Tu Dulce Aroma

Carter sabía que todo lo que estaba haciendo tendría consecuencias, pero no era acaso el ser un joven alfa una etapa en la vida que no debía saltarse?

Nunca había podido coquetear con otros omegas, ni siquiera plantearse la posibilidad de pasarlo bien con alguien más que no fuera Skylar. Y no es que desmereciera el hecho de que era un omega realmente bello, sentía orgullo al presumirlo, pero la realidad era que él no lo eligió.

Todo fue un designio entre dos familias adineradas y que eran amigas, una forma de sellar un trato. Trato que ahora le estaba pesando, estaba por cumplir la mayoría de edad e iba a entrar a la universidad, su vida recién estaba comenzando y el peso de la responsabilidad de un compromiso que ni siquiera eligió lo tenía ahogado.

Ya había intentado terminar el compromiso hablando con su padre, le explicó sus dudas y que sentía que era demasiado joven para casarse.

- Hijo, hay algo que debes entender. El deber con la familia y la empresa siempre estará por encima del amor y esas nimiedades. - Los ojos del alfa mayor se tornaron oscuros - Es cierto eres joven, pero tu madre y yo ya estábamos casados antes de que terminara la universidad, unir ambas empresas en aquel momento con nuestro matrimonio fue la mejor decisión y gracias a ello hoy puedes disfrutar de todo lo que posees. - La voz de alfa resonaba con orgullo al recordar aquello.

- Pero, ¿Nunca dudaste?, digo esta bien ustedes dos se aman, pero antes de mamá conociste a otros omegas, tuviste más experiencias que yo... Yo siento que estoy atrapado con Skylar, no tenemos nada en común y si es algo para toda la vida quisiera al menos elegir a mi pareja. - Carter trataba de ocultar la desesperación en su voz.

- El amor está sobrevalorado, eres un idealista. Puedes divertirte con otros omegas si quieres, todos los que quieras, pero Skylar es y será siempre el único que reconocerás como pareja. - Había un dejo de desdén en sus palabras.

- ¿Cómo podría hacerle eso a Skylar? Se supone que debo respetar a mi pareja, es como si me dijeras que tienes otros omegas además de mamá. - La sola idea le parecía inconcebible.

El viejo alfa lo observó inquisidoramente, en el fondo sabía el porqué quería romper el compromiso, pero era aún más importante el porque mantenerlo pese a todo. Era su único hijo, estaba demasiado mimado por su esposa, pero eso no impedirá que cumpla su deber.

- Cuando llegue el momento lo entenderás. Por ahora solo dedícate a tus deberes y no vuelvas a hablar sobre terminar el compromiso. - El tono de voz seco daba a entender que no había derecho a réplicas.

En aquel momento quedó más confundido aún, pero ahora lo estaba entendiendo... Skylar no tenía que saber todo lo que él hacía, al fin y al cabo, una cosa no quitaba la otra.

Rosaura era mucho más abierta en todo aspecto, no andaba con rodeos y eso le encantaba. Habían pasado todas las tardes juntos desde aquella primera vez.

La familia de la omega, tenía una pequeña empresa familiar y no eran tan conocidos, sabía perfectamente lo que ella intentaba hacer todo el tiempo.

No le molestaba realmente, le causaba gracia ver los intentos por lograr hacer que la eligiera a ella, habían tenido una conversación desagradable al menos para él una tarde después de haberse acostado, ella no paraba de hablar sobre lo compatible que eran ambos.

-... Solo digo que parece que hemos estado pasando mucho tiempo juntos, somos realmente compatibles en muchos ámbitos... - la voz suave de la omega era casi un ronroneo.

El alfa levantó una ceja y la observó largamente, hasta hacerla sentir incómoda.

- No creas que te estoy presionando para llegar a algo, entiendo que esto es una relación secreta. Pero hay cosas que son demasiado obvias al menos para mi. - Los ojos brillantes de la chica parecieron irritar un poco mal alfa.

- No sé qué ideas locas se estén formando en tu cabecita, pero el hecho de que me acueste ocasionalmente contigo no quiere decir nada más que eso. Un momento placentero para los dos. - El alfa creo una pared invisible que choco duramente con las ilusiones de la omega.

Ella se incorporó rápidamente y se cubrió con una sabana, tenía las mejillas rojas por la vergüenza.

- Sé que no tengo derecho a pedirte nada, pero no creas que yo soy cualquier cosa para tratarme de esa forma. No soy un plato descartable. - La voz de la omega sonaba aguda conteniendo su ira.

El alfa se puso de pie y comenzó a vestirse, ignoró por completo a la omega que seguía aferrándose a las sábanas.

- Ros, espero que no hayas confundido las cosas, pero te recuerdo que fuiste tú quién me busco primero y sabias exactamente lo que querías, lo hemos pasado bien y creo que esto ha llegado a su fin. - El rostro serio de Carter hacia juego con su mirada fría, la observaba como si se tratara de algo desagradable, que le causara repugnancia.

Rosaura temblaba de ira sujetando la sabana con toda su fuerza, sabía que tenía razón y eso era lo que más le molestaba. Pero estaba decidida a no dejarlo ir tan fácilmente, ese alfa no podría mirarla con desprecio sin pagar.

- Te crees tan importante... Pero te olvidas que puedo contar todo sobre lo que hemos estado haciendo y tu reputación se irá al diablo, no dejaré que te burles de mi y me encargaré de hacerle la vida imposible al mojigato de Skylar. - Habia veneno en cada palabra, decidida a cumplir con cada una de ellas.

Su respiración era fuerte y su pecho subía y bajaba con rabia, nunca se había sentido tan humillada como en ese instante. Ya no tenía nada que perder, el estúpido alfa que había seducido para lograr aumentar su estatus la había desechado fácilmente y eso la estaba volviendo loca.

Sin embargo, Carter no se había movido ni un ápice, la observaba desde el mismo lugar como quien observa a un animal muerto.

- Cuida tus palabras, creo que has olvidado tu posición. Basta un solo movimiento de mi parte y puedo hundir los negocios de tu padre, basta una sola palabra adecuada y puedo hacerlos desaparecer del mapa social. Considero que estoy siendo generoso al darte la oportunidad de redimir tus palabras no hagas que me arrepienta. - La voz monótona del alfa resonó en los oídos de Ros, su labio inferior comenzó a temblar.

Antes de salir del cuarto se volteó y por un momento sus ojos brillaron.

- Jamás te vuelvas a referir sobre Skylar de esa manera, eres hermosa es cierto, pero toda flor se termina marchitando. Skylar posee algo que tú jamás tendrás. Intenta hacerle daño o decirle algo sobre lo que tu ilusa mente haya creado en tu imaginación y no dudaré en borrarte del mapa. - El alfa no pudo evitar sonreír al escuchar sus propias palabras, podía decirlo ahora, entendía las palabras de su padre.