Abigail Sedant, es una joven humilde a quien le ha tocado hacerse cargo de su madre y hermana, ella trabaja y estudia para sacarlas adelante, Abigail se vuelve la obsesión para el millonario Wilians Black, un heredero despiadado que a sido amenazado por su abuelo para conseguir esposa, este con la presión conoce a Abigail y realiza una serie de sucesos para que ella esté obligada aceptar un contrato de matrimonio, lo que ellos dos no esperaban es que este sucedió los llevará a aguas más profundas, liberando sus miedos y dejando aflote los nuevos sentimientos...
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Una Busqueda
-Vamos al restaurante 'El Olivo', es el mejor de la ciudad-dice Rodrigo mientras subimos al coche. -La comida es exquisita y el ambiente es elegante. Te hará bien relajarte un poco-
Pocos minutos después llegamos al restaurante. El maître nos guía a nuestra mesa y nos ofrece la carta, diciéndonos que dentro de un momento regresa alguien para tomar nuestra orden-¿Qué te parece si pedimos el menú degustación?- sugiere Rodrigo.
Asiento con la cabeza y comienzo a revisar la carta de vinos.
-Un buen vino es justo lo que necesito para olvidar mis problemas-
Rodrigo se ríe y pide el vino. -Brindemos por encontrar a la mujer perfecta- dice con una sonrisa.
-No brindemos por eso todavía- respondo con una mirada seria. -Primero necesito encontrarla-
Un momento después la mesera se acerca a nuestra mesa con una sonrisa radiante. -Buenas noches, señores. ¿Están listos para ordenar?-
Me fijo en ella y no puedo evitar notar su belleza. Sus ojos azules brillan en la luz tenue del restaurante y su cabello claro cae en cascada por su espalda en un moño alto.
-Sí, estamos listos-dice Elías antes de que yo pueda responder.
La mujer toma nota de nuestra orden y mientras habla, me doy cuenta de que estoy mirándola fijamente. Ella parece notarlo también y me sonríe ligeramente antes de retirarse.
-¿Qué pasa, Wilians?- pregunta Rodrigo con una sonrisa burlona. -Parece que has encontrado algo que te interesa-
No le doy tanta importancia a su comentario pero no puedo evitar seguir mirándola mientras ella se aleja. -¿Será esta la mujer que estoy buscando?
La mesera regresa con nuestra comida y me fijo en cómo se mueve con gracia y eficiencia.
-Aquí tienen, señores. Espero que disfruten de su cena-
Mientras come, Rodrigo habla sobre las encomiendas que van en camino y yo asiento con la cabeza, pero mi atención sigue puesta en la mesera. Ella pasa por nuestra mesa varias veces, rellenando nuestros vasos y preguntando si necesitamos algo más.
En un momento, ella se detiene en nuestra mesa y me sonríe.
-¿Todo está bien con su comida, señor?-
Asiento con la cabeza y trato de parecer tranquilo.
Ella sonríe de nuevo y se retira. Elías me mira con una ceja levantada.
-Parece que estás disfrutando de la vista- dice con una sonrisa burlona la cual yo ignoro.
Pero no puedo evitar notar que la mesera parece estar disfrutando de nuestra conversación y se detiene en nuestra mesa más veces de las necesarias. ¿Será posible que esté interesada en mí?
Me inclino hacia Rodrigo y le hablo en voz baja, con una sonrisa calculadora.
-Esa mesera es perfecta. La quiero. Averigua todo sobre ella, su pasado, su familia, todo. Quiero saber si es digna de ser mi esposa-
El me mira con una mezcla de sorpresa y curiosidad.
-¿Estás seguro? No sabes nada sobre ella-
-No necesito saber nada más. La quiero. Haz lo que te digo-
Rodrigo asiente con la cabeza, sin cuestionar mis órdenes.
-Está bien, averiguaré todo lo que pueda sobre ella-
Me recuesto en mi silla, satisfecho.
-Bien. Quiero que sea mía. No aceptaré nada menos-
Terminamos de cenar y nos levantamos para salir, la despedida fue breve y distante. Le lancé una mirada intensa y sugerente, y simplemente asentí con la cabeza al pagar la cuenta. No dije nada más, pero mi mirada habló por mí. Ella pareció entender el mensaje y me devolvió una mirada fugaz antes de volver a sus tareas. Me fui del restaurante con una sensación de misterio y expectación, dejando que mi presencia hablase por sí sola.
Después de salir del restaurante, me dirigí a mi casa con una mezcla de pensamientos en mi mente. Al llegar, me metí en la ducha y dejé que el agua caliente relajara mis músculos. Mientras me bañaba, mi mente volvió a la discusión con mi abuelo, reviviendo la frustración y la irritación que sentí.
Pero pronto, mi pensamiento se desvió hacia la linda chica del restaurante. Recordé su sonrisa, sus ojos y la forma en que me miró. Me pregunté si volvería a verla y qué podría pasar si lo hiciera. Con esos pensamientos contradictorios, me acosté, sintiendo una mezcla de emociones y expectativas.
