Convertirse En La Esposa De Un Mafioso

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Han pasado algunos días desde la celebración del cumpleaños de Ghariel. Ahora el niño sube al auto donde ya está sentado su padre. Este fin de semana, Gevan llevará a su hijo a un lugar.

El auto conducido por Bastian se alejó del patio de la mansión.

Después de unos minutos de viaje en silencio, Ghariel finalmente se animó a preguntar. Miró a Gevan, quien estaba sentado en silencio mirando al frente.

"Papá, ¿a dónde vamos?"

Gevan miró a su hijo de reojo, luego volvió a mirar al frente. "Conocerás a alguien."

Ghariel frunció el ceño, pero no preguntó más. Desde siempre, sabía que su padre no era del tipo de persona a la que le gustaba explicar las cosas en detalle. Si quería saber la respuesta, tenía que esperar.

Su auto finalmente se detuvo frente a un edificio con una gran puerta de hierro. El lugar parecía tranquilo, pero cuando se abrió la puerta, se vieron algunas personas vestidas de negro adentro.

Cuando salieron del auto, Gevan caminó primero y, como de costumbre, Ghariel lo siguió rápidamente para no quedarse atrás.

La puerta negra del edificio se abrió, cuando Gevan entró, todos inmediatamente se inclinaron para saludar a su Amo.

No era una escena nueva para Ghariel, incluso en la mansión había muchos hombres grandes como ellos que inmediatamente se inclinaron para mirar a su papá.

"¿Dónde está Edgar?" Preguntó Gevan a uno de ellos.

"En la sala de entrenamiento, Amo."

Gevan siguió caminando hacia una habitación, Ghariel lo seguía fielmente detrás.

Cuando entraron en la habitación, Ghariel pudo ver a un hombre de pie con firmeza. Probablemente tenía unos treinta y tantos años, con un cuerpo firme y un rostro que mostraba determinación. Sus ojos eran penetrantes, llenos de cálculo.

Gevan se detuvo justo en frente de él. "Edgar."

El hombre pareció inclinarse brevemente, antes de volver a levantar la cabeza, "Sí, Amo."

La mirada de Gevan luego bajó a Ghariel, "Él es mi hijo. A partir de ahora, te confío como su mentor de defensa personal."

El hombre llamado Edgar miró a Ghariel, su mirada como si estuviera evaluando al niño con una mirada todavía ingenua, luego asintió con firmeza en respuesta a Gevan.

"Lo haré lo mejor que pueda, Joven Amo," respondió Edgar.

Gevan miró a su hijo, "Rayvandra, a partir de ahora él es tu maestro."

Ghariel parpadeó. "¿Maestro?"

Gevan finalmente habló. "Hace mucho que planeo presentarte a la defensa personal," dijo.

Gevan no agregó más explicaciones, pero en su mente, recordó el incidente de hace años.

Antes, cuando todavía era niño, su padre le presentó el 'trabajo familiar' de una manera que no se podía decir que era suave. En ese momento, no tuvo más remedio que aceptar todo: el shock, el miedo y la responsabilidad que repentinamente le impusieron.

Por lo tanto, quería darle a Ghariel un poco de tiempo. Solo un año.

Sin embargo, incluso cuando el niño tenía seis años, Gevan todavía no podía soportarlo. Intentó entrenar la mente del niño en el sótano de su mansión, tratando de ver cuánto podía soportar Ghariel... ¿y el resultado? El niño se desmayó.

Gevan no lo dijo directamente, pero en ese momento, se dio cuenta de que Ghariel no estaba listo.

"Está bien," respondió Ghariel finalmente. "¿Qué tengo que hacer?"

Edgar sonrió levemente. "Hoy, comenzaremos con lo básico primero, Joven Amo."

El entrenamiento duró más de lo que Ghariel esperaba. Edgar no era un maestro blando, aunque tampoco era tan duro como el niño imaginaba. Enseñó técnicas básicas, guio los movimientos correctos de manos y posturas, y cómo leer los movimientos del oponente.

