¿Morir así de miserable? Esta novela es una mierda. Todos son unos lunáticos.
‹El villano maldito›, era una popular novela histórica sangrienta y con un romance un poco torcido. Leí el libro hasta que mi cuerpo enfermizo no pudo ni siquiera sostener el libro, y quedé ciega. No debí tener siquiera una pizca de lástima por el final miserable de la protagonista de la historia, ¡Entonces no habría reencarnado en su cuerpo! La princesa heredera y, el personaje más lamentable del libro. Murió tratando de dar a luz al heredero del frío y despreciable príncipe maldito, a quien amó sinceramente. El feto ni siquiera esperó 9 meses, como un monstruo, desgarró el vientre de su madre. No sé que pensaba esa princesa, pero no tendré una muerte tan lamentable otra vez. “En primer lugar, debo cancelar ese maldito compromiso”—Pero, ese desgraciado príncipe me tomó de la mandíbula y frunció el ceño atractivamente —“¿No me amas?—¿Estás tratando de escapar de mí?”.
原创故事。
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Capítulo 6 : ¡Corre!/¿Quién eres tú?
Lo pegué aún más hacía mí.
Demonios, este cuerpo poseía la fuerza suficiente como para manejar a este hombre tan grande.
Aunque fallé miserablemente cuando su cuerpo chocó contra el mío y me hizo tambalear.
Movió la mano ágilmente y la deslizó en mi espalda desnuda.
Mierda, ¡está fría!
Mi pequeño cuerpo se retorció, separando mis labios de los suyos.
Quedé aturdida. ¿Cómo es que este cuerpo puede ser tan sensible por el frío?
Giré la cabeza, mis pupilas se movieron desesperadamente, buscando intrigantes por todo el alrededor.
¿Ese malnacido se escapó?
—¿ma'am?
Ah, Zorám, lo olvidaba.
Alce la mirada, desvergonzadamente.
¿Quizás... he cometido un error con este inocente hombre?
Sus ojos suplicantes se clavaron en los míos y sus cejas se relajaron. El cuello, las orejas y las mejillas colaboraron para enrojecerse tanto como lo estaban sus labios debido al maquillaje que dejé en ellos. Se veía completamente indefenso ante mí.
Já, ¿Por qué debería de sentir lástima? Esto no es nada comparado a todos los malditos que hostigaron este cuerpo.
Bajé la cabeza otra vez.
—He cometido un grave error en contra de mi señor.
Traté de moldear mi voz a una que se escuchara más arrepentida y dolida, pero, a este punto, daba asco actuar.
—A-Ah-n-no, m-ma'am no tiene que arrepentirse.
Lo miré.
Vamos, si lo dices así una vez más, entonces jugaré contigo todo lo que quiera.
—¿Mi señor no se arrepiente?
Mi mirada se dolió.
—No es así, ma'am.
—Lamento molestar.
Una sonrisita se formó en mis labios cuando mire a la maquillista.
La mujer hizo una mueca hilarante cuando notó el ambiente.
—¿Me ha estado buscando?
Sus ojos me miraron fijamente mientras hacía otra mueca. Esta mujer sabe que quiero largarme de aquí.
Volví mis ojos a Zorám. Traté de juntar las cejas y jugué nerviosamente con mis manos, tratando de parecer avergonzada.
—D-Debo regresar a mis aposentos, pero, m-me gustaría volver a encontrarme con mi señor.
Zorám rascó su nuca, tratando de no mirarse tan abatido. Asintió tímidamente con un "Hunm" de nuevo.
Esbocé una sonrisa, una sonrisa que, inesperadamente, lo hizo sonreír también a él.
Volví mi cuerpo y comencé a caminar, justo por donde vine. La maquillista me siguió.
—¿Dónde estabas?
Toda la fachada se cayó. Ninguna otra emoción se reflejó en mi semblante más que una tenue molestia.
—Lamento que no me encontrara. Algunos hombres pidieron mi ayuda con algunas direcciones por el templo, pero me perdí y no pude volver.
Levanté una ceja.
—¿Has dado instrucciones de dirección, pero te has perdido tú?
Que estupidez.
