ANGEL O DEMONIO

Al ver que Amoymon no respondía a los mensajes de Liz, Belfegor decidió invocar su presencia, al estar en su forma demoníaca podía hacerlo para tener una mejor comunicación con sus súbditos de más alto rango.

Mientras tanto en el hotel Intercontinental ese era el hotel más caro de la ciudad de Washington no cualquier persona podía hospedarse en un sitio como ese, el personal había sido estrictamente seleccionado para atender a los distintos personajes que asistirían al gran evento que se llevaría a cabo a la media noche del día de mañana ya todo estaba listo las habitaciones, el gran salón donde sería la fiesta de cumpleaños, también las amenidades estaban listas y a disposición de los huéspedes todas con el selló del rey de Dubai, no se esperaba menos de alguien tan importante como esos dos personajes pues se esperaba que la celebración fuera en grande sin precedente alguno.

Pues no todos los días un jeque del desierto cumplía trescientos años y ese era el único hijo y heredero del rey actual.

Rashid era un apuesto vampiro con la apariencia de un hombre de 24 años para todo el mundo a pesar de estar próximo a cumplir los trescientos años obviamente eso solo lo sabían las personas que se movían en su círculo social en el mundo de los mortales estaba por cumplir 25 años.

Era muy cotizado por las mujeres de todo el mundo por su gran fortuna además de figurar en la lista de los hombres más apuestos y multimillonarios del mundo.

Cualquier mujer anhelaba pasar su vida al lado de un hombre como él así que no perdían la oportunidad de abordarlo cada vez que se encontraban con él en público.

El rey Naim su padre no había podido tener más descendientes directos al haber muerto su primera esposa haciendo esto que en Rashid cayera la gran responsabilidad de hacer crecer a la familia y engendrar a los siguientes herederos.

Rashid sé negaba a tomar por esposa a cualquier mujer el creía en el amor verdadero, pero desafortunadamente hacía un tres años se había enamorado perdidamente de una mujer a la cual su padre no aceptó por ser una simple humana y la asesino con el hijo que llevaba en su vientre.

Desde que la conoció su vida fue tan diferente aprendió a sonreír y a disfrutar de cada segundo de su larga vida, estando a su lado el tiempo parecía fluir más rápido de lo normal pues nunca era suficiente para él, le dolía tener que separarse de ella pues solían hablar todo el tiempo de cualquier cosa todo era un tema de conversaciones largas dónde debatían sus puntos de vista, ella lo amaba tanto, pero él no tuvo el valor para decirle la verdad de lo que era realmente ese fue un gran error que lo llevará en su mente por el resto de su maldita vida.

Su padre sabía que él no le había confesado que era un ser inmortal y se aprovechó de ello para invitarla una tarde a su mansión diciendo que quería conocerla por ser la novia de su hijo, pero todo era una mentira, un cruel engaño pues Jade no sabía a lo que se enfrentaría al ir a ese lugar.

Naím el padre de Rashid envío a sus hombres de confianza para que fueran a recoger a la joven mujer no sin antes asegurarse de enviar a Rashid a una diligencia esto para tener el tiempo libre para llevar a cabo su plan todo por supuesto a espaldas de su hijo.

En cuanto Jade puso un pie en la mansión Naím ya la estaba esperando en el gran salón en la mesa de centro había un portafolio negro y a lado había una hoja en blanco.

Jade no sabía por qué Rashid no se encontraba en el lugar si claramente el mensaje que había recibido decía que la vería en ese lugar para presentarla con su padre.

Te preguntarás por qué Rashid no se encuentra aquí, ¿cierto?.

Bueno pues te lo voy a explicar yo soy el rey Naím el padre de Rashid me imagino que ya me conoces y voy a ir directo al grano Jade.

¿Ese es tu nombre cierto?

Jade asintió con la cabeza, empezaba a dudar de que el estar en ese sitio haya sido una buena idea.

Naím la veía de arriba abajo con una mirada llena de lujuria pues la chica estaba de muy buen ver, no niego que eres una mujer muy hermosa y llena de juventud alguien con quien mi hijo puede revolcarse las noches que quiera, pero tienes que ser consiente que mi hijo no puede tomar en serio a una mujer como tú, que careces de prestigio y fortuna.