La oscuridad de la habitación se cerró sobre mí, pero mi mente siguió activa, reproduciendo imágenes y escenarios. Finalmente, el cansancio me venció y me quedé dormido, con la mente aún vagando en esas dos realidades opuestas.
Me desperté temprano, después de una noche de sueño reparador. Desayuné en la terraza, disfrutando del sol y la vista de la ciudad. Mientras comía, revisé mi teléfono y respondí a algunos mensajes importantes. Después de terminar, me preparé para el día y me dirigí a la empresa.
El tráfico matutino ya estaba en pleno apogeo, pero yo estaba enfocado en las tareas que me esperaban. La chica del restaurante volvió a mi mente, y me pregunté si sería lo suficientemente interesante como para merecer mi atención. La idea de volver a verla me generó cierta curiosidad.
Llegué a la oficina y me dirigí directamente a mi despacho, sin detenerme a saludar a nadie. Me senté en mi silla y comencé a revisar los informes y documentos que tenía sobre mi escritorio.
Mi asistente me trajo un café y se retiró sin decir una palabra, sabiendo que no me gusta hablar innecesariamente.
La presión de mi abuelo para que encuentre una esposa adecuada me pesaba sobre los hombros. Nunca había considerado seriamente la idea de casarme.
Me pregunté esa mujer que conocí podría ser la candidata perfecta para cumplir con las expectativas de mi abuelo y, al mismo tiempo, satisfacer mi propia curiosidad. La idea de tenerla a mi lado, aunque sea por obligación, no me desagradaba tanto como pensaba. ¿Qué pasaría si decidiera hacer algo al respecto?
Rodrigo entró en mi oficina sacándome de mis pensamientos con una sonrisa astuta en su rostro.
-Tengo información sobre la chica del restaurante- dijo, sentándose en la silla frente a mi escritorio.
-Se llama Abigail, trabaja en el restaurante desde hace unos meses. Parece ser una chica tranquila y reservada, pero con un buen corazón-. Me miró expectante, sabiendo que estaba ansioso por saber más.
-¿Qué más quieres saber?-, preguntó, mientras sacaba un pequeño cuaderno de notas de su bolsillo.
Le doy una simple mirada y el continuó hablando.
-Abigail vive con su madre y su hermana menor en un apartamento modesto en la ciudad. Es la principal fuente de ingresos de la familia, ya que su madre parece estar enferma y no puede trabajar. Su hermana es estudiante y Abigail estudia en la universidad en las mañanas y trabaja en el restaurante por las noches para poder pagar sus estudios y mantener a su familia-.Me miró con una expresión pensativa,
-Parece ser una chica muy responsable y dedicada a su familia-Me recliné en mi silla, reflexionando sobre la información que me había proporcionado. La idea de que Abigail fuera una persona tan responsable y sacrificada me intrigaba aún más.
-¿Y qué hay de su vida sentimental? ¿Tiene novio o algo así?-digo algo intrigado.
Rodrigo se encogió de hombros, -No, que yo sepa, no tiene novio. Al menos, nadie la ha visto con nadie en particular. Parece ser que está demasiado ocupada con su trabajo y su familia como para tener tiempo para una relación-Me miró con una sonrisa,
-Según mis fuentes, Abigail es una chica muy centrada en sus responsabilidades y no parece tener mucho tiempo para nada más que no sea su trabajo o su familia-me recliné en mi silla, reflexionando sobre la respuesta de Elías.
La idea de que Abigail fuera una chica tan dedicada y sin una vida sentimental activa me pareció intrigante.
-¿Nunca ha tenido novio?- pregunté, curioso. Elías negó con la cabeza.
-¡No!, al parecer no. O al menos, nadie sabe de ninguna relación seria en su pasado-
-Organiza un encuentro con Abigail en un lugar elegante, pero que parezca casual. No quiero que sepa nada sobre mis intenciones reales- Rodrigo asintió con la cabeza.
·Entendido, voy a hacer que parezca un encuentro fortuito, pero controlado-Me miró con una sonrisa astuta,
-¿Quieres que le diga algo en particular sobre ti?-Negué con la cabeza.
-No, nada especial. Solo quiero conocerla y ver cómo reacciona en mi presencia-Rodrigo se rió.
-Bueno, voy a hacer que todo salga perfecto-el me miró con una sonrisa astuta y agrego.
-Puedo hacer que alguien le entregue una invitación a Abigail, diciéndole que es un evento importante en la universidad o algo así-mee encogí de hombros.
-Haz lo que sea necesario, pero asegúrate de que acepte- Rodrigo asintió con la cabeza.
-No te preocupes, voy a hacer que acepte-Con eso, el se levantó y salió de mi oficina disponiéndose a trabajar en el plan para asegurar que Abigail aceptara la invitación y se encontrara conmigo de nuevo...