Dos hermanos contra lo que acecha a su familia. Annabeth y Joseph descubren que su familia tiene una relación con un ser que había vivido décadas atrás. Todo comienza a despertar en un pequeño pueblo donde los hermanos llegan, lo que parecía ser una semana de vacaciones con la familia se convierte en una búsqueda del más allá.
¿Maldición o bendición? ¿Premio o castigo?
¿Qué es lo hay detrás de todo?, ¿Vida o muerte?
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Capítulo 23:
Annabeth se acerca al ataúd de la mujer fallecida, con pesar la mira unos segundos para después dar la vuelta e irse a un lugar apartado del bullicio que había dentro de la casa.
Benjamin observa como la pelinegra desaparece por la puerta que iba en dirección al jardín, no pierde oportunidad y la sigue a una distancia considerable esperando el momento para aparecer.
Annabeth se queda inmóvil observando los rosas que la anciana Drew plantó en su jardín.
— Señorita Annabeth, ¿Se encuentra bien? —
Comenta el castaño acercándose a la mencionada, ésta por su parte sigue en esa misma posición sin moverse para encararlo.
— Mi abuela era una muy buena persona ¿Lo sabías? —
— ¿Y a mí por qué debería importarme eso? —
Responde Annabeth con ligera molestia y frialdad en su tono.
— Ella siempre hablaba de tí. —
La pelinegra solo rueda los ojos mientras miraba los rosales que estaban en plena floración.
— Annabeth... yo, la quería demasiado. —
El chico intenta acercarse para abrazarla, pero ella retrocede y se da la vuelta para regresar dentro de la casa.
Benjamin hecho una furia aprieta los puños con fuerza para contener sus emociones: 《Me la pagarás Annabeth, no podrás resistir ante tanta belleza como la mía. 》
El entierro de la señora Drew se llevó a cabo sin ningún problema, al finalizar la ceremonia los familiares se retiraron quedando solamente Annabeth en la tumba recién cerrada.
— No tenía que terminar así señora Drew. —
La pelinegra suelta un suspiro de frustración mirando el nombre de la abuela en la lápida.
— Si tan solo me hubiera dicho todo o quizás no me hubiera dicho nada. —
A lo lejos Joseph la miraba detenidamente logrando captar lo que ella decía.
......~Flashback~......
— Que tenga una excelente noche señora Drew. —
— ¡Oh! Annabeth. —
— Buenas noches. —
— Espera. —
— ¿Sucede algo señora Drew? —
— Yo...—
— ¿Señora Drew? —
— Por favor manténganse alejados de mis nietos, no quiero que les pase algo. —
— ¿Ah? —
— Ustedes ya tienen el destino escrito y nada cambiará eso, pero mis nietos son inocentes... ellos...—
— Señora Drew...no tiene de que preocuparse, mi hermano y yo no tenemos intenciones de hacer daño a nadie y menos a sus nietos. —
— Deben irse lo antes posible, su destino comienza aquí y una vez que todo inicie no habrá vuelta atrás...y serán mis nietos los que terminarán mal. —
— Nos iremos lo antes posible. —
— Mañana...quizás no haya un mañana para mí, así que cuídense y aléjense de los Drew. —
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— Señora Drew, Señora Drew...¿cuál es mi destino? ¿Qué quizo decir con eso? —
El cielo rugió y las nubes cubrieron todo aquel paisaje azul. La lluvia no tardó en aparecer, Annabeth seguía parada en el mismo lugar dejando que el agua nuevamente mojara su ropa. Joseph con el paraguas en mano decidió acercarse a su hermana.
En lo alto de una colina estaban dos figuras observando el panorama detenidamente, mientras el aire empezaba a despeinar los árboles.
El pelinegro levanta la mirada y observa a aquellas sombras entre los árboles, él sabe que son las personas de la noche anterior así que acelera sus pasos para llegar a la chica.
— Annabeth. —
La pelinegra no responde y él se acerca a su lado cubriendola con el paraguas hasta que esta eeacciona con un leve un movimiento de cabeza.
— Ya todos se fueron, vamos...hay que regresar. —
— Bien...—
Annabeth se da la vuelta y de manera monótona camina de regreso al pueblo.
— ¿Todo está bien? —
— ¿Qué podría estar mal? —
— Dejemos el asunto de ayer en olvido, ¿De acuerdo? —
La pelinegra levanta la cabeza y lo mira sin decir una palabra dejando salir un suspiro suficiente para dar a entender que ya había dejado esa discusión en el pasado.
— Annabeth, yo...ayer. —
Ambos hermanos son observados por las dos figuras a la lejanía.
Una vez de vuelta a la casa de los Drew, Joseph y Annabeth estaban decididos a abandonar ese pueblo después de discutir sobre lo que habían visto y oído. Era lo mejor para no causar más daño o quizás involucrar a personas inocentes.
