Un hombre llamado Zeiro vive completamente solo, sin familia. Se ha convertido en un vagabundo y mendiga para poder sobrevivir.
Un día, fue brutalmente acosado por sus compañeros que vivían con él debajo de un puente; tiraron todas sus pertenencias al río que no quedaba lejos del lugar donde dormían.
Su corazón estaba lleno de tristeza y se alejó sin rumbo fijo, tambaleándose sin destino. Finalmente, se detuvo bajo un árbol grande, y una rama cayó sobre su cabeza, dejándolo inconsciente.
Cuando Zeiro despertó, recibió un sistema súper avanzado que lo ayudó a volverse rico y a cumplir sus deseos.
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Capítulo 23
"—¿Tu celular?" preguntó Grizzla.
"—Hm, sí," asintió Zeiro.
Grizzla presionó el número de teléfono en el celular de Zeiro para ingresar su número y luego volvió a llamar a su celular.
"—Ya entró, ¿cómo guardo mi nombre?" dijo Grizzla con una sonrisa mirando a Zeiro.
"—Como quieras," respondió Zeiro levantando ambas cejas.
"—¿Cuál es tu nombre completo?" preguntó Grizzla.
"—Zeiro Alfero," respondió Zeiro.
Grizzla asintió y guardó su nombre allí.
"—¿Puedo pedir prestado tu celular? Este celular es diferente a los demás, quiero ver las funciones que tiene," dijo Grizzla, curiosa por el costoso celular de Zeiro.
"—Oh, está bien," asintió Zeiro, de acuerdo.
El auto siguió avanzando por la carretera. Y Zeiro detuvo su auto porque el semáforo estaba en rojo.
2 personas en una motocicleta con cascos se detuvieron al lado del auto de Zeiro. El que estaba detrás miraba a izquierda y derecha.
De repente, golpeó el vidrio de la ventana del auto de Zeiro.
¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!
Grizzla miró a Zeiro con el ceño fruncido.
"—Ábrela," respondió Zeiro. Lentamente, el vidrio de la ventana se abrió.
El hombre acercó un poco su rostro a la ventana del auto de Zeiro y vio a Grizzla sosteniendo el celular, lo arrebató directamente y aceleraron la motocicleta pasando el semáforo en rojo. Grizzla se sorprendió y gritó.
"—¡Ladrón! ¡Ladrón!" gritó Grizzla con pánico, haciendo que los conductores allí la miraran.
¡Chirrido!
¡Bum!
Un fuerte golpe de una camioneta golpeó a los motociclistas haciendo que la motocicleta volara y ellos salieran despedidos en medio de la calle.
"—¡Ck! Recibieron su karma de inmediato," dijo Zeiro con una sonrisa. Salió del auto y se acercó a los hombres. Mientras que la camioneta chocó contra la barrera de la carretera.
"—Mueran ahí, Dios los castigó de inmediato," dijo un conductor allí sin prestarles atención.
Zeiro buscó en el bolsillo de la chaqueta del hombre y encontró su celular y lo tomó. Luego se fue dejando al hombre adolorido.
"—¿Por qué no lo ayudan?" dijo uno de los ciudadanos que corrió hacia el conductor que se había caído.
"—¿Para qué ayudar a un ladrón? Después robará de nuevo," dijo Zeiro encogiéndose de hombros y siguió caminando.
"—¿Qué pasará si tú te caes en la calle, nadie te salvará?" dijo el hombre de nuevo.
"—Por eso no voy a hacer el mal para que si me caigo, la gente me ayude," respondió Zeiro con ligereza.
"—¿No lo vas a ayudar?" preguntó uno de los motociclistas que estaba al lado del auto de Zeiro.
"—No, déjalo," respondió Zeiro.
"—Sí, déjenlo morir, es una lástima que no lo haya atropellado ese auto, si no, déjenlo lisiado para que sepa que es mejor ser un mendigo que un ladrón," dijo el hombre.
Zeiro se sorprendió al escuchar las palabras del motociclista, si lo recuerda, antes se dedicaba a mendigar, pero nunca robó, al final obtuvo el sistema.
"—Je-je-je, sí, ¿verdad?" asintió Zeiro con una sonrisa.
¡Tin! ¡Tin! ¡Tin!
El semáforo cambió a verde, indicando que estaba listo para avanzar. Zeiro condujo su auto.
"—Hm... lo... lo siento, porque por mi negligencia te robaron el celular," dijo Grizzla inclinando la cabeza sintiéndose culpable.
"—Ya está, no pasa nada, de todos modos, ya recuperé el celular, no te sientas culpable así. Ah, sí, ¿a dónde quieres ir?" preguntó Zeiro mirando a Grizzla.
