La llegada de Isabella provocará un cambio de 180° a su vida, ¿Podrá seguir como antes o se dejará llevar?
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Uno mismo controla sus sentimientos.
**Isabella**
Hoy estaba muy nerviosa, había escojido un colegio al que inscribirme Denis me había ayudado mucho con eso había escogido entre los mejores institutos y se los había mostrado a mamá y a Mauricio una noche mientras cenamos juntos, me dieron la oportunidad de elegir el que más me convenciera y lo hice, está mañana me levante temprano para alcanzar a ver a mamá tenía la decisión tomada y mañana tendria que presentarse mi tutor a inscribirme era el único día que se podía inscribir.
– Que?? mamá es el único día si no vas tendré que buscar otra escuela y mira estamos a dos semanas de iniciar las clases no voy a encontrar lugares en otra escuela.
Me costó mucho adquirir la ficha de ese colegio.
Así me volvió a fallar mi madre, perdí mi lugar en la escuela que había escojido, tarde una semana en encontrar lugar en otra escuela, un colegio de niños ricos era lo que menos quería ir a un lugar como ese, pero era lo que había disponible solo colegios de prestigio, perdí mi lugar en un colegio de clase media por el trabajo de mamá.
Hoy sería mi primer día de escuela mamá dijo que iría conmigo, se estaba haciendo tarde y no llegaba , no podía fallarme de nuevo, imposible que lo hiciera no podría perdonarselo fuera cuál fuera la razón.
No llego, caminé extraña por todos los pasillos del colegio todos me miraban raro, las niñas con sus vestidos y conjuntos caros sus bolsas y zapatos de diseñador, tenían a todos los chicos lamiendo los zapatos.
Llegue a casa y no había nadie, mamá nisiquiera se había molestado en llamar para disculparse o por lo menos poner una excusa, Denis tampoco me había llamado, que jodida vida de mierda es está, mi destino es estar sola ser abandonada siempre por todos.
Solté mi mochila asta que callo al piso, me deslice por la puerta de mi habitación asta llegar al piso y me hice bolita asta juntar mis rodillas y la cabeza, ahí estuve llorando durante mucho tiempo, creo que ya nisiquiera tenía lágrimas en mis ojos.
**Alessandro Bohnam**
Mi padre estaba ahora mismo está en hospital por un infarto, no nos habíamos separado de el Yelda, Irína y yo, estábamos echos pedazos, mi padre siempre fue un hombre sano sin problemas de salud y luego de pronto enmedio de una reunión verlo derrumbarse ante todos fue lo más doloroso, de pronto regresaron a mi los miedos, ese miedo que sentí cuando mamá murió pensar que también pude haber perdido a mi padre.
Habían estabilizado a papá tenía que traer sus cosas personales, ropa cómoda artículos de aseo etc, entonces fuí asta su casa por las cosas.
Cuando estuve dentro de la casa escuché ruidos me desconcerte un poco, había olvidado que la hija de Yelda vivía aquí con ellos, pero se escucha como, como si estuvieran llorando, me acerque más al sonido y cuando llegue asta la puerta de la habitación efectivamente estaba llorando sus sollozos se escuchan asta la sala. Toque la puerta un par de veces sin recibir respuesta, asta la tercera vez que toque.
– Ahora no mamá, estoy muy enojada contigo me fallaste nuevamente.
Volví a tocar.
– Mamá por favor, vete quiero estar sola.
Bien ya que no me iba a abrir entraría solo, gire delicadamente la perilla de la puerta y entre, la vi ahí sobre la cama abrazando sus rodillas y aún llorando, caminé asta ella y dude un poco en lo que debía hacer pero está chica realmente estaba mal me daba pena verla así.
– Estás bien – pregunté y por un momento dejo de llorar haciendo un enorme silencio en la habitación.
Enderezó la cabeza y me miró confundida – Que haces tu aquí, sal ahora mismo.
– Perdón no suelo entrá a lugares privados pero te escuché llorar y me preocupe.
– Preocúpate por tus cosas, ahora sal de aquí – Espeto furiosa, está niña realmente era rara parece una persona que realmente sufre y me daba un poco de pena por qué apenas era una niña, no tendría que tener preocupaciones ni motivos para llorar a su corta edad.
– Oye yo solo quiero ayudarte, pero para eso necesito saber que te pasa.
– No quiero tu ayuda, así que vete no hay nadie en casa no tienes que hacer aquí, o si.
– Se que no hay nadie ellos están en el hospital.
– En el hospital? le pasó algo a mamá – Inmediatamente se recompuso y limpio sus lágrimas.
– Yelda ésta bien, es mi padre quien no está bien.
– Mauricio que le pasó yo no sabía nada, lo ví está mañana y estaba bien.
Le comenté lo que pasó y parecía que tenía una discusión con ella misma, se repetía una y otra vez que había sido muy egoísta por no pensar en que algo importante pudo haber ocurrido, le dije por qué estaba en casa y que regresaría al hospital, se ofreció a ir conmigo no pude negarme, mi padre la quería mucho, estos meses que tenía aquí no la había vuelto a ver desde aquella cena , pero mi padre se había mostrado muy entusiasmado cuando dijo que ella había decidido quedarse en la ciudad.
Cuando estábamos en camino al hospital no había podido evitar mirarla de reojo un par de veces, tenía curiosidad de ver el rostro que escondía detrás de esa cabellera negra que siempre lo cubría, algo dentro de mi quería descubrir saber más de ella, pero por qué si es solo la tercera vez que la veo y no emos hablado mucho, pero el simple echo de encontrarla sola en esa casa encerrada en la oscura habitación llorando, quería saber el por qué de su sufrimiento, quería ver sus ojos , labios admirar completamente su rostro, ver más allá de una simple chica descuidada con el cabello alborotado que apenas mostraba una pequeña parte de su blanco rostro.
– Emos llegado – dije sin más y ambos bajamos de auto y nos encaminamos asta la planta alta del hospital.
No había perdido detalle de Isabella en todo este tiempo, la veía hablar con su madre con la cabeza gacha evitaba todo contacto físico con Yelda, por qué? acaso no tenían una buena relación.
Por un momento la vi recojer su pelo detrás de su oreja, al fin pude apreciar una parte completa de su rostro, piel pálida, labios gruesos y rojos, pestañas largas enceespadas cejas gruesas al momento en que volteo a mi dirección unos grandes ojos cafés se encontraron con los míos, no fue más que unos segundos que los pude apreciar por qué volvió a agachar la cabeza y su pelo volvió a cubrir su rostro.
Su perfecto rostro, por qué ocultarlo.
Joder Alessandro que diablos te sucede por qué tienes ese extraño sentimiento es solo una niña insignificante además descuidada no tiene nada de especial, es solo lastima, lo que siento por ella es pena por qué la vi sufriendo por qué es una persona solitaria, es eso solo eso, recuerda Alessandro tu tienes el control de tus sentimientos, no te dejes engañar por las apariencias.