Después de caer inconsciente Valeria, una exitosa cirujana de 34 años, despierta en el cuerpo de una joven noble llamada Mu Wanru, en una distancia ficticia inspirada en la antigua China. Mu Wanru ha sido envenenada por sus hermanastras.
Ahora atrapada en un cuerpo frágil y en una corte plagada de intrigas. Valeria deberá usar su mente moderna y sus conocimientos médicos, su carácter fuerte para sobrevivir. Sin intención de convertirse en la concubina de nadie y menos de un emperador cruel.
Pero un general frío y distante con oscuros secretos, se interpondra en su camino y en su corazón.
¿Qué hará Valeria para poder sobrevivir?
¿ Quién será ese General?
Te invito a leer esta increíble historia, llena de intriga, romance y pasión.
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El destino se inclina en el templo
La brisa templada del noveno mes acariciarlos pinos altos que custodiaban el camino hacia el templo de la Grulla Dorada, uno de los más antiguos y venerados de la capital imperial. Aquel día se celebraba el festival de oración por la salud de los ancestros, y nobles familias acudían a encender incienso, hacer donaciones y demostrar su devoción y en muchos casos, también su estatus social.
Entre los carruajes lujosos y los grupos de nobles vestidos con sus mejores sedas, la familia Mu descendió con elegancia discreta. El ministro Mu caminaba al frente seguido por su esposa Su Rong y sus hijas Quingyi y Zhenzhen, ambas parecían más interesadas en lucirse que en orar. Más atrás Wanru, con una vestimenta sencilla en azul pálido y un peinado recogido con una sola horquilla de jade.
Los murmullos empezaron a sentirse a sus espaldas, algunos miraban con curiosidad, otros con celos a la joven del clan Mu. Hacía poco que Wanru había regresado de la muerte con dones de doctora celestial.
Su padre, el ministro Mu que antes apenas la miraba, ahora comenzaba a observarla con una mezcla de curiosidad y orgullo silencioso. Su madtastra con un creciente resentimiento.
--- No entiendo por qué tiene que venir ella, solo arruina a nuestra familia, ---- dijo Quingyi
---- Cállate, tu padre la invito personalmente y tú sonríe hay muchas miradas hoy,--- les llamo la atención Su Rong a sus hijas.
Los escalones del templo estaban llenos de devotos monjes. Monjes vestidos con hábitos color azafrán recibían a los visitantes, guiándolos hacia el salón principal. El aire olía a incienso, flores frescas y promesas susurradas.
Mientras la familia Mu se disponía a subir, un grito agudo rompió el murmullo del lugar.
--- ¡El maestro Hui an se ha desmayado!!,---- gritaban
La multitud se agitó, entre los presentes, un grupo de monjes rodeaba maestro Hui an, el abad del templo, que yacia inconciente, el pulso débil, y algunos creían qué era una señal de mal augurio.
---¡Llamen a un médico!,--- decía uno de los monjes
--- Yo me encargo, --- dijo una voz firme
Todos se giraron hacia la joven de rostro tranquilo y mirada decidida qué se abría paso entre la multitud.
--- Wanru, no te acerques hay médicos del palacio, --- dijo su padre
---- Él no puede esperar a que lleguen,--- respondió Wanru
Se arrodillo junto al abad, colocó dos dedos en su muñeca y cerró los ojos. Tras unos segundos frunció su ceño.
--- Tiene el pulso desordenado y su respiración está atrapada en el pecho, es un bloqueo de energía, tal vez por agotamiento, pero si no se trata de inmediato, puede convertirse en algo fatal, ----dijo Wanru
Saco un pequeño estuche de su manga, era su kit de acupuntura, que nunca dejaba atrás. ---Necesito agua tibia, una toalla y silencio,---
Todos obedecieron había algo en su tono de voz que no permitía dudar.
Mientras insertaba las agujas con presión en los puntos clave del pecho y las muñecas del abad, alguien observaba desde la distancia. Una dama vestida de brotado gris perla, con cabello recogido en un moño impecable y expresión serena. Era la viuda del general Xie, defensor del norte. La madre del temido general Xie Liangchen.
---- ¿Quién es esa muchacha?,---- pregunto con tono suave a su doncella
---- Es la hija menor del ministro Mu, hija de una concubina, pero dicen que es una médica prodigiosa, ---- respondió la doncella
---- Así que es ella, la prometida de mi hijo, interesante, --- dijo la señora Xie
El maestro Hui an comenzó a respirar mejor, su rostro recuperando algo de color, al cabo de unos minutos, abrió lentamente los ojos. Los murmullos de la multitud se convirtieron en exclamación de alivio y asombro.
----¿ Qué?,--- exclamó el anciano
--- ha sufrido un colapso por exceso de fatiga y practica espiritual, debe descansar, infusiones de ginseng y evitar ayunos prolongado, --- el tono de voz de Wanru era suave
El anciano asintió débilmente.---- Tienes manos venderías,---
Los monjes se inclinado ante ella, y los nobles que la habían mirado con indiferencia ahora murmuraban entre ellos, ¿ cómo era posible que una bastarda tuviera esa habilidad? ¿quien le había enseñado?
El ministro Mu estaba estupefacto, su hija acababa de salvar al abad de uno de los templos más sagrado de la capital. La gente lo miraba a él ahora con más respeto.
No todos estaban contentos, --- sinvergüenza, quiere llamar la atención como una vulgar curandera,-- murmuró Su Rong
---- Se nota que quiere llamar la atención, ---- murmuró Qingyi
Pero la señora Xie no dejaba de verla.
Unas horas más tarde, después de haber ofrecido sus respetos en el salón del templo. la señora Xie se acercó a la familia Mu.
---- Ministro Mu, que hija tan impresionante, --- dijo la señora Xie, su porte elegante
---- gracias señora Xie, Wanru ha mostrado un talento inesperado, --- respondió el ministro Mu girando su cuerpo para responder
Su Rong y Quingyi mostraron una sonrisa falsa, pero la señora del norte no las miro.
--- ¿Me permitiría conversar un momento con ella?,--- pregunto la señora Xie
---- por supuesto, Wanru es la prometida de su hijo,--- respondió el ministro
Wanru se acercó y saludos con una reverencia respetuosa.
--- He escuchado rumores sobre ti, joven Wanru, pero ver con mis propios ojos es otra cosa. Salvaste al abad Hui an, con calma conocimiento y modestia. No es común entre las jóvenes nobles,--- dijo la señora
--- No es mérito mio señora, solo hice lo que mi conciencia me dicto como médica,--- respondió Wanru
La señora Xie asintió lentamente, le gustaba esa respuesta, no había arrogancia, ni falsa modestia.--- Mi hijo el general Xie Liangchen, regresa en unos días de la frontera, haré que la boda se realice de inmediato, ---
Las palabras cayeron como piedra en un río con calma, la señora Su Rong y sus hijas palidecieron, Quingyi abrió la boca incrédula, pero no podía hablar.
---¿ El general xie?,-- pregunto Wanru manteniendo la compostura
--- Así es, serás una esposa ideal para él, calmada y con cabeza propia, no una muñeca de salón de té, mi hijo necesita mano dura es muy terco,--- sonrió la señora Xie, se despidió con cortesía.
El ministro Mu miró a su hija, por primera vez noto algo en ella, --- Un edicto imperial se debe cumplir, Su Rong, organiza el mejor vestuario de boda y el adote todo debe estar a la altura del prestigioso clan Mu,----