“Primero fue una obsesión... luego, una condena disfrazada de amor.”
Dayana dejó atrás su mundo para perseguir un futuro como estudiante de medicina, sin saber que su destino cambiaría con una sola mirada en un aeropuerto. Suang, un hombre frío, poderoso y marcado por la oscuridad, la quiso solo porque no podía tenerla.
La obligó a ser su esposa, no por amor, sino por capricho.
Pero con el tiempo, algo inesperado comenzó a quebrar su control: el amor. Un amor que llegó demasiado tarde.
Encerrada en una jaula de lujos, Dayana aprenderá que no todos los sentimientos salvan… algunos destruyen.
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#7
Mientras Suang se encontraba en su casa, recibiendo información sobre la posible amenaza a su negocio, Dayana se encontraba en el hospital, comenzando su segundo día de trabajo.
Dayana se sentía más segura y confiada en su nuevo papel de enfermera. Había pasado la noche anterior estudiando y preparándose para el día siguiente, y se sentía lista para enfrentar cualquier desafío que se le presentara.
Mientras caminaba por los pasillos del hospital, Dayana se encontró con la enfermera Park, que la saludó con una sonrisa.
-Buenos días, Dayana- dijo la enfermera Park. -¿Cómo te sientes hoy?-
Dayana sonrió y se encogió de hombros. -Me siento bien, gracias. Estoy lista para comenzar el día-
La enfermera Park asintió y la guió hacia la sala de enfermería. -Bien, porque hoy vamos a tener un día muy ocupado. Tenemos varios pacientes nuevos que requieren atención especializada-
Dayana asintió y se preparó para enfrentar el desafío. Estaba ansiosa por aprender y demostrar sus habilidades como enfermera.
Dayana caminaba por el pasillo del hospital, dirigiéndose hacia la habitación de uno de sus pacientes. Mientras caminaba, se encontró con uno de sus compañeros de trabajo, el doctor Lee.
-Hola, Dayana- dijo el doctor Lee con una sonrisa. -¿Cómo te va hoy?- el doctor lee parecía ser bastante joven pero aun así tenía un aspecto serio
Dayana sonrió y se detuvo un momento para charlar con el doctor Lee. -Me va bien, gracias. Estoy un poco ocupada con los pacientes, pero todo va bien-
El doctor Lee asintió y comenzó a hablar sobre uno de los pacientes que estaban tratando juntos. Dayana escuchó atentamente, tomando nota mentalmente de los detalles que el doctor Lee le estaba proporcionando.
Después de unos minutos de charla, Dayana miró su reloj y se dio cuenta de que debía ir a atender a su paciente. -Lo siento, doctor Lee, pero tengo que ir a atender a mi paciente- dijo.
El doctor Lee asintió y sonrió. -Claro, no te detengo. Buena suerte con tu paciente-
Dayana sonrió y se despidió del doctor Lee. Luego, continuó caminando hacia la habitación de su paciente. Al llegar a la puerta, se detuvo un momento para prepararse antes de entrar.
Tomó una profunda respiración, se ajustó el uniforme y abrió la puerta. -Buenos días-dijo con una sonrisa, mientras entraba en la habitación para atender a su paciente.
en la habitación se encontraban tres personas; un niño sentado en la camilla, un hombre y una mujer posiblemente los padres del antes mencionado. Dayana se acercó a los padres- mucho gusto- dijo sonriendo lo más cortes posible
-Muy buenos días- respondió la señora Su, sonriendo y extendiendo la mano para saludar a Dayana. -Soy la señora Su, y este es mi esposo, el señor Su. Nuestro hijo, Dre, es el paciente-
Dayana estrechó la mano de la señora Su y luego la del señor Su, saludándolos con una sonrisa. -Mucho gusto, señores. Soy Dayana, la enfermera asignada a cuidar a Dre hoy-
El señor Su asintió y se inclinó ligeramente hacia adelante. -Gracias por cuidar a nuestro hijo, Dayana. Estamos muy preocupados por su salud-
Dayana sonrió y se acercó a la camilla donde Dre estaba sentado. -No se preocupen, señores. Estoy aquí para ayudar a Dre a recuperarse. ¿Cómo se siente hoy, Dre?- preguntó, sonriendo al niño.
Dre la miró con ojos grandes y asustados, pero luego sonrió ligeramente. -Me duele un poco la cabeza-dijo en voz baja.
Dayana asintió y comenzó a revisar los registros médicos de Dre. -Vamos a ver qué podemos hacer para ayudarte a sentirte mejor, ¿de acuerdo?- dijo, sonriendo al niño.
La señora Su se acercó a la camilla y se sentó al lado de Dre, acariciándole el cabello. -¿Te duele mucho, mi amor?- preguntó, mirándolo con preocupación.
Dre asintió y se apretó la frente con la mano. -Un poco, mamá-dijo.
Dayana observó la escena y sonrió. -No se preocupen, señores. Vamos a hacer todo lo posible para ayudar a Dre a sentirse mejor. ¿Puedo preguntar qué medicamentos ha estado tomando?-
El señor Su sacó un papel de su bolsillo y se lo entregó a Dayana. -Esto es lo que el doctor nos recetó ayer- dijo.
Dayana revisó el papel y asintió. -Excelente. Vamos a seguir con el tratamiento y ver cómo evoluciona Dre. También voy a pedir que le hagan algunas pruebas para asegurarnos de que no haya nada más grave-
La señora Su asintió y se levantó de la camilla.
-Gracias, Dayana. Estamos en buenas manos contigo-
Dayana sonrió y se dirigió hacia la puerta. -No se preocupen, señores. Estoy aquí para ayudar a Dre a recuperarse. Voy a ir a pedir que le hagan los exámenes y luego volveré a verificar cómo está-
Con eso, Dayana salió de la habitación y se dirigió hacia el laboratorio para pedir que le hagan las pruebas a Dre.
Dayana llegó a la enfermería y se acercó a la mesa de recepción, donde estaba sentada una de sus colegas, la enfermera Rodríguez.
-Hola, Dayana- dijo la enfermera Rodríguez, sonriendo. -¿Qué necesitas?-
-Necesito que se le hagan algunas pruebas a Dre, el paciente de la habitación 304- dijo Dayana. -El doctor Su quiere asegurarse de que no haya nada más grave-
La enfermera Rodríguez asintió y comenzó a teclear en la computadora. -Voy a pedir que se le hagan las pruebas de sangre y orina. También voy a llamar al laboratorio para que envíen a alguien a tomar las muestras-
Dayana asintió y se dirigió hacia la puerta. -Gracias, María. Te dejo todo en tus manos-
La enfermera Rodríguez sonrió y se despidió de Dayana. -No hay problema, Dayana. Estoy aquí para ayudarte-
Dayana salió de la enfermería y se dirigió de regreso a la habitación de Dre. Al llegar, encontró a los señores Su sentados al lado de la cama, mirando a su hijo con preocupación.
-¿Cómo está?- preguntó Dayana, acercándose a la cama.
La señora Su se levantó y se acercó a Dayana. -Está un poco mejor- dijo. -Pero todavía tiene dolor de cabeza y está muy cansado-
Dayana asintió y se sentó al lado de la cama. -Voy a revisar sus signos vitales y ver cómo está- dijo. -Y pronto vendrán a tomar las muestras de sangre y orina para las pruebas-