Esas palabras hicieron sentir mal a Jade lo que el padre de Rashid decía era verdad y ella lo sabía, pero a Rashid parecía no importarle que ella fuera pobre, él la amaba pensó en su interior pero no pudo decir nada a su favor.

Aunque si fueras otro tipo de mujer pasaría por alto el que no tengas fortuna, pero careces de algo más valioso que el dinero y eso es el tener una sangre pura.

—No entiendo a qué se refiere señor?.

Pregunto Jade un poco confundida pues no sabía a qué se refería con eso de sangre pura, se imaginó que se refería a que no era de una familia aristócrata o algo así.

¿En verdad mi hijo no te ha dicho quién es en verdad?

¡No puedo creerlo!

Esto si que es una gran sorpresa exclamó Naím con una cínica sonrisa en su rostro.

Se puso de pie y camino sigilosamente hacia Jade la cual se había quedado de pie al ver que Rashid no se encontraba en el lugar.

Con un ágil movimiento tomó un rizo de su cabello que caía en su frente y lo coloco detrás de su oreja.

Este acto incómodo demasiado a Jade la cual reaccionó al instante girando su rostro para evitar el contacto con los dedos de Naím.

Bueno déjame mostrarte a que me refiero para que logres entender de lo que te estoy hablando. Naím esperó a que el sol se ocultara para poder transformarse y mostrarle a la joven su verdadera apariencia.

Jade no entendía a qué se refería el padre de Rashid, pero de repente vio como el cuerpo del hombre comenzó a cambiar su piel morena se había vuelto tan blanca como la nieve y sus ojos eran de un rojo carmesí y sus uñas estaban tan largas y afiladas como si fueran navajas.

Jade abrió los ojos como platos sorprendida de ver a semejante monstruo delante de ella, su cuerpo comenzó a temblar un escalofrío recorrió todo su cuerpo de miedo y confusión.

¿Qué cosa es usted?.

Somos mujercita, somos Rashid y yo somos vampiros.

¡Miente!

Dijo Jade casi en un susurró pues las palabras se atoraron en su garganta, era por el miedo y la sorpresa de ver semejante cosa, yo he estado con Rashid y él nunca se ha mostrado de esa forma tan horrible delante de mí.

No voy a discutir si crees o no jovencita es lo qué es y no hay otra verdad más que esta que estás viendo, es por eso que te digo que no puedes casarte con mi hijo, ya que tu sangre no se puede mezclar con la nuestra eso sería una abominación.

Tú jamás podrás engendrar hijos sanos con mi hijo aunque yo permitiera esa relación, la sangre humana no resiste la mezcla con nuestro linaje y los hijos que se engendren estarán condenados para siempre con malformaciones, ya que no serían ni humanos ni vampiros.

Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Jade sin que ella se diera cuenta.

Es por eso que te ofrezco un trato, te daré una gran fortuna para que te alejes para siempre de la vida de mi hijo es por tu bien muchacha con el tiempo lograrás olvidarte de él y encontrarás a un buen hombre que te ame y te pueda hacer feliz.

Las manos de Jade se movieron como si tuvieran mente propia y cubrieron su vientre, creo que es demasiado tarde para eso, estoy embarazada tengo dos meses de embarazo, dijo con la voz quebrada al pensar que había condenado a su bebé a una vida horrible.

¿Qué estás diciendo?

Esa noticia hizo enfurecer a Naím, pues detestaba la idea de que su sangre se rebajará con la de un simple humano común y corriente, esa noticia cambiaba por completo sus planes pues ahora no podía dejarla vivir aunque ella suplicara por su vida.

Naím sujeto el cuello de Jade y la levantó como si fuera una muñeca de trapo, lo siento, pero esto se pudo haber evitado si mi hijo me hubiera hecho caso.

Por favor se lo suplico yo me iré lejos, le juró que jamás volverán a saber nada de mi, pero déjeme ir por favor!.

Suplicaba Jade mientras intentaba respirar lo siento jovencita ya es demasiado tarde no puedo arriesgarme a qué el esa abominación que tienes en el vientre venga a este mundo y me convierta en el hazmerreír de todo el mundo.