Gevan estaba de pie al costado de la habitación, observando sin decir mucho. Observó la expresión de su hijo con atención: las arrugas en su frente cuando pensaba, sus puños aún imperfectos y cómo trataba de contener el cansancio para no parecer débil frente a su padre.

Sí... Ghariel todavía está lejos de estar listo. Pero no importa. Lo importante es que ya ha comenzado.

Después de que terminó el entrenamiento, Edgar le dio una palmada en el hombro a Ghariel. "Mañana continuaremos, Joven Amo."

Ghariel asintió, secándose el sudor de la frente. Edgar los dejó después de explicar el horario de entrenamiento de Ghariel, que es solo los fines de semana. Gevan mismo lo limitó, porque tiene otras actividades que debe presentarle a Ghariel en otros días.

Después de que Edgar se fue, fue cuando Gevan se acercó, trayendo una caja negra en sus manos. Se la entregó a su hijo.

Ghariel recibió la caja con cierta vacilación. Sus manos abrieron la tapa lentamente. Y al ver su contenido, el niño trató de no mostrar su sorpresa.

Un revólver.

Un arma de fuego con un diseño clásico, su cuerpo plateado brillaba bajo la luz. Los detalles eran finos, la empuñadura de madera de caoba estaba grabada con precisión. Completo con sus accesorios: balas, funda y equipo de mantenimiento.

Cosas caras.

Ghariel miró el revólver con una expresión difícil de descifrar. Había admiración, había sorpresa y había algo más... algo vago.

"Papá..." su voz fue casi un susurro.

Gevan lo miró profundamente. "A partir de ahora, esto es tuyo."

Ghariel apretó el revólver, sintiendo su peso en la palma de su pequeña mano. De repente, sintió que había dado un paso más allá que antes.

Sabía que esto no era solo un regalo.

Este es el comienzo.

Gevan no dejará que su hijo se relaje más. Debe diseñar a Ghariel como su sucesor de inmediato. No hay más razones para demorar.

***

La luz del sol ya era alta cuando Araya finalmente se despertó. Parpadeó lentamente, sintiendo la calidez de la manta que todavía envolvía su cuerpo. Por lo general, se levanta más temprano, pero por alguna razón hoy se siente tan perezosa como para abrir los ojos.

A regañadientes, Araya finalmente se levantó de la cama y caminó hacia el baño. Después de lavarse la cara, salió de la habitación y se dirigió al comedor.

Tan pronto como llegó allí, Bi Laksmi se acercó de inmediato con una actitud de cortesía.

"Señora, su desayuno ya está listo," dijo la mujer de mediana edad suavemente.

Araya asintió levemente y se sentó en su silla. Comenzó a comer su comida en silencio.

Cuando terminó de comer su desayuno, Araya dejó el tenedor y el cuchillo en el plato, luego dirigió su mirada a Bi Laksmi.

"¿Dónde están Gevan y Ghariel, Bi?" preguntó porque sentía que la atmósfera de la mansión era más tranquila de lo habitual.

"El Amo y Ghariel se fueron juntos desde la mañana, Señora. No sé adónde," respondió Bi Laksmi.

Araya la miró por un momento, luego murmuró para sí misma, ¿A dónde fueron padre e hijo? Si Gevan, tal vez el hombre tiene trabajo, pero ¿por qué tiene que llevar a su hijo?

Pero como Ghariel se fue con su propio padre, Araya sintió que no era un problema.

Decidió pasar tiempo en la sala de estar. Hoy es un día perfecto para holgazanear, mirar televisión y disfrutar de un tiempo sin interrupciones.

Sin embargo, su plan se vino abajo en un instante cuando un sirviente apareció repentinamente en la puerta mirándola.

"Señora, su hermana y su madre han venido a visitarla."

Araya, que pensaba que iba a holgazanear hoy, su rostro cambió de inmediato. Su estado de ánimo disminuyó drásticamente al escuchar el informe del sirviente.

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Continuará.