Tentación Prohibida

POV ZEUS.

El día volvió a sus ridículas pruebas habituales cuando Selena y Pablo, con sus amigos, dejándonos a Sámara y a mí solos en casa una vez más.

Siempre tuve la sensación de que todo era una gran prueba para mí.

Hacía que todo esto fuera aún más difícil, deshacerme de la ardiente lujuria en mi mente no era para nada fácil.

Me encontraba sumergido en mis pensamientos en la cocina mirando a través de la ventana, observándola en el patio trasero mientras colgaba algunas toallas mojadas en el tendedero para que estas se secaran con el sol.

Vi el sol reflejarse en su piel suave y pálida, haciendo la lucir resplandeciente.

Me lamí los labios a mirando sus muslos expuestos bajo la falda floreada que llevaba.

Recordé mi primera noche con ella y anhelo repetirlo

Mi hombría dolía dolorosamente mientras palpitaba con fuerza contra mis jeans.

Golpeé el fregadero con mis manos mientras rechinaba con mis dientes una gran maldición.

Aún que no quería necesitaba liberarme de esta... Esta... gran tentación.

»Creo que necesito salir de esta casa«

Me di la vuelta y caminé directamente hacia la puerta principal para poder salir.

Salí de la casa y cerré la puerta de atrás de mí, me giré para verla acercarse al porche con una gran cesta vacía.

Fruncí el ceño, confundido miré detrás de mí.

—¿Cómo es que... pensé que estabas en el patio trasero?—

—Sí. Pero antes decidí recoger una flor—

La miré algo extraño mientras me reía.

—¿Y para qué necesitas tú una flor?—

—Pues ¿qué tiene eso de malo? Más bien dime tú ¿Qué tienes?, Pareces aterrorizado—

»Realmente esta niña es muy observadora«

—Suposiciones. Estaba a punto de salir de casa—dije al tiempo que pasaba justo por el lado de ella.

—Pero, aún no has almorzado. Vamos dentro, te prepararé algo de comer antes de que te vayas—

Gruñó por dentro antes de volver a entrar.

—¿Cómo sabes que no he almorzado? Acaso tú... ¿Me estás espiando o qué?—

—¿Espiarte?— río a carcajadas. —Como crees, eso sería algo demasiado bajo, incluso para mí—

—Bueno, de todos modos lo haré rápido porque necesito salir de casa—

—¿Algo importante? ¿O estás aburrido?—

»¡No! Solo que eres tan increíble atractiva y resistible que quiero hacerte mía de nuevo, hasta hacerte sangrar y no puedo contenerme contigo cerca«

—Algo así. ¿Puedo preguntar eso también cómo lo supiste?—

—Solo lo intuí, porque yo también lo estoy—

—Y sintiendo todo esto aun así te quedas aquí. ¿No sientes en algún momento la necesidad de salir corriendo? ¿Quizás estirar las piernas o hacer algo que no sea estar aquí?—

—La verdad es que no, creo que ya estoy bastante acostumbrada a todo esto—dijo con una sonrisa mientras abría la puerta.

Y joder, su sonrisa me embelesa. Esta es tan hermosa como lo es ella.

—Vamos, te serviré el almuerzo en un momento—

Tragué saliva.

Parecía que me estaba invitando a otra cosa y no almorzar.

»Joder conmigo«

Me di una pequeña bofetada sacudiendo la cabeza cuando ella entró a casa primero.

—Necesito ayuda, esta chica va a acabar conmigo, es una gran tentación prohibida—murmuré para mí mismo mientras entraba a casa detrás de ella.

Mi impaciencia aumentó en mí, ya no sabía qué más hacer, me había levantado del sofá y me había vuelto a sentar, Me rasqué varias veces la cabeza impaciente, Ya casi me estaba quedando hasta sin uñas, cosa que nunca me gustaba hacer, pero esta vez será o comerme las uñas o comérmela ella.

Ya la veo venir en mi dirección con una bandeja en sus manos la cual traía un plato de comida para mí.

Me miró y pude sentir en sus hermosos y deslumbrantes ojos color miel un brillo de ¿Cariño quizás?.

Todo lo que viene de ella me confunde, por eso a veces no sé expresar lo que veo en ella.

Esto que me pasa no debería estarme sucediendo, ya no puedo controlar nada de lo que sale de mí ni lo que viene de ella.

—¿Te quedas aquí o en el comedor?— tú pregunta me hace salir de mis pensamientos para volver a la realidad.

—Estoy bien, déjalo en la mesa por favor—dije sin apartar los ojos de ella.

Se inclinó un poco para dejar la bandeja en la pequeña mesa adelante, y tuve una gran visa de su tentador escote revelando sus pechos pálidos y suaves.

»¿Le sale natural o lo hace a propósito para invitarme?«

No entiendo por qué no puedo controlar mis deseos. Tragué salió y apreté los puños para controlarme.

Se enderezó y me sonrío levemente lo cual la hizo ver más hermosa de lo que.

Mi erección se hizo presente inmediatamente.

—Ahí tienes. Puedes comer y marcharte—se dio la vuelta y se marchó en dirección a la cocina.

—Sámara—Me encontré deteniéndola.

—¿Sucede algo papá?—dijo dándose la vuelta para mirarme fijamente.

—¿Ya almorzaste?—

—No, pero ya lo voy a hacer—

—Bueno, ven y te unes a mí—

—Pero...—

—Sin peros, Sámara—dije interrumpiéndola. —Sería algo nuevo y agradable, y así ahorramos más comida—

La expresión en su rostro era notablemente de asombro.

Ayúdenme.

Mis ganas de besarlo eran desesperadamente urgente.

Ella me quedó mirando detenidamente sin decir nada. En su atenta mirada podía ver los signos de interrogación y la reticencia al mismo tiempo en todo su ser.

¡Dios!

»Yo también sé que no debería estar pidiendo tal cosa«

—No—

—¿No se supone que debemos hacer cualquier cosa para llevarnos bien?—Llevo su mirada hacia sus dedos tímidamente, la vi lamerse sus labios y me obligué a mirar hacia otro lado. Ambos nos prometimos no volver a repetir el error de la noche anterior. —Está bien, No te preocupes no pasa nada—

—Ya vuelvo, iré a la cocina por mi comida—se dio la vuelta de inmediato y la vi irse, admiren su trasero moviéndose pero me obligué nuevamente apartar la mirada y evitar la tentación.

Tomé mi comida y comencé a comer, haciendo mi mejor esfuerzo para alejar los pensamientos ardientes de mi mente.

Toda esta tentación prohibida, me llevará a un infierno...