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Latidos Prohíbo

Latidos Prohíbo

Status: Terminada
Genre:Doctor / Reencuentro / Amor-odio / Maestro-estudiante / Polos opuestos enfrentados / Donde hubo fuego cenizas quedan / Completas
Popularitas:208.1k
Nilai: 4.7
nombre de autor: milva

Ella es Isabela "Isa" Moreno, una estudiante de medicina determinada a convertirse en doctora para asegurar un futuro para su hijo. A sus 24 años, ha aprendido a ser fuerte, a sobrevivir sin ayuda y a mantener su vida privada en secreto. La última persona con la que querría cruzarse es con un profesor prepotente, un colega que la trata fríamente y el hombre que la marco de por vida pero el destino tiene otros planes.

NovelToon tiene autorización de milva para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capítulo 6

Por encima de todos

Leonardo Santamaría sonrió para sí mismo.

Esto no era nada nuevo. Era un juego que dominaba a la perfección. Mientras hablaba de anatomía y procedimientos quirúrgicos, debajo del escritorio alguien se entretenía con él. ¿Inapropiado? Tal vez. ¿Peligroso? Un poco. ¿Interesante? Siempre.

El poder de controlar cada situación, de jugar con los límites sin que nadie se diera cuenta, era algo que lo divertía.

Pero entonces lo sintió.

Una mirada clavada en él con demasiada intensidad.

Isabela Moreno.

No se molestó en apartar la vista de la clase de inmediato. Primero, terminó su frase con calma, asegurándose de que su voz no traicionara ni un ápice de placer. Luego, con la misma arrogancia con la que vivía su vida, levantó la vista hasta encontrarla.

Ahí estaba ella, en la tercera fila, rígida, con los labios apretados y los ojos encendidos con algo que casi le sacó una carcajada.

Indignación.

Leo la miró directo a los ojos, sin prisa. Sin culpa.

¿Acaso pensaba que lo iba a avergonzar con su expresión severa? ¿Que su moralidad barata lo haría sentir expuesto?

Pobrecita.

Si había aprendido algo en su vida, era que las reglas eran solo para la gente común. Para los que se esforzaban en caerle bien al mundo. Para los que vivían esperando que los demás les dieran permiso para existir.

Él no era uno de ellos.

Él hacía lo que quería.

Y si Isabela Moreno creía que con una mirada fulminante iba a hacerle bajar la cabeza, iba a llevarse una gran decepción.

Se apoyó en el escritorio con toda la tranquilidad del mundo, sin romper el contacto visual con ella. En su rostro se dibujó una sonrisa apenas perceptible, casi burlona.

Sabes lo que está pasando, ¿verdad?

Esa fue la pregunta silenciosa que le lanzó con la mirada.

¿Y qué vas a hacer al respecto?

Porque, al final del día, Leonardo Santamaría siempre ganaba.

Isabela Moreno tenía claro su objetivo: graduarse y largarse de ese lugar.

Lo que pasó aquel día en la clase con Santamaría fue asqueroso, repugnante, y dejó en claro algo que ella ya sospechaba: él era un hombre sin escrúpulos, podrido por dentro, acostumbrado a hacer lo que le daba la gana sin que nadie lo detuviera.

Pero a ella no le importaba. No iba a perder el tiempo escandalizándose o haciendo algún tipo de denuncia que terminaría en nada. Sabía cómo funcionaban las cosas. Con dinero y poder, los hombres como él siempre salían impunes.

Así que decidió ignorarlo.

No lo miraba, no reaccionaba a sus comentarios en clase, no se dejaba intimidar por su presencia. Él era solo un obstáculo más en su camino, y ella lo iba a superar como cualquier otro.

Los exámenes parciales llegaron y, con ellos, la presión de mantenerse enfocada. No había espacio para distracciones.

Cada vez que lo veía en los pasillos o en la cafetería rodeado de su séquito de admiradoras, simplemente apretaba los labios y seguía adelante.

Él no existía.

Él no significaba nada.

Isabela solo tenía un objetivo: pasar el año y graduarse. Nada ni nadie iba a interponerse en su camino.

Isabela estaba segura de que había hecho todo bien. Había estudiado, se había preparado a conciencia, y sus respuestas en el examen fueron precisas. Cuando entregaron los resultados parciales, ella no dudó ni un segundo en que todo iría como esperaba.

