Mi Condenada Suerte

Caminando lento fui a mi cadalso, sentía que tan cerca estuve de mi libertad y volví al pasillo de la muerte. Tan lento caminaba que un guardaespaldas se tropezó conmigo por contestar el mensaje por el intercomunicador de su oído. Me pidió disculpas y el que me guiaba dijo, señor por favor aumente un poco su velocidad, si no lo llevamos usando la fuerza. Le hice una sonrisa falsa y dije bueno vamos y camine un poco más rápido, solo un poco.

Al llegar a un salón estaban mis hermanos y cuñados, mi seudo prometida gritando y dos hombres uno más o menos mi edad y uno mayor, este último sentado en un gran sillón de un cuerpo, parecía un rey en su trono. Los guardias me dejaron y luego de escoltar me hasta dentro y cerraron la puerta para evitar creo me escapara.

Hermano que pasó dijo mi hermanita y la víbora grito me dejó, no hizo nuevo contrato y se fue. La mire, respire profundo y me acerque a mi niña y le hice cariño y con voz suave le dije, ella me amenazó que si no firmábamos no se casaba y acepte la propuesta, sin contrato no hay boda. El joven me agarró de las solapas del traje y me dijo, estás loco, si hay un contrato y deben casarse un Morgan con un Sincler, es la ley de nuestras familias.

Lo miré y le sonreí, bueno, me caso, pero no con esta víbora, chupasangre. El muchacho se puso pálido y me soltó, se dio vuelta hacia el hombre que estaba sentado y dijo padre no vas a hacer lo que él dice, sabes que a mi me gustan los omegas, y tengo novia.

Déjenos solos, regresen a la fiesta, voy a hablar con el novio. Grito el mayor. Todos se fueron, pero antes me dieron un abrazo familiar entre mis cuñados y hermanos, eso me dio fuerza y calor para continuar.

Sabe quién soy Sincler, pregunto el hombre, disculpe no lo sé respondí. Soy Thomas Morgan, Ruth es mi hija y Rupert mi hijo. Tus abuelos y mis padres arreglaron está unión para que nuestra fuerza siga firme y unida, que ninguna otra rama mafiosa quiera entrar en nuestro territorio y afianzar nuestro legado. Lindo legado de mafia y muerte, le respondí. Mire Martín sé que es un enigma, pero sé comporta como una gamma caprichosa. tienes que cumplir me dijo y dije, no soy caprichoso, solo que su hija es un grano en un glúteo, no la quiero, busque otro Morgan y me caso. Me miró serio y dijo solo somos tres, si no quieres a mi hija queda mi hijo, es un alfa. Pero el dijo que le gustan las omegas y tiene novia, refute, y me miró con disgusto y con voz dominante me exclamó acaso querés casárte conmigo? Lo mire asustado, no había pensado en el, creí que tenía otro hijo o nieto o sobrino.

con la mirada gacha por el miedo de su voz tan dominante respondí, creí tenía otro familiar, acepto lo que decida, quebrando un poco mi voz y bajando el tono a un susurro, seguí, estoy acostumbrado a cumplir el deber de un enigma, haga de cuenta que fue mi único acto de valentía de mis treinta años de vida, di un paso hacia atrás y dije, esperaré en el altar, buen día. Me fui al lugar designado, vi como los hijos Morgan entraban con su padre al salón, cuando yo salía. pase por un baño y me arregle la ropa, me di ánimos común niño antes de hablar con la maestra y fui al patíbulo a esperar que me envolvieran la soga en mi cuello, antes de ahorcarme por el resto de mi maldita vida. No se cuanto esperé, escuché la música, el lago azul en arpa, violín y piano, tocaban una orquesta al costado del altar. de pronto de un susurro se fue subiendo el tono, ya era un murmullo molesto que llegó a opacar la música, al darme vuelta para recibir a mi novia, me encontré con el causante de los comentarios.

el señor Thomas Morgan se había cambiado de traje, a un hermoso diseño a medida que realzaba su figura, era azul Francia con solapas y puños negros y su camisa era negra de raso con cuello y puños azules como el saco. Un pimpollo de rosa blanco en su solapa, un pañuelo en picos salía por su bolsillo superior, una cadena de reloj cruzaba por su abdomen, dando un toque de elegancia, y una fragancia que inundaba los pulmones era sumamente adictiva e hipnotizadora. No podía creer que Rupert entregará a su padre, para desposarse conmigo, y yo no caía en cuenta con quién me casaría hasta ahora.

el juez hablo, silencio, comencemos, estamos aquí reunidos para unir estos, estos, y por lo bajo nos preguntó nuestro subgénero, yo dije enigma puro, y Thomas respondió enigma dominante. Tragué saliva, imaginando mi futuro. El juez prosiguió unir estos dos enigmas en santo matrimonio, tu Martín Sincler aceptas a, a y pregunto si nombre señor, y Thomas dijo Thomas Morgan. a si, si dijo el juez y siguió Martín aceptas casarte con Thomas Morgan y yo acepté y luego prosiguió el juez y tu Thomas Morgan aceptas a Martín Sincler como tu legítimo enigma y el acepto. El juez pregunto si teníamos votos, y cuando estaba por decir no, Thomas dijo con voz gruesa y fuerte, yo Thomas Hunt Morgan juro respetar y cuidar a mi enigma, no hacer que vuelva a tener una nube gris en su corazón y colmar de felicidad nuestros días, hasta que la diosa Luna decida lo contrario. Yo quedé helado, esas palabras calaron hondo en mi ser casi hasta lloro, con voz quebrada y baja dije, yo Martín Eugen Sincler juro estar siempre a tu lado, y devolver con creces todo lo que me des, amor, felicidad y respeto, hasta que nos alejemos de esta vida hasta la próxima que. La encontremos.

Luego de eso el juez pregunto si alguien se oponía y nadie dijo nada, el silencio se cortaba solo por las respiraciones de los niños. El juez habló, bueno como nadie está en contra los declaro enigma y Enigma, pueden besarse para sellar este acto. Thomas se acercó a mi y me dio un leve beso casi como una caricia entre los labios. Nos felicitaron y salimos de allí.

Thomas saludo y dijo que por una urgencia debíamos irnos en el momento e invitó a todos a festejar en nuestro nombre y nos fuimos de allí a los cinco minutos de casarnos.

Ruth gritaba y rompía todo a su paso furiosa se la veía y gritaba que mataría a su padre por arruinar su negocio. Estaba encerrada en el salón desde que decidieron quien sería la pareja de Sincler.