Embarazado Del Padre De Mi Ex-novio

—Será averiguar de qué tienda fue comprado y los clientes que llegaron ese día a comprar.—

Paul lo dijo con tanta seguridad que por un momento pensé que era Sherlock Holmes con esteroides.

—¿Y cómo se supone que haremos eso? ¿Vas a olfatear la flor y que te lleve hasta el lugar? —respondí rodando los ojos.

—No seas idiota. Traje la tarjeta que venía con el ramo. —Sacó un papelito doblado de su mochila como si fuera la piedra filosofal.

La tarjeta era fina, con letras doradas y un logo en la esquina: “Lilium Boutique Floral”.

Ya con eso Paul me arrastró—literalmente—fuera del instituto.

Media hora después, estábamos parados frente a una tienda que parecía más un palacio de princesas que una floristería. Todo rosa pastel, con ventanales llenos de tulipanes, peonías y... girasoles.

Sí. Esos girasoles de mierda.

—No quiero entrar. Ya me siento estúpido parado frente a esta cosa.

—Cállate y entra —Paul me empujó del cuello como si fuera un niño de cinco años.

Una campanita sonó al entrar. El aire olía a perfume de abuela rica mezclado con polen. Atrás del mostrador, un señor delgado con un bigote perfectamente recortado nos recibió con una sonrisa brillante.

—Bienvenidos a Lilium Boutique. ¿En qué puedo ayudarles, jovencitos?

Paul fue directo.

—Hola, sí. Queremos averiguar quién compró este ramo. Lo entregaron en el instituto ayer.

Yo, por supuesto, deseaba desaparecer. La vergüenza me llegó hasta los calcetines.

El florista tomó la tarjeta y entrecerró los ojos.

—Oh, sí, sí... ese encargo fue muy especial. Muy insistente el cliente.

¿Qué? ¿Insistente? ¿Cómo que insistente?

—¿Puedo saber quién fue? —preguntó Paul con voz amable, pero firme. Su voz de "colaborá o te demando".

El florista ladeó la cabeza.

—Lamento decir que es información confidencial... Pero recuerdo que era un hombre muy elegante. Imponente, de esos que parecen sacados de una revista de lujo. Alto, trajeado, muy alfa...

Me puse blanco. Paul me miró con una ceja alzada.

—¿Recuerda su nombre? —volvió a intentar Paul.

El florista sonrió nervioso.

—No... Pero... dejó una tarjeta negra con letras plateadas. La empresa para la que trabaja... Lux Corp.

Paul y yo nos miramos. Nunca habíamos escuchado esa empresa.

Pero sonaba a mafia, lujo, o ambos.

—Y otra cosa... —agregó el florista, bajando un poco la voz—. Él preguntó por usted. —Me señaló directamente.

Sentí un escalofrío recorrerme la espalda.

—¿Yo?

—Sí, usted. Describió su cabello, su altura, su voz. Y dijo: "Asegúrese de que el ramo le llegue a él. A nadie más."

Mis piernas temblaban. Y no era por el aire acondicionado.

—Gracias... —murmuró Paul, tirando de mi brazo hacia afuera.

Ya afuera, me senté en la vereda. El corazón me latía como si hubiese corrido un maratón. Paul se agachó frente a mí.

—Ese cabrón sabe exactamente quién eres. Te está siguiendo.

—¿Qué hago, Paul? ¿Y si es un secuestrador elegante? ¿Y si me quiere robar los órganos?

—¿Quién roba órganos con flores de lujo, idiota?

—¡Los ricos aburridos!

Paul suspiró, poniéndose en pie.

—No vamos a parar. Vamos a descubrir quién es ese tipo. Pero Emil... tienes que estar preparado para lo que encontremos.

—¿Peor que lo que ya vivo? Adelante.

Mentira. Me moría del miedo.

𝙏𝙤 𝘽𝙚 𝘾𝙤𝙣𝙩𝙞𝙣𝙪𝙚𝙙...

NOTA: Me disculpo de todo corazón por no subir durante un buen tiempo. Tuve bloqueo de escritor, y se preguntaron, ¿Tanto tiempo? Y bueno si no se lo preguntaron.

Igual se los digo, tuve un bloqueo y aburrimiento por escribir. Suena tonto, pero es la verdad. Y nuevamente, mis más sinceras disculpas