Pero al llamar su nombre para que retirara su calificación, algo en su estómago se revolvió. Su mente comenzó a sospechar, aunque se obligó a ignorarlo.

Se acercó al escritorio, y el profesor Santamaría, con su típico aire arrogante, le entregó el papel.

"Cinco puntos menos."

El peso de esas palabras cayó sobre ella como un golpe de martillo.

Cinco puntos. Era justo lo que necesitaba para aprobar, lo que le aseguraba graduarse sin problemas. Pero ahí estaba, el número, tan cruelmente claro en su hoja: cinco puntos menos.

Isabela miró la calificación y luego levantó la vista hacia Leo, que la observaba de manera casi impasible, como si estuviera esperando alguna reacción. Pero lo que vio en su mirada fue más que suficientente para confirmar lo que ya sospechaba.

El juego sucio.

"¿Qué pasó, profesor?" su voz salió más firme de lo que se sentía, pero internamente, algo ardía.

Leo simplemente la miró, una sonrisa de suficiencia cruzando sus labios. "Supongo que cometiste un par de errores en tu examen, Isabela. No te preocupes, todos cometen errores."

La falsedad en su tono la hizo hervir.

No podía creerlo.

Ella había hecho todo bien, había estudiado, se había esforzado más que muchos, y él, con su poder y su influencia, le estaba quitando la oportunidad de graduarse.

No iba a dejarlo pasar.

"¿Cinco puntos menos? ¿Eso es todo lo que vas a decirme?" La ira creció en su pecho, pero se contuvo, no podía dejar que él viera el impacto real de esa calificación. No sería esa la forma en que él ganaría.

Leo la observó por un momento, como si disfrutara del poder que tenía sobre ella. "Te sugiero que te tomes esto como una lección, Isabela. No todo es tan fácil como parece."

Isabela apretó los puños. Sabía que estaba jugando con fuego, pero ella también sabía algo que él no. Ella no iba a dejarlo ganar.

No con esos cinco puntos.

1
Mildred Álvarez
Que lindo,por fin se darán una oportunidad.
Mildred Álvarez
Se me olvidó Doctor que está en un hospital y usted no es el dueño jajaja jajajaja 😂😂😂😂
Mildred Álvarez
No sé puede con Luna,que giro más grande dió en su personalidad.
Mildred Álvarez
sin palabras
Mildred Álvarez
Y porqué no llamas a tu hermano Mateo,o a Owen
Lidia Edith Vera González
es verdad el hermano parece un comodín..solo lo nombran de repente..que hace ?? estudia trabaja ..que hace el hermano ,,como se llama!!
Mildred Álvarez
sin comentarios
Mildred Álvarez
si siente eso por Owen es que se enamoró
Mildred Álvarez
Hay Owen lis celos te están matando.
Mildred Álvarez
Por otro lado entre tus pelones pregunto yo cuando te mudastes a un edificio?
Mildred Álvarez
jajaja jajajaja 😆😂 aquí hay más pelones Daniel si te ha regalado flores,claveles para ser más exactos porque a ti te gustan y se parecen a ti según él,Leo no es hombre de flores es hombre de tomar las cosas o lo que él quiera porque según él le pertenecen y amenaza y chantajea y Owen tiene miedo 😨 a mostrar lo que siente el que te queda es Salvatierra y no sabemos nada de él.
Lidia Edith Vera González
me encanta que se quede con Owen!!
Mildred Álvarez
Owen al decirle que era obvio que ella solicitará su cambio a urgencias está dejando por sentado que ella y Salvatierra tienen algo.
Mildred Álvarez
Si merece otra oportunidad en su profesión y en su vida sentimental.
Mildred Álvarez
Que lindas amigas
Mildred Álvarez
jajaja jajajaja 😂😂 ésta Luna no tiene pelos en la lengua
Mildred Álvarez
Que bella es esa amistad.
Mildred Álvarez
ya apareció la loca ahora más madura ya no es la chica que se deja intimidar por ningún medicucho de quinta.
Mildred Álvarez
Si pero tú Leonardo actuaste muy de prisa dejando en entredicho su reputación como cirujano convirtiendola en la burla y desconfianza de sus colegas y del público en general.Ella debería demandar a la clínica.
Mildred Álvarez
ojalá se enamore de Salvatierra.
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