Le juro que jamás sabrán de mi hijo, pero déjeme vivir, no quiero morir.

Naím no quería perder más el tiempo con ella así que le mordió el cuello fue una mordida grotesca que la desgarro por completo provocando que está se desangrara en su boca este bebió hasta la última gota de sangre antes de que su corazón se detuviera y dio la orden de que la dejarán en el desierto y que se asegurarán de que su hijo la encontrará rápido en cuanto regresará de su diligencia.

Esos recuerdos venían una y otra vez a la mente de Rashid pues él no sabía que ella estaba embarazada fue hasta que la encontró en las arenas del desierto sin una gota de sangre en el cuerpo que la llevo con su médico de cabecera y este le reveló el embarazo de Jade.

La marca de su cuello revelaba que la había mordido un Vampiro estaba más que familiarizado con esas marcas y sin más fue ante su padre para averiguar que era lo que había pasado con la mujer que amaba.

Su padre ni siquiera intentó negar que él había sido el asesino de la mujer que amaba con todo su ser, pero su padre solo dijo que ese hijo era una abominación, ya que aquella mujer era una simple humana sin poder alguno ese hijo no sería de sangre pura y no podía permitir que su sangre se mezclara con alguien inferior y ser el hazmerreír de todo el mundo.

Te lo advertí Rashid y no quisiste hacerme caso aún soy el rey y me debes obediencia y más que tú rey soy tu padre.

Rashid juró que jamás se casaría con una mujer a la que no amara no lo haría por guardar las apariencias y mucho menos por darle gusto a su padre. Él ya había encontrado a la mujer de su vida y su padre se la había arrebatado dudaba que llegará a existir una mujer que le robara el corazón, ya que Jade ya no estaba en este mundo y las mujeres que había conocido después de Jade lo único que querían era su fortuna.

Rashid tenía en su poder un anillo que su madre le regaló en su lecho de muerte el cual le dio para que pudiera observar el alma de las mujeres que se le acercaban y así poder escoger a la que sería su esposa, ya que este cambia de color dependiendo el aura de la mujer que tenía a su lado así se había dado cuenta de las intenciones de las mujeres que se acercaban a él y evitaba caer en sus enredos.

Además de poder leer sus pensamientos con una sola mirada, el clan al que pertenecía era muy selectivo pues solo escogían a mujeres con sangre especial para que pudiera aguantar la mezcla de linajes y así poder engendrar hijos, era por eso que su padre no pudo volver a tener más hijos pues la mujer que juró amar para siempre había muerto y aun cuando en su cultura se les permite el concubinato, la única que puede engendrar hijos es la esposa.

Su padre tenía muchas mujeres, pero esposa solo una, Rashid estaba en contra del concubinato pues a él no le gustaría tener que compartir a la mujer que amaba con otro hombre y soportar callado semejante atrocidad.

Todas las esperanzas estaban puestas en él para hacer crecer la familia y que así pudiera perdurar el buen nombre de los Mohamed.

Rashid estaba dándose una ducha para salir un rato a dar la vuelta necesitaba un respiro antes de someterse a la presión de aquella estúpida fiesta, odiaba tener que soportar las conversaciones de los hombres influyentes de todo el mundo que no les importaba ofrecer a sus hijas como si fueran un trozo de carne para ganar los favores de su padre, esos hombres eran detestables, pero ante el mundo daban la cara de buenos hombres. Rectos y respetuosos de la ley.

¡tsh son unos malditos hipócritas eso es lo que son!

Susurró en lo bajo dando un puñetazo a la pared rompiendo el lujoso azulejo del mismo vió el desperfecto que había hecho y movió la cabeza en señal de desagrado, no importa que lo carguen a mi cuenta.

Tienes que controlar tu mal humor Rashid o de lo contrario serás catalogado como el JR. malcriado de papá pensó en sus adentros.

Se vistió de negro para poder salir y pasar desapercibido odiaba tener que cargar con los guardaespaldas para todos lados era como si no pudiera defenderse él solo no necesitaba de nadie más.

Sabía que su apariencia no era como los demás pues su madre era extranjera y había heredado varios de sus rasgos así que podía pasar desapercibido en aquella ciudad.