LA EMPERATRIZ RENCARNO

La tarde cayó, Amira miraba el hermoso atardecer junto a Cedric, solo se mantuvieron juntos, dejaron que el mal momento pasara.

- Ten ‐ la envuelve con su campera

- gracias…- ¿Quieres volver?- pregunto

- ¿Ya tienes hambre?- Sonrió

- Si- Asintió riendo, suspiro levantándose- Te dejaré que hables con el- Sonrió

Cedric tomo coraje la sostuvo de su mano

- Un rato más- Dijo suave, ruborizado

- Bien, pero me debes un postre - riendo

Un beso robado en ese momento acompañado de un hermoso atardecer, lleno de nervios y asombro qué era muy notorio en el príncipe, se podría decir que se tiró al agua fría sin contar.

Amira no negó el beso, pudo sentir el cosquilleo en su pecho qué empezaba a cubrir su cuerpo, su respiracion se aceleró, paro el beso no quería que fuera por obligación.

- No tienes que hacerlo por lástima... Puedes tomar tu tiempo - Dijo agitada mirándolo, su cuerpo quería más de él, solo mordió su labio aguantando.

— Ya no puedo contenerme, no voy a ocultarte nada más- agitado- Me lo guardé mucho tiempo- acaricia su mejilla - Eres Mía- Dijo dándole un beso con más fuerza.

Sus respiraciones se hicieron una, sus cuerpos se empezaron a calentar, Cedric la levantó rápido de una subida, su masculinidad se hacía presente con cada caricia, la recostó en el suave pasto, besos su cuello, la oscuridad estaba encima de ellos, solo las luces de las luciérnagas aparecían como estrellas a su alrededor.

Amira gemía por sus caricias suaves, como si fuera un diamante de cristal, le encantaba sentirlo, Cedric la embistió lentamente, sus miradas eran genuinas, su conexión se hizo una, el placer entre ellos iba en aumento, los gemidos de las embestidas eran evidentes, dejándose llevar por el vínculo, terminando de formar la marca de compañero de vida en sus cuerpos.

Gley tomaba güisqui con Dante, sentía el calor y los sentimientos cálidos de Cedric y Amira, Sonrio.

\- ¿Hay coronación? - Pregunto Dante al verlo sonreír

\- Si, cuñado - Ríe- Bien, entonces avisaré a Isack- Dijo marchándose

\- Nos vemos el lunes - Dijo Gley

\- Saluda a mi hermana... También cuantale sobre sus análisis- Dijo serio - Y prepárense para el viaje.- Termino diciendo

Gley asintió, suspiro aliviado, su cabeza aún tenía dudas sobre la llave de su padre, su sentencia fue aplazada por días, alguien lo estaba ayudando, y seguro tenía que ver con los viejos de las leyes reales, que creen que tiene poder sobre todos.

Y los análisis de Amira confirmaron que su poder era único, estaban tratando de clonarlo, y no podían permitir que pase, la historia de la gran guerra de mundos no podía repetirse.

Unos pasos lentos se escucharon por el castillo, Gley llego detrás de Cedric quien cargaba en brazos a Amira dormida y agotada, envuelta en solo su campera larga.

-¿Estas son horas? - levantó la ceja

Ríe- Ayúdame, tengo que vestirla

Gley habría la puerta de su dormitorio busco ropa para Amira, Cedric la puso suavemente en su cama, estaba tan dormida que no podía sentirlo.

La limpiaron con toallas y vistieron, se sintieron feliz al verla, besaron sus mejillas dejándola descansar un rato.

Esteba, estaba en la cocina preparando la cena, dio órdenes de hacer los menús para los dos días que estarían los Príncipes y La Emperatriz.

Los sirvientes se encargaron de todo, y obvio el rumor en las Isla llegó a todos lados, y todos los clanes.

- La Emperatriz con los Príncipes, ¿Será verdad? - Decía una Joven

- No puede ser, Es solo una malcriada, estoy segura de que Mi Gley está obligado - Contesto Otra joven con enojo.

- Tenemos que ir a verlos- Afirmó con envidia- Esa no puede darle nada, nosotras nos encargamos de eso - Dijo riendo

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- La Emperatriz con los Príncipes Dragones, ¿será esto algo del destino? - Dijo incrédula la Reina de las hadas mientras caminaba con nervios

- Mi Reina, Cálmate estás llenando de pétalos la casa, - Decía El Rey Hada

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- Malditos... - enojo - La terminarán matando - suspira mientras tomaba un güisqui con un semblante frío.

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¿ Estás seguro de ese rumor? Esa Emperatriz no es digna de ser una Reina de Dragones- Grito con ira

Unas Risas en coro inundó la gran celda, muchos presos burlándose

- Y quien va a evitarlo ¿ tú ? - Dijo uno, burlón, quien reía. Haciendo que Nalec se enojara aún más.

- Malditos Inútiles, tenía que deshacerme de ellos cuando pude... - Balbuceo entre dientes.

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