preguntó por Rodrigo, tuve que mentirle diciendo que estaba grave en el otro hospital y le platique de él escándalo que hizo su mujer. Se quedó un poco más tranquila, yo pensé que realmente no lo quería, pero ya no estaba tan segura, parece que con la convivencia surgió un sentimiento hacia él, no se si es amor, pero algo hay, de lo que estaba segura es de que él no merecía lo que le pasó, cierto es que no era la mejor persona, pero a nosotros siempre nos trató bien, en fin, en unos días tenía que decirle la verdad, pero esperaría a que estuviera más recuperada. De todas maneras se va a enterar. Espero que no lo tome tan mal.

Volvimos a nuestras nuevas actividades, yo tuve que dejar de ir al gimnasio, me quedaba por las noches en el hospital y Ana en el día, Delia pasaba por las tardes, se iba recuperando bien, al punto de que ya en unos días la darían de alta, yo no le he dicho de la muerte de su pareja, tenía que hacerlo lo antes posible, pero no encontraba la forma. Por la noche me preguntó si sabía algo de Rodrigo y fue la oportunidad perfecta para contarle, traté de hacerlo lo más tranquila que pude, no lo tomó tan mal, me confesó que con el tiempo habían comenzado a sentir amor el uno por el otro, y estaban planeando hacer una vida juntos, o sea que él dejaría a su esposa pronto, pero la vida no se los permitió. Supongo que les cobró los errores que cometieron.

Cuando salió por fin de la clínica, parecía que hubiera envejecido mucho, le costaba caminar y se agota a al menor esfuerzo, así que no podía trabajar en ese estado, primero se tenía que recuperar. Ana comenzó a hacerle diferentes postres para que comiera, porque no tenía apetito y los dulces eran lo que más se le antojaba. Así comenzó a aficionarse en la repostería, un día que Rubén los probó, le dio la idea de hacerlos para vender, y le consiguió que hiciera la prueba en un restaurante de un amigo, ella entregaría un pedido y si gustaban, le encargarían la producción.

Fue un éxito y se podía poner a trabajar en ello y ocuparse de mamá al mismo tiempo. Por lo menos algo salía bien, ya que yo estaba estancada en el trabajo y necesitábamos el dinero. Lo de la liquidación no nos duró mucho, porque los medicamentos y cuidados que requirió mi madre eran caros. En unas semanas, ya ganaba más de lo que ganaban las dos en la fábrica.

Por otro lado Rubén se comprometió con Delia, esperaría a que mi mamá mejorará para la boda. Mi hermana ya había conocido a su familia y no parecía haber problema, y ya estaban pensando en donde les gustaría hacer la, ceremonia. Querían una boda pequeña, sin mucha gente. Pensaban mejor invertir en un lugar para vivir. Yo estaba contenta por ellos, pero se me haría muy difícil pagar la renta sin la ayuda de Delia.

Fernando me preguntó si yo no había pensado en casarnos, yo le respondí francamente qué aun no podía hacerlo, porque me faltaba todavía progresar en el trabajo, estaba a la mitad del camino para lograr mis metas, y con el peso de una familia, no podía conseguir mis sueños. El lo comprendió y estuvo de acuerdo, él también tenía planes que cumplir.

No quería decirle que mis planes no eran formar una familia con él, yo no lo amaba como el se merecía y como ya se me estaba saliendo de control la situación, pensé que después de que Delia se casara, debía terminar con Fer. Aprovecharía el tiempo que me quedaba con él para que nos quedaran lindos recuerdos, y para que no se sintiera utilizado al final, si bien yo no se lo pedí, estaba muy agradecida por todo lo que hizo por mi madre. Se portó increíble, y no me cuestionó por el tipo de vida que llevaba mi mamá. No cabe duda de que es un buen hombre, lastima que yo no soy buena para él. La vida me puso en este camino y si solo lo hubiera conocido después, quisa las cosas cambiarían.