—Así es.
Volví mi vista, mirándola de reojo, lo que decía era una completa tontería, una mentira segura, pero su rostro estaba tan serio que cualquiera podría creerle.
Bufé.
—¿Cuál es tu nombre?
—Puede llamarme Borá. Es la abreviatura de mi nombre Boráyìng.
¿Borá? ¿Boráyìng? No recuerdo haber leído ese nombre en la novela. ¿Sigue mintiendo?
—Hunm.
Vi como se llevó la mano a la boca y se rio entre dientes.
Levanté una ceja, mirándola.
—Usted ha cambiado.
—¿Huh?
—Usted, solía ser muy tímida e incapaz. Incapaz de siquiera refutarle a su madre, e incapaz de mirar a otro hombre que no fuera Hwan. Siendo sincera, solía pensar que usted era muy patética.
Muy sincera, a mi parecer.
—Aunque le tenía algo de lástima, no hay peor ciego que el que no quiere ver, ¿verdad? Entonces, cuando dejó de ser patética, sentí muchas ganas de servirle.
Mi cuerpo dejó de caminar. Y mis ojos indagaron en ella.
—Que boca tan grande. Puedo echarte, ¿eres consciente acerca de eso?
Sus labios se curvaron mientras se acercaba a mí.
—Oh, por supuesto que lo sé, pero, no lo hará, ¿verdad? Ya que, no estoy equivocada. También he sido de ayuda hoy—hizo una mueca, orgullosa.
Mostré los colmillos cuando sonreí, mis dientes, levemente manchados de pintura de flores roja.
—¿Dijiste que tu nombre es Borá?—la miré—Sirveme bien.
Me dejó ver una sonrisa satisfecha en sus labios.
Volví mi cuerpo y seguí caminando. Borá me siguió. Nos perdimos entre la gente, hasta llegar a la salida del templo. Custodiada al menos por cuarenta hombres vestidos con túnicas negras de pies a cabeza.
—¿No se cambiará el atuendo antes?
Moví la cabeza.
—Aunque he asistido hoy, soy una especie de intruso en Hwanhuan ahora mismo. Borá, dime, ¿son tus habilidades de actuación buenas?
Soltó una risilla orgullosa. Se me acercó para cubrirme la cabeza entera con el velo, y comenzó a caminar delante de mí.
Dos guardias se interpusieron en su camino de inmediato. Uno de ellos la miró a ella, el otro me miró a mí.
—Nombre.
La interrogó uno, agarrándola de la muñeca para que no siguiera avanzando.
Se soltó del agarre hábilmente y miró amenazante al guardia.
—¿Qué demonios? No me toques.
El hombre se sorprendió.
—¿Huh?
—¿Sabes lo que le hacen a los que abusan sexualmente de las mujeres aquí en Hwanhuan?
Una risilla escapó de mis labios.
Ella es buena.
Escondió las manos e hizo una especie de señal.
Asentí y me moví disimuladamente, escondiéndome de la mirada de los dos guardias que ahora la miraban a ella.
Tengo que escabullirme de aquí.
—Loca mujer, ¡Solo te he pedido tu nomb-!
—¡La otra mujer escap-!
El puño de Borá estalló contra la cara del otro guardia antes de que pudiera terminar de delatarme.
Fue lo último que vi antes de correr de nuevo por esas calles, siendo perseguida por un montón de guardias que visten túnicas.
¿Es acaso esto un déjà vu?
Esta vez fue más fácil perderlos, todas las calles estaban repletas de gente debido a la ceremonia de conmemoración de Hwan. Así que, tranquilamente pasé de correr a caminar, incluso eché un vistazo a los puestos de comida.
¡Ah, estoy muriéndome de hambre!
Ese hombre, todo lo que hizo fue besarme, ¡pero ni siquiera me dio algo de comida!
Ahg.
Mis pies descalzos dolían intensamente, hasta el punto de sangrar.
Seguí caminando, renqueando.
Eso, hasta sentir un jalón en el brazo que me arrastró fuera de la multitud.
Jadeé cuando mi espalda chocó en contra de la pared.
¿Já? ¿Quién-?