La Bendición De La Omega Rechazada

— Tienes razón, después de todo ¿Por qué me aceptarías? Nunca me has tratado bien, desde que nos conocemos y es más por qué no tengo una loba como los demás y entonces supe que tu amor solo estaría en mi imaginación solo si yo estoy dispuesta, pero estar dispuesta aceptar que nunca me amarías a mí ¿por qué lo haría? En realidad tampoco es que me importe, si hubiera sido una mujer lobo en estos momentos hubiera estado muriéndome del dolor, pero yo no tengo una loba por ende esto no significa nada para mí, además de que te desprecio en que mundo cuerdo yo te aceptaría.

—¿ Entonces me rechazas?— pregunto con mucha esperanza.

— ¿No es obvio que lo haré? — pregunta con frialdad.

— Oh, que bien puedes hacerlo rápido tengo cosas que hacer — respondo restándole importancia al asunto.

Su mirada se vuelve fría.

—Yo Sebastián Esteban Raymond alfa de la manada Garras y Colmillos,te rechazo a ti Serena Black como mi luna y compañera de vida elegida por la diosa luna.

— Yo Serena Black aceptó el rechazo del alfa Sebastián Esteban Raymond líder de la manada Garras y Colmillos como mi Alfa y compañero de vida elegido por la diosa luna y corto cualquier lazo de conexión.

Él cayó de rodillas y gruñó, pero no fue fuerte solo un leve gruñido mientras apretaba la hierba bajo su mano. Que merecido te lo tienes bastardo.

Sentí un hormigueo en el pecho, pero no fue nada más que eso. En ese momento él se levantó y de nuevo su mirada asqueada se dirigió a mí. Ja ni que fuera tan bello lo único que me genera verlo es asco y odio, hasta siento el estómago revuelto con tan sólo verlo.

— Escúchame bien si alguien se llegan a enterar tú…

— No me toques— se suelta con brusquedad mientras lo fulmina con la mirada —y tampoco me amenaces, yo tampoco quiero que alguien sepa algo de esto— apunta con su índice entre ambos —tener una relación contigo simplemente me da mucho asco, así que no estaría loca como para decir que fui tu mate.

Después de esas palabras se aleja dejando al alfa con una ira creciente y no la siguió solo porque se quiso hacer el fuerte, pero le duele demasiado ese rechazo.

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Que no le dolió el rechazo era cierto, de hecho no sentía nada, tal vez era el hecho de no tener una loba y lo único que dolía era ese hecho.

Solo era una omega sin loba, así que ningún lobo me escogería como su pareja debido al a que no tener loba, era lo mismo que no tener a los cachorros fuertes y lo único que buscaban la mayoría era tener alfas o betas y deltas que eran fuertes y capaces de mucho trabajos y el más importante era trabajar para él ejército de la manada o ser guardaespaldas de líder de la manada y su familia.

Era nadie escogería a alguien inútil, sin fertilidad fuerte entre los inútiles para parejas se encontraba las personas sin lobos y los omegas.

Y eso me hacía sentir mal siempre, porque había soñado con tener muchos cachorros a quién criar y amar, pero ahora... todo era imposible.

Mi nombre es Serena Black y soy una omega sin loba en la manada Garras y Colmillos, desde que tengo memoria mi vida a Sido un infierno constante y ya he sido rechazada desde un principio.

Primero empiezo por mis padres y mis hermanos que me desprecian y por eso desde que era pequeña, fui abandonada en una cabaña casi caída. En realidad miento esa cabaña estaba en ruinas y fui tirada como basura por mi familia y tuve que hacer de todo para sobrevivir sola en ese bosque una niña de siete en el bosque de verdad fue aterrador, por qué no había más nada que peligros por todos lados.

A pesar de ser hija de unos alfas y tener hermanos omegas, fuí rechazada por maltratada y la diferencia con ellos era que los omegas tienen lobos y no hay ningún problema porque los pueden vender a familias ricas, pero al ser yo una omega sin loba era lo peor que les pudo pasar a alguien con su posición. Yo no valía nada y solo gastaba dinero y es gracioso ahora que lo piensa, ya que nunca le dieron ropa y de comer casar incestos y robar comida de la cocina se consideraba gastar en ella.

Y como así era su caso las reglas eran claras si nacían lobos así eran asesinados, hechos esclavos para diversión de otros lobos o peor era violados hasta matarlos o devorados por nómadas, si eran muy pequeños y generaban demasiados gastos para su dueño por qué la palabra correcta era un objeto que si valía se conservaba y si no solo se desechaba.

Y para los que nacían en familias respetable en el mundo como la mía, los abandonaban con algunas cosas en cabañas apartadas para que murieran o vivieran si podían, pero nunca regresarán a las vidas de las manadas, por qué para las familias ricas y de buena posición tener a un hijo sin lobo y venderlos los dejaba mal parados en la alta sociedad por eso una parte era buena nacer en una familia rica. Se escudan en su benevolencia y así creían que hacían lo correcto y la diosa los perdonaría si morían de hambre y ellos no los vendía como a los que no eran de su familia. Vaya hipocresía.

Pensé demasiado mientras tomaba en atajo a mi cabaña que ni siquiera me fijé en cuando fue que llegué.

—¿Hermana? — llama lleno de duda.

—¿Alan?— respondo preocupada al sentir un desagradable olor en el aire.

—¿Hermana? — sale de su escondite con un cuchillo en mano— que bueno que seas tu...

—¿Que sucede?— vuelvo a preguntar observando todo a mi alrededor.

—Es que estuvieron un grupo de lobos nómadas por aquí cerca pensé que nos atacarían ya que se estuvieron muy cerca de aquí..