Max es un hombre lobo de ojos azules que quita el aliento. Tiene un cuerpo musculoso y una estatura imponente. Es el futuro alfa de la manada "SilverClaw", pero no se siente digno de ese título. Su padre, un líder cruel y tirano, que lo humilló y maltrató desde pequeño. Todos lo ven como un hombre lobo débil, cobarde y sumiso. No tiene confianza en sí mismo, ni en su capacidad para gobernar, proteger o amar. Es el rey de la nada, y todos lo desprecian. Su lobo se llama Logan, es un lobo gris con reflejos azules. Él y Max nunca estuvieron de acuerdo con la forma en que su padre dirigió la manada. Ellos son protectores y fuertes, pero su padre les hizo daño a ellos, a su gente, llenándolos de inseguridades. Logan sueña con encontrar a su compañera, pero Max tiene miedo de que lo rechace, como lo hace su manada.
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Nuevo nombre (Gloomy)
Mientras tomo la sopa, veo que la mujer que dice llamarse Serena suspira y se relaja en la silla. He intentado oler si la sopa tiene veneno o esa sustancia que a veces me ponen, pero no huele mal. En realidad, tiene un sabor suave y agradable, que me llena. Siento a mi estómago agradecer. Está caliente y siento que mi cuerpo al fin tiene calor. Como despacio, así ella me lo ha ordenado, pero tengo miedo de lo que pasará después.
Cuando acabo la sopa, ella me pregunta si está bien de sabor.
—Sí, amo— Oh, no. Me dijo que no le dijera así. Seguro ahora me va a golpear.
—Espero que poco a poco confíes en mí o por lo menos que no me tengas tanto miedo.
Su tono es amable. Pensé que se iba a molestar, pero solo tomó el plato y lo llevó al lavadero y se puso a lavarlo. ¿Por qué ella haría eso? Ella huele bien, no parece una como yo. Ninguno de los que vi parece como yo.
Cuando el viejo me preguntó si creía en los finales felices, no entendí a qué se refería. Gente como yo no tiene un final feliz. Pero me sorprendió ver cómo el viejo desaparecía y ella nos miraba. Sentí en ese momento un dolor en el pecho que no sé de dónde viene.
Tal vez mi nueva dueña no quiera tratarme mal. Tal vez quiera que yo sea un sirviente como los de la casa del alfa, que solo limpian y eso. Tal vez ese sea un buen final para mí. Pero no debo confiarme. Ya han hecho que baje la guardia y luego se han puesto más violentos. Tal vez no ella, pero el otro sujeto, Briam, ella parecía tenerle cierto miedo, aunque luego se abrazaron y rieron. Tal vez no pueda reír, pero es mejor que ellos rían de ellos que rían de mí.
Creí que la fruta era para mí, cuando la veo pelar la manzana con habilidad y cortarla en trozos con cuidado. Luego me acerca el plato con la fruta.
—Si después de un rato tienes más hambre, me lo dices por favor— me dice con un tono muy suave. Su voz es muy delicada ahora.
En el vehículo, cuando saltó a la parte de atrás del carro, tenía una voz más fuerte. Me asustaba de cierta forma. Ahora parece que no quiere que me asuste de ella.
—Sí, ...— recuerdo no llamarla ama.
—Bien— parece feliz. Eso me confunde.
En eso llega la otra mujer.
—Serena, ya estoy libre para revisar a tu lobo— intento no ponerme nervioso. Sé lo que viene. A veces me revisaban para ver si estaban pagando lo justo.
—¿Quién te dio el nombre de Gloomy?— me pregunta Serena.
—El alfa Hunter... me llamaba así. Todos me llaman así— intento responder sin trabarme con mi lengua.
—Vale, pero ¿cuál es tu verdadero nombre? ¿El que tus padres te pusieron de bebé?
—No lo sé. No tengo otro nombre.
Ella agranda sus ojos. Veo que son de color verde con motitas amarillas. Por alguna razón me quedo mirándola más de lo debido. Me va a golpear seguro. Serena se para despacio de la silla. Parece que estuviera calculando sus pasos para que yo vea sus movimientos.
—¿Sabes la diferencia entre un niño y un adulto?— me pregunta de frente.
—Sí, lo sé.
—¿Recuerdas algo de cuando eras un niño?
—No.
—¿Recuerdas algo de adolescente o más joven?
—No.
—¿Cuál es tu primer recuerdo?
—Una celda... la manada del alfa Hunter. Recuerdo que me estaban... golpeando y quitando lo que llevaba encima...
—Espera— me corta ella— ¿recuerdas cómo estaban las ropas que te quitaban? ¿Parecían nuevas o gastadas como las que llevas ahora? ¿Llevabas ese collar?
Intento recordar, pero no lo consigo.
—El collar lo he tenido siempre. Lo de la ropa no lo sé. Disculpe.
—No tienes que disculparte— se gira a donde está la persona llamada Bianche
—Creo que el collar lo han maldecido. No se lo pude sacar. Dice que lo lastima cuando se lo han querido sacar. Esa gente le importaría poco lastimarlo. Supongo que a ellos también los hería por eso se lo dejaron.
—Tu suposición es correcta en parte— se acerca con cuidado mirando el collar— creo que el collar está reteniendo el encantamiento de un brujo oscuro. Yo sola ahora no se lo voy a poder quitar. Necesita un brujo oscuro para que lo haga y Remy regresa mañana en la tarde.
—Lo siento— me dice Serena.
Eso me ha dejado confundido. ¿Por qué lo siente? Me pide que la siga y llegamos a otro sitio parecido donde estaba la sirena y sus padres.
—Bien, grandulón, desvístete para que pueda revisarte— dice Bianche. Ya imagino qué tipo de revisión va a ser.
—Alto— me detiene Serena y luego mira a la otra mujer— Bianche, sé que estás cansada, pero por favor revísalo como lo hiciste con la niña. Él ya ha pasado por mucho.
—Entiendo, cariño. No te preocupes. Dile que se quede ahí un ratito y que no se mueva.
—Bianche, me parece que él escucha bien.
—Lo siento, no quise ofenderte— me dice Bianche mirándome a los ojos. ¿Por qué ellos se disculpan conmigo?
Bianche alza las manos y las mueve un poco. Siento como un pequeño viento que me recorre. No es desagradable. Mas bien me tranquiliza. Al cabo de un rato, ella anuncia que ha terminado.
—Su cuerpo tiene muchas heridas. Las importantes son: una herida profunda en el muslo que debió curarse, pero creo que debido al collar lo hace más lento; heridas en... bueno, ahí, debido a desgarros. Para que eso cure por completo, es mejor esperar a que se le quite el collar; desnutrición; y fuertes dolores de cabeza, también producto del encantamiento. Creo que quien se lo puso lo odiaba mucho, ya que ha fragmentado sus recuerdos y los de su lobo. Están mezclados, así como la esencia del lobo. En fin, eso mejor lo analizamos cuando llegue Remy.
Veo que la bruja se aleja y le empieza a dar varios potes y bolsas grandes a Serena mientras le explica cómo usarlos. No me di cuenta de que ella estaba herida.
—Me niego a llamarte Gloomy, así que hasta que sepamos tu nombre, puedes escoger uno para ti— cuando ella me lo dice, no sé qué decir.
—Piensa en algo que te guste o agrade— me insiste.
—Serena, le estás poniendo en un aprieto. Esa cosa lo ha vuelto así —señala el collar que llevo—. No va a hacer nada para él, solo para hacer feliz a su amo, que parece que en eso te has vuelto.
Veo palidecer a Serena. No quiere ser mi dueña. Me estoy sintiendo mal. Si ella no quiere, me van a regresar al club o a entregar a algun alfa.
—Entiendo, aunque no me gusta ser dueña de alguien— para ella soy alguien y no algo. Eso hace que mi pecho se caliente más que cuando me dio esa sopa.
—Solo por mientras te llamaré Sky, por el color bonito de tus ojos— no sé de qué color son mis ojos, así que asiento nomás. Si eso le gusta a ella a mi no me importa.
—Bien, nos vamos a casa— me dice y me indica que la acompañe
—Espera, ¿te lo vas a llevar?— pregunta la bruja.
—Ajá, ya le dije a Briam que él va a ser mi responsabilidad. No creo que él haga daño a alguien de aquí de forma intencionada, pero aquí hay mucho ruido, luces y demás que lo pueden alterar.
La sigo por un pasillo largo y luego me hace entrar en un cuarto muy pequeño. Me dice que respire, que vamos a subir, que estamos en un ascensor. Entro y siento algo extraño, las puertas se abren y ella sale, yo la sigo automáticamente. Caminamos un poco y salimos de ese lugar, es un bosque, hay un camino que se divide en tres, ella se detiene y yo también.
—Este camino lleva a mi casa, el del centro te lleva al bosque y al final hay una playa, cuando estés mejor iremos ahí, y el camino de la izquierda te lleva a donde viven los demás, si te acostumbras aquí podemos conseguirte un lugar bonito para que vivas— me dice mientras la miro sin saber qué decir, ella suspira
—Vamos, mi casa está cerca, pero si te cansas me avisas para descansar un rato.
Ella me sorprende. Asiento porque no sé qué decir, ella avanza por el camino de la derecha, el que llega a su casa. Cuando nos detenemos, veo la casa, en realidad es pequeña, dos pisos, es una cabaña que parece agradable.
—Entra por favor— me dice con una voz suave— Perdona el desorden.
Miro antes de entrar, hay muebles de sala, comedor, la cocina, todo muy ordenado. Subimos las escaleras a la segunda planta, me guía a un dormitorio amplio, con tonos suaves, una cama demasiado grande para alguien tan pequeña.
—A veces vienen Tora y Bianche y nos quedamos viendo películas y se quedan a dormir— me cuenta mientras ve que observo la cama, siento que he hecho algo malo.
—Vamos, hay que curarte las heridas y limpiarte.— ella entra a otra habitación y la sigo.
Es un baño grande, me hace sentar en un lado y empieza a colocar los medicamentos en el lavabo, luego abre la llave de la bañera, una vez que está llena ella introduce la mano y veo que asiente, luego saca dos frascos grandes y me pregunta
—Tengo de olor a fresa y otro de vainilla, ¿cuál prefieres?— Solo la miro, no sé a qué se refiere.
—Será vainilla— y echa parte del contenido al agua y veo que empieza a hacer espuma. Ella se agacha buscando algo.
—Por favor, quítate la ropa y métete en el agua.— su voz cada vez es más neutra. Supongo que ella me quiere revisar para ver si valgo algo.
Me quito la ropa y me quedo solo con el collar que no puedo tocar, me meto en la bañera y me quedo de pie esperando su orden. Veo que va sacando y probando sobre su piel mientras que niega con la cabeza, una vez que encuentra lo que busca se levanta y se voltea, su expresión al verme me asusta, no le he gustado, me va a devolver.
—¡Oh, diablos!— exclama y se vuelve a girar— Pu... puedes sentarte dentro de la bañera hasta que el agua te cubra hasta... hasta el pecho, por favor.
TENDRIA QUE TENER EL MISMO NOMBRE VOLÚMEN 2