General Convertido En Consorte De Tres Alfas Superiores

Los meses pasaron y el momento que todos en la mansión del general estaban esperando finalmente llegó, aquel día Fua Long gritó por ayuda, ya que empezó a sentir fuertes dolores en la parte baja de su estómago una de las sirvientas fue corriendo y en cuanto se dio cuenta de que había roto fuente fue inmediatamente por uno de los parteros.

Mientras todo el lugar estaba en caos yo ni siquiera me había enterado de lo que estaba sucediendo hasta que mientras veía a los sirvientes correr de un lado a otro detuve a uno y le pregunté:

- por qué todos están tan apurados y yendo de un lado a otro, ¿acaso ha sucedido algo en la mansión?

El sirviente quien llevaba una cubeta de agua en las manos me hizo una reverencia y luego me dijo:

- general su esposo está a punto de dar a luz, así que todos en la mansión estamos apurados porque no falta mucho para que el pequeño llegue al mundo.

En cuanto supe que mi esposo estaba a punto de dar a luz, también me apresuré y corrí hacia su habitación, en cuanto llegué uno de los parteros me sacó del lugar y me dijo que yo estorbaba lo cual me enojó un poco, pero teniendo en cuenta que todo era un caos decidí hacer caso y simplemente salir de la habitación y esperar pacientemente frente a la puerta, los minutos se convirtieron en horas y los gritos que provenían del interior hacían que me estremeciera y me preocupara, todo era nuevo para mí porque aunque el día que mi madre dio a luz a mi hermanita yo estuve en la mansión no me enteré de mucho ya, que me mantuvieron alejado del lugar, pero ahora que escuchaba toda la algarabía y los gritos entendí el porqué mi padre se preocupaba tanto por mi madre.

Luego de no sé cuántas horas finalmente escuché algo que alegró mi corazón y eso era el llanto de mi pequeño bebé, en cuanto eso sucedió uno de los parteros salió y sonriendo me entregó al pequeño, él era tan tierno y adorable que derritió mi corazón en un instante, luego de tenerlo por unos momentos en mis brazos volvieron a abrir la puerta y comenzaron a llevar más agua y telas al interior, en ese momento yo me preocupé, ya que presentía que algo fuera de lo normal estaba sucediendo, todo pasó muy rápido y en cuestión de minutos uno de los parteros salió, su cara decía todo, pero aún así quise preguntar para cerciorarme de que no estuviese pensando de manera errónea y preocupándome sin haber necesidad, así que me acerqué al partero lo miré y le dije:

- Cómo está mi esposo?

El partero miró al suelo, dio un suspiro y luego titubeando me dijo:

- el esposo del general no resistió el parto y luego de dar a luz al pequeño comenzó a perder mucha sangre y se desmayó, hemos hecho todo lo posible para traerlo de vuelta, pero ya no tiene pulso.

En cuanto escuché aquella noticia sentí una presión y un dolor en el pecho que no había sentido desde que mis padres habían fallecido, mis manos comenzaron a temblar pero tuve que mantenerme firme para no soltar a mi hijo que aún se encontraba en mis brazos, las piernas no me querían responder estaba casi pegado al suelo, comencé a sudar frío y mi respiración se volvió agitada, yo no entendía cómo había podido suceder algo como eso, así que de manera desesperada le dije al partero:

- no me importa cómo, pero tráiganlo de vuelta a la vida, nuestro hijo no se puede quedar sin madre apenas vio la luz, además él esperaba con muchas ansias la llegada de nuestro pequeño no le puedo quitar la oportunidad de que lo vea y lo pueda abrazar, así que tráiganlo de vuelta.

El partero desconcertado intentaba explicarme que no había nada más que hacer, pero yo prácticamente lo obligué a regresar a la habitación y hacer lo que pudiese para devolverlo a la vida, el partero hizo todo lo que pudo, aplicó acupuntura y trajo a varios médicos más, pero nada tuvo efecto y luego de unas cuantas horas salieron nuevamente para decirme que habían hecho todo lo posible, pero que él no despertaba ni su pulso volvía y que lo único que me quedaba ahora era cuidar de mi hijo, preparar su funeral y resignarme.

En cuanto supe que él ya se había ido, me sentí impotente y triste, ya que en mi interior había comenzado a crecer el afecto hacia él y el hecho de que nos acompañáramos durante tantos meses y yo vi ese su proceso de embarazo desde el inicio hasta el final hizo que mi dolor se volviera aún mayor, ya que yo había visto la ilusión que él tenía de conocer a nuestro hijo, de poder amamantarlo, jugar con él, ver sus primeros pasos y escuchar sus primeras palabras, él había escrito un diario con todo lo que deseaba hacer y ver mientras nuestro pequeño crecía el saber que no podía hacer eso invadió mi corazón con un sentimiento de tristeza y arrepentimiento, ya que en vida no le di el suficiente cariño ni le demostré amor nunca.

El segundo día luego del nacimiento de mi pequeño hijo fue el día en que enterré a mi esposo, ese día no tuve más compañía que la de mi hermana, ella sintió soledad y tristeza al saber que su mejor amigo y a quién consideraba como una madre se había ido, ella lloró junto a mí, se apoyó en mi brazo mientras tomaba con sus manos temblorosas la mía, aquel día tuve que ser fuerte para ella y también para mi bebé el cual se encontraba al cuidado de una sirvienta, el día pasó realmente lento y al sepultar el cuerpo sentí que mi existencia era de mala suerte, ya que casi todos los que estaban a mi alrededor sufrían un final horrible no solo mis padres, sino ahora también mi esposo lo cual me hizo reconsiderar el volver a tomar a alguien como pareja, por eso decidí no tener pareja nunca más pero alguien no quería que eso sucediera así que cuando mi hijo apenas tenía dos meses fui llamado al palacio imperial en donde mi abuelo me esperaba con una gran sonrisa, cuánto el anciano me vio me dijo:

- tu pareja murió hace ya dos meses por lo que creo que es hora de que encuentres a alguien más, tu hijo y hermana no se pueden quedar sin una figura materna así que creo que lo mejor es que te cases lo más pronto posible.

en cuanto escuché eso pensé que él se preocupaba por los niños hasta que dijo lo siguiente:

- además recuerda que eres descendiente de la familia real y un general por lo tanto tu harem no se puede quedar vacío, así que deja de lloriquear tanto por un Omega Recuerda que hay muchos en el mundo y un hombre puede casarse con muchos a la vez así que si uno se va reemplázalo con otro.

Al escuchar sus palabras me enojé, ya que tan solo habían pasado dos meses de la muerte de mi esposo y mi hijo aún era muy pequeño, además yo no quería tener un gran harem, había tomado a mi esposo solo porque él me había obligado, pero ahora ya no quería seguir sus órdenes, sin embargo, antes de que yo dijese algo él sabía por completo lo que yo iba a hacer, así que sin siquiera dejarme pronunciar palabra dijo:

- ni se te ocurra decir que no quieres tener otro esposo, por qué si lo haces enviaré a mis tropas para que me traigan a mi nieta y a tu hijo que también lleva sangre real en sus venas y que seguramente será un Alfa como tú, estoy seguro de que ellos me serán de utilidad cuando crezcan, así que piensa bien lo que vas a decidir.

En cuanto él utilizó a mi hermana y a mi hijo no tuve otra opción más que aceptar, ya que ahora no contaba con el poder necesario para revelarme además tenía mucho que perder, ya que a él no le importaba arrebatarle la vida a dos niños así que simplemente acepté con la cabeza gacha él con una gran sonrisa y un aire de vencedor me dijo:

- grandioso entonces en una semana llegarán tus esposos.

En cuanto escuché esposos supe de inmediato que no enviaría a solo uno así que un poco enojado le pregunté:

- quieres decir que no solo enviarás a una persona sino a varias?

- Exacto estoy cansado de que tengas solo a una persona en tu harem así que aprovechando que el reino del norte envió a algunas personas como ofrenda enviaré a los mejores Omega a tu residencia además una señorita hija del primer ministro quiere casarse contigo así que en total enviaré a cinco personas cuatro omegas masculinos y una femenina.

-aceptaré con dos condiciones.

-cuáles?

- la primera es que no me vuelvas a enviar más concubinos o esposas con los cinco que me vas a otorgar es más que suficiente para mí y la segunda es que no te vuelvas a meter con mi hermana o con mi hijo.

- pues ya que estamos poniendo condiciones aceptaré siempre y cuando la consumación de tu matrimonio o mejor dicho de tus matrimonios en menos de 3 meses si yo me llego a enterar de que no has consumado el matrimonio con alguno de tus Omegas en ese momento te quitaré a las dos personas que más amas, pero sí lo haces juro que no me volveré a meter contigo ni con tu hijo ni con tu hermana y mucho menos con tu harem.

Aunque yo no quería consumar el matrimonio con ninguno de ellos decidí aceptar, ya que así él podría dejarme en paz y además podía hablar con quienes iban a ser mis esposas para que mintieran diciendo que había consumado el matrimonio con ellos, pero no consumarlo, según lo que tenía previsto y planeado todo iba a salir a la perfección o al menos eso